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Los análisis médicos muestran que Pinochet no padece demencia senil y puede ser juzgado

El ex dictador, de 89 años, exageró las dolencias para aparentar mayor gravedad

El ex dictador Augusto Pinochet quedó ayer a las puertas de ser procesado por su responsabilidad en el secuestro y desaparición de 15 opositores a la dictadura. Los exámenes médicos ordenados por la Corte Suprema reflejan que Pinochet está en condiciones de enfrentar un juicio y que exageró sus síntomas de senilidad para aparentar mayor gravedad. A pocos días de cumplir 90 años, Pinochet enfrenta un oscuro panorama judicial al estar desaforado por la Corte Suprema en dos casos: por crímenes y corrupción. Además, ha perdido todo apoyo político en la derecha.

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Los exámenes psiquiátricos y neurológicos a Pinochet, cuyos resultados entregó el juez Víctor Montiglio a las partes, concluyeron que el ex dictador puede sentarse en el banquillo, aunque padece demencia subcortical de leve a moderada. Desde el punto de vista psiquiátrico, el general es una persona normal, mentalmente apta para defenderse y capaz de responder, cuya demencia subcortical "no implica una enajenación mental que le impida enfrentarse a un proceso judicial".

Seis médicos del estatal Servicio Médico Legal coincidieron que Pinochet "sobre simuló" para exagerar sus dolencias, propias de la senilidad. El diagnóstico también señaló que tiene cierta pérdida de memoria, pero sin que esto sea un trastorno inhabilitante. Sólo el psiquiatra que representaba a la defensa de Pinochet concluyó que no está en condiciones de enfrentar un juicio.

Aunque los exámenes tuvieron resultados parecidos a los que se le han practicado en otros procesos por violaciones a los derechos humanos, en los que la Corte Suprema sobreseyó a Pinochet por su supuesta demencia senil, los médicos llegaron ahora a conclusiones diferentes, que dan la razón a los querellantes. Como la senilidad es un deterioro progresivo que no se revierte, quedó la percepción en medios judiciales de que los jueces de las Cortes superiores prefirieron en el pasado cerrar con rapidez los juicios a Pinochet.

En el interrogatorio que el juez Montiglio practicó a Pinochet, éste también mostró una doble faz. A muchas de las 20 preguntas respondió que no se acordaba, pero en otras prefirió explayarse. Consultado si habría preferido no actuar en el golpe de Estado de 1973, contestó: "Todo lo que actué, todos los problemas que tuve, se los dedico a Dios, todo se lo dedico a Chile, porque eso permitió que el país no fuera comunista y surgiera como hasta hoy".

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Respecto a las muertes en su régimen, Pinochet respondió: "Lamento y sufro por esas pérdidas, pero Dios hace las cosas, él me perdonará si me excedí en algunas, que no creo". Negó haber sido jefe directo de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), el aparato represivo que le daba cuentas a él a diario, responsable de cientos de asesinatos y miles de torturados.

Con este interrogatorio y los resultados de los exámenes médicos, Montiglio deberá decidir si procesa o no al ex dictador por la desaparición de 15 personas en 1975, que eran parte de un grupo de 119 prisioneros políticos detenidos desaparecidos. La DINA quiso encubrir los 119 crímenes con un montaje, simulando que las víctimas se habían matado entre sí en ajustes de cuentas, mientras eran torturados y asesinados en los cuarteles secretos de este organismo.

Pinochet "tiene capacidad de abstracción y da respuestas inteligentes, y cuando le conviene se acuerda" e incluso "puede hacer metáforas", sostuvo uno de los abogados querellantes, Boris Paredes. En el inicio del interrogatorio, el ex dictador le decía al juez que no recordaba los hechos, pero terminaba respondiendo.

De forma paralela, el juez que investiga la corrupción de Pinochet por sus cuentas millonarias en el Riggs Bank, Carlos Cerda, ha interrogado en tres oportunidades al ex dictador en menos de una semana. Fuentes judiciales sostienen que planea proseguir sus interrogatorios antes de dictar un procesamiento.

El juez Guzmán, satisfecho

"La decisión tomada confirma lo que ya se sabía, que Augusto Pinochet está cuerdo y que no se puede hablar de demencia", afirmó ayer el juez chileno Juan Guzmán, el primero que procesó al ex dictador en Chile, informa Francesc Arroyo. Guzmán se halla en Barcelona para impartir varias conferencias en medios universitarios y jurídicos.

"Hace meses que estaba convencido de que Pinochet no está loco. Por mis conversaciones personales, por las charlas con psiquiatras o tras la lectura de las declaraciones tomadas en el caso de las cuentas bancarias. Vi también un vídeo íntegro con una entrevista para una emisora de Florida, en EE UU; todo eso me convencía de que Pinochet está cuerdo y bien cuerdo", añadió.

Augusto Pinochet, el pasado 10 de agosto en Santiago.
Augusto Pinochet, el pasado 10 de agosto en Santiago.REUTERS

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