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REVUELTA URBANA EN FRANCIA

Villepin autoriza a los prefectos a decretar el toque de queda para frenar los disturbios

Varios edificios, como escuelas y parvularios, y 300 vehículos arden en la noche número 12 de violencia

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, anunció ayer que ha autorizado a los prefectos (equiparables a los delegados del Gobierno en España) a que decreten el toque de queda en su región si así lo creen necesario para frenar la ola de violencia urbana que afecta a Francia desde hace 12 días.

Según el balance establecido por la policía a las 23.30 horas de ayer, 324 vehículos ya habían sido quemados, entre ellos varios autobuses, y 65 personas habían sido arrestadas. Además, las bandas de jóvenes violentos quemaron varios edificios, como escuelas, parvularios, un hospital y una oficina de empleo, en distintas ciudades del país.

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El anuncio de Villepin de autorizar el toque de queda se produjo poco después de que el alcalde de Le Raincy, un suburbio de París, decidiera establecerlo por su cuenta y riesgo a partir de las diez o las once de la noche, una medida que ha calificado de "excepcional". Además, este regidor señaló que ha contratado agentes de seguridad para proteger determinados lugares.

El jefe del Gobierno conservador ha justificado la drástica medida porque la prioridad "inmediata" y "absoluta" es ahora el restablecimiento del orden y la seguridad ante los actos "inaceptables e inexcusables" de violencia y vandalismo. La medida será adoptada en un Consejo de ministros extraordinario que se celebrará mañana, ha dicho Villepin, quien ha anunciado además la movilización de 1.500 reservistas de la policía y gendarmería, lo que elevará a 9.500 los efectivos sobre el terreno.

El primer ministro francés también ha anunciado un paquete de medidas encaminadas a erradicar la violencia que afecta a los barrios más deprimidos. Se trata de medidas que afectan a la educación, el empleo y la vivienda. Así, Villepin apuesta por multiplicar por tres las "bolsas por méritos" para los jóvenes dotados y que tienen "un sentimiento de injusticia". Además, pretende que todos los jóvenes sin trabajo sean recibidos por los organismos pertinentes para evaluar su situación y que en un plazo de tres meses se les proponga un empleo o una formación, según ha indicado en una entrevista en el telediario de la cadena TF1, el de mayor audiencia de Francia.

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Con respecto a la vivienda, el primer ministro ha anunciado su voluntad de acelerar el plan de renovación urbana, que ya se ha puesto en marcha en los barrios periféricos. Por otra parte, anunció que se van a restaurar las contribuciones a las asociaciones que trabajan sobre el terreno. Otra prioridad es "reforzar el poder de los alcaldes", ha dicho Villepin, quien quiere reforzar la coordinación de los servicios del estado en los barrios difíciles.

Primera víctima mortal

La viuda de Jean-Jacques Le Chenadec, la primera vícitima de la ola de violencia, se ha reunido hoy con el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, y ha expresado a la prensa su deseo de que los responsables de la muerte de su marido "sean castigados". En este sentido, ha dicho que Sarkozy le ha prometido "hacer lo posible para ayudarnos". A la reunión ha asistido también un vecino del fallecido, Jean-Pierre Moreau, quien fue agredido por los mismos individuos. De acuerdo con Moreau, Le Chenadec y él estaban en la puerta de su casa cuando dos individuos se acercaron y uno de ellos les preguntó de qué hablaban. Al responder que "de nuestros coches", uno le propinó un puñetazo en la cara al fallecido y éste cayó al suelo. Le Chenadec y Moreau habían sido apedreados una hora antes de la agresión mortal en el mismo lugar, al tratar de evitar que ardieran unas papeleras. Para Moreau -que ha calificado de "cobardes" a sus agresores, ya que, según ha dicho, se acercaron a ellos con la cara cubierta- el ataque fue "premeditado".

Según la policía, los altercados se han producido esta noche de nuevo por toda Francia, desde que hace dos semanas se declararan en las inmediaciones de París tras la muerte de dos jóvenes electrocutados en un transformador en el que se escondían de las fuerzas del orden. El Ministerio del Interior ha ofrecido los siniestros datos de la undécima noche de violencia: 1.408 vehículos quemados, 395 detenidos y 30 policías heridos.

Un policía francés sujeta un cartucho recuperado tras ser tiroteados en Grigny.
Un policía francés sujeta un cartucho recuperado tras ser tiroteados en Grigny.REUTERS

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