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El Ejército dominicano ocupa las gasolineras para vigilar las restricciones

El Gobierno impone un plan de ahorro contra la crisis del petróleo

Tropas del Ejército han sido apostadas en las gasolineras de República Dominicana para vigilar el cumplimiento de una orden del Gobierno que prescribe limitar sus operaciones hasta las ocho de la tarde para ahorrar combustible. La medida, anunciada el pasado domingo por el presidente dominicano, Leonel Fernández, ha sido respaldada por el ex gobernante Hipólito Mejía (2000-2004), que calificó de "grave" la situación de la economía mundial ante la subida continua de los precios del crudo. Sin embargo, Mejía también reclamó de las autoridades "predicar con el ejemplo".

En un discurso televisado a la nación, Leonel Fernández explicó que entre las principales medidas destacan la restricción horaria para la venta de combustibles, el servicio en días alternos del transporte público, la reducción del parque automovilístico mediante la aplicación de controles de calidad, una campaña de concienciación para apagar luces y aparatos eléctricos cuando su uso no es necesario y el reparto de cinco millones de bombillas de bajo consumo entre familias de pocos recursos.

El plan, presentado seis días después de lo inicialmente previsto, tiene como objetivo reducir el consumo de combustibles en dos sectores: transporte y electricidad. La medida más sobresaliente es aquella que restringe las horas de venta de gasolinas y gasóleos. De lunes a viernes, las estaciones de gasolina no podrán vender combustibles después de las 8 de la noche y hasta las 6 de la mañana. En el caso de los fines de semana, quedará prohibida la venta desde las 12 del mediodía del sábado y hasta las 6 de la mañana del lunes. Unidades del Ejército y de la Policía Nacional han sido distribuidas por las gasolineras para velar por el cumplimiento de la medida y para evitar posibles disturbios.

A la anterior medida se suman otras. Entre las principales se encuentra aquella que establece que los vehículos de trasporte público —conchos (utilitarios que hacen las veces de taxi colectivo), minibuses y autobuses— tendrán que transitar un día sí y uno no. "Con eso procuramos agilizar el desplazamiento de los vehículos, reducir la contaminación ambiental, aumentar la rentabilidad operativa del servicio y, por supuesto, ahorrar, de manera significativa, el uso de combustible", dijo Leonel Fernández en su alocución a la población dominicana.

Además, se rehabilitará el carril exclusivo para el uso del transporte público y se cambiarán los motores de los autobuses de la Oficina Metropolitana (públicos) de gasolina a diésel, y se promoverá "esa práctica en las instituciones públicas y privadas". También se establecerán paradas fijas para autobuses y minibuses (actualmente paran a tomar y dejar pasajeros donde se les antoja y hasta en segunda y tercera fila en plenas avenidas).

Con vistas a reducir el parque automovilístico del país (a finales de 2004, había en República Dominicana 2,1 millones de vehículos de todo tipo, la mitad de ellos motos), se aplicará un sistema de control de calidad para retirar de la circulación aquellos vehículos que no cumplan con estándares específicos. Esta medida debería acabar con las chatarras andantes que transitan por las calles, avenidas y carreteras del país ante la pasividad de las autoridades. Y en cuanto a los vehículos del Estado, no podrán circular los fines de semana, "a menos que sea para el estricto cumplimiento de sus funciones oficiales".

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Sector eléctrico

En el ámbito eléctrico, hay dos directrices que sobresalen. Por un lado, concienciar a la gente de que debe apagar las luces y electrodomésticos cuando no es necesario su uso. Por el otro, "el Gobierno iniciará un proceso de ayuda a las familias de escasos recursos a sustituir bombillas incandescentes, de gran consumo de electricidad, por bombillas fluorescentes, de las cuales nos proponemos distribuir cinco millones en todo el país".

En suma, el Gobierno quiere aprovechar la situación creada por los altos precios del petróleo para reorganizar el transporte público de República Dominicana y apostar por el uso de energías renovables.

Las medidas han sido acogidas sin mucha oposición. Sólo los sindicatos de transporte, que aglutinan a los propietarios y alquiladores de conchos, minibuses y autobuses, han manifestado su rechazo de la medida que limita su circulación a días alternos.

Tanto los dirigentes del Consejo Nacional de Transporte (CONATRA), como de la Confederación Nacional de Transporte Unificado (CNTU) y de la Federación Nacional de Transporte La Nueva Opción (FENATRANO), estiman que se va a crear un caos al reducir el número de unidades disponibles por día, que surgirá un mercado clandestino de venta de combustibles y que los transportistas van a sufrir dificultades económicas al no poder trabajar todos los días.

Dentro de sus planes de protesta no descartan la realización de paros, y uno de ellos incluso ha dicho que no acatará la disposición gubernamental. Por su parte, en algunas gasolineras que brindan servicio de 24 horas aseguran que se verán obligadas a reducir plantilla, dada la restricción horaria para la venta.

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