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HURACÁN EN AMÉRICA CENTRAL

Guatemala suspende la búsqueda de supervivientes en las aldeas sepultadas por el lodo

Aumenta a 652 el número de muertos por las lluvias torrenciales

Las autoridades de Guatemala han perdido toda esperanza de encontrar con vida a los cientos de campesinos enterrados bajo el lodo en las aldeas de Panabaj y Tzanchaj, pertenecientes al municipio de Santiago Atitlán, uno de los más afectados por las lluvias torrenciales desatadas hace una semana en el país centroamericano tras el paso del huracán Stan. Por ello, las comunidades más devastadas, cerca de un centenar, serán declaradas "camposanto" y no se continuará con la búsqueda de supervivientes. El vicepresidente de Guatemala, Eduardo Stein, ha dicho que esta drástica medida es la única posible para evitar la irrupción de epidemias.

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"Panabaj ha dejado de existir", ha dicho con enorme tristeza el alcalde de Santiago Atitlán, Diego Esquina. Esa aldea indígena quedó borrada del mapa el pasado viernes por un alud de barro de cuatro metros de longitud, que enterró bajo una capa de 20 centímetros de grosor a todos los que no tuvieron tiempo de huir de la avalancha. "Solicitamos que [Panabaj] sea declarada un cementerio. Estamos cansados y ya no sabemos donde cavar" para encontrar más cadáveres, ha dicho Esquina. La desesperanza se acentúa cuando no hay medios suficientes para seguir con la búsqueda: los familiares de los desaparecidos recibían hasta hoy tan sólo la ayuda precaria de los vecinos y las autoridades locales. Un equipo español de bomberos con perros adiestrados se han unido hoy a los cuerpos de socorro locales para colaborar en las labores de rescate. Para Esquina la ayuda llega demasiado tarde.

Hasta el momento se han recuperado y enterrado en fosas comunes un total de 72 cadáveres en Panabaj y Tzanchaj. Pero la incógnita reside en saber cuántas personas más han perdido la vida bajo el barro. Se especula con que podrían ser 1.400. No obstante, las autoridades todavía no saben con certeza la dimensión real de la tragedia, aunque han contabilizado como desaparecidas a 250 personas.

Mientras, los que han sobrevivido a las avalanchas sufren la escasez de alimentos, agua potable y medicinas. La ayuda humanitaria, que se distribuye con una lentitud exasperante, ha comenzado a llegar en helicóptero y con cuentagotas. El acceso a los damnificados por carretera es imposible porque los deslizamientos de tierra han dejado impracticables la mayoría de caminos y carreteras asfaltadas.

652 muertos y 384 desaparecidos

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El último balance de muertos en la peor catástrofe natural que sufre Guatemala en los últimos 30 años se ha elevado a 652 personas, después de que los servicios de rescate trasladados a las comunidades del oeste del país encontraran al menos 133 personas muertas en deslizamientos de tierra. El secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), Hugo Hernández, ha dicho en una rueda de prensa que "estas víctimas provienen de Tacaná, lugar al que finalmente pudieron llegar los delegados que nos han enviado estos primeros datos". Asimismo, se ha informado de que la cifra de desaparecidos ha ascendido hasta 384. Tacaná es un poblado situado a las faldas del volcán del mismo nombre en la frontera oeste con México. Esta zona quedó aislada debido a que las carreteras para llegar quedaron bloqueadas por las lluvias.

Mientras, el Gobierno guatemalteco ha ordenado a casi la totalidad de los funcionarios públicos sumarse a las labores de emergencia para hacer llegar lo más pronto posible la ayuda humanitaria a los 130.000 afectados.

El vicepresidente, Eduardo Stein, ha declarado a la prensa que las pérdidas en en el sector agropecuario ascienden a 400 millones de dólares (unos 330 de euros) y más de tres millones de guatemaltecos sufren las consecuencias del temporal. "Las magnitudes del desastre son enormes, el daño es colosal en todo lo que es el medio ambiente, son cientos de cerros los que se están desplomando con deslaves", ha agregado Stein.

Los supervivientes de la avalancha de lodo en Panabaj abandonan la localidad ante el riesgo de epidemias.
Los supervivientes de la avalancha de lodo en Panabaj abandonan la localidad ante el riesgo de epidemias.REUTERS

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