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El Gobierno cubano acorrala a la oposición con la detención de 25 disidentes

La opositora Marta Beatriz Roque es liberada tras pasar un día en calabozos de la policía

El Gobierno de Fidel Castro comenzó a liberar en la madrugada de ayer a los disidentes arrestados la víspera, cuando pretendían participar en una manifestación frente a la Embajada de Francia para pedir la excarcelación de los presos políticos. Según el activista de derechos humanos Elizardo Sánchez, el viernes fueron detenidos unos 25 opositores, incluidos los líderes de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC), Marta Beatriz Roque, René Gómez Manzano y Félix Bonne, durante una jornada en la que se produjeron allanamientos de viviendas.

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Apagones en La Habana

Roque, y las también miembros de la APSC María de los Ángeles Borrego y Yusimí Gil Portel, fueron las primeras en salir a la calle tras pasar el día y parte de la noche en diversos calabozos policiales. Según Sánchez, sus liberaciones indican que "la ola represiva tuvo un carácter preventivo: el fin principal era abortar la concentración ante la Embajada francesa". Una vez logrado el objetivo, "ahora todos, o la mayoría, serán puestos en libertad", opinó el disidente.

Sin embargo, diversos analistas consideran que lo sucedido el viernes trasciende lo que se refiere a la mentada manifestación, y contiene un mensaje claro para el movimiento opositor: que el Gobierno no va a tolerar que la disidencia radical lleve sus demandas de cambio a la calle. "El régimen ha establecido una línea imaginaria y no está dispuesto a permitir que la oposición la cruce", cree un diplomático europeo.

La APSC, organización convocante de la marcha ante la Embajada de Francia, logró realizar el 20 y 21 de mayo un inusual encuentro opositor en La Habana en el que participaron cerca de dos centenares de delegados. Durante la reunión, varios de los grupos integrantes de la asociación defendieron la estrategia de que la oposición saliera del estrecho marco de los comunicados de prensa y los despachos de las embajadas, llevando el activismo a las calles.

A más de uno sorprendió que la policía permitiese aquella reunión, que fue respalda incluso por el presidente norteamericano, George W. Bush. El 13 de julio, grupos minoritarios de disidentes convocaron actos en el malecón de La Habana en conmemoración del hundimiento, hace 11 años, de un remolcador en el que perdieron la vida 41 personas que trataban de huir a EE UU.

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Las autoridades respondieron con actos de repudio "populares", protagonizados por las denominadas Brigadas de Respuesta Rápida, organizadas a instancias del Gobierno entre la población, que emplearon la violencia para disolver a los manifestantes. Una veintena de ellos fueron arrestados, de los cuales seis permanecen detenidos.

Para exigir su libertad y la de todos los reos políticos, la APSC convocó la manifestación del viernes, y no es casual que fuera frente a la misión de Francia, primera embajada europea que invitó a funcionarios del Gobierno a su fiesta nacional, el 14 de julio.

En medio de esta nueva línea de la oposición, el jueves, el Comité Pro Cambio, que defiende el embargo y las sanciones a Cuba, dio a conocer una iniciativa que propugna "sustituir" el actual sistema mediante un programa de "lucha cívica no violenta" para establecer un modelo democrático. Según su líder, Ángel Polanco, el plan pretende una alianza de grupos opositores que recogería firmas en demanda de un cambio de Gobierno, para, en una segunda etapa, "desmantelar las bases fundamentales del sistema castrista", derogar la Constitución socialista vigente y restablecer la de 1940.

En medio de este nuevo panorama, el regreso a la política de los actos de repudio, tristemente célebres en los ochenta, y a las detenciones preventivas, coincide con el incremento de las manifestaciones de descontento popular, debido sobre todo a los largos apagones que sufre la población. En La Habana han aparecido pintadas antigubernamentales y algunos centros estatales han sido apedreados, y frente a ello, la autoridad ha instruido a sus militantes más fieles a que no permitan que los "contrarrevolucionarios" tomen las calles. Todo esto mientras la ciudad se prepara para acoger el acto central del 26 de julio, fecha en que se conmemora el 52º aniversario del asalto al Cuartel Moncada por Fidel Castro, que marcó el inicio de la lucha armada contra la dictadura de Batista.

Seguidores de Castro asedian la casa de un disidente el viernes en La Habana.
Seguidores de Castro asedian la casa de un disidente el viernes en La Habana.REUTERS

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