_
_
_
_
_

Alan García anuncia su candidatura a las presidenciales de 2006 en Perú

Las encuestas muestran un amplio rechazo al ex presidente

El ex presidente peruano Alan García fue proclamado el pasado lunes por su organización, el Partido Aprista, candidato a las elecciones presidenciales de Perú, que se celebrarán en abril de 2006. García, de 56 años, es el tercer candidato para esos comicios tras la conservadora Lourdes Flores y el centrista Valentín Paniagua. Las encuestas no favorecen, sin embrago, a quien fue presidente de Perú entre 1985 y 1990: García ocupa el tercer lugar en las preferencias electorales. El candidato aprista tiene fe en que podrá invertir la tendencia y dejó claro que será su última campaña presidencial.

El Aula Magna de la sede del Partido Aprista estaba repleto ayer de miles de apristas y simpatizantes, que enarbolaban carteles y globos con el lema "Alan Presidente. Alan es del pueblo". A las ocho de la tarde (las dos de la madrugada de ayer en la España Peninsular), el ex presidente peruano inició su discurso: "Aquí estoy, a la llamada del partido una vez más y hasta que me muera". Luego anunció los cuatro pilares de su plan de gobierno: la justicia social, el empleo, la seguridad y la integración.

El problema es que tanto el Partido Aprista como el propio García son vistos con recelo y desconfianza por la mayoría de los peruanos. La gestión de su primer Gobierno dejó al país sumido en una grave crisis política y económica.

"Vencer esta doble resistencia, al líder y al partido, es el desafío formidable que tienen Alan García y el aprismo para persuadir a los votantes y gobernar por segunda vez", dijo Hugo Otero, el publicista que lo llevó a la presidencia en 1985.

Según las últimas encuestas de la empresa Apoyo, Lourdes Flores obtendría el 28% de los votos; Valentín Paniagua y García, el 17%. La diferencia está en los votos en contra. Mientras el 32 y 34% de los peruanos votaría en contra de Flores y Paniagua, respectivamente, García no tiene el apoyo del 64% de los votantes.

En los últimos cuatro años, García ha liderado la oposición al Gobierno de Alejandro Toledo, quien le derrotó en la segunda vuelta electoral de 2001. Sin embargo, el ex gobernante no ha logrado saldar sus deudas con la justicia y este año debió responder por matanzas atribuidas a las fuerzas armadas durante la lucha contra el terrorismo en los primeros años de su Administración.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El primer Gobierno del partido aprista en la historia de Perú dejó un saldo difícil de olvidar para la mayoría de peruanos, con una economía en quiebra, aislados del mundo financiero internacional y con una inflación del 7.000% al término de su mandato. No obstante, García atribuye parte de su desastroso manejo de la economía a la inflación del 250% heredada de su antecesor, Fernando Belaúnde Terry (1980-1985). "Actualmente, no hay terrorismo, no hay crisis de pago ni inflación latinoamericana (...), se pueden hacer cosas", opinó recientemente García en unas declaraciones al diario El Comercio.

No obstante, su primer paso por la presidencia estuvo también marcado por los escándalos de corrupción. Un primer juicio fue abierto en 1992 por enriquecimiento ilícito por su presunta participación en el escándalo del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), la compra-venta de aviones Mirage 2000, un desequilibrio patrimonial y tenencia de cuentas bancarias no justificadas.

Un segundo proceso fue abierto por los cargos de enriquecimiento ilícito, colusión ilegal, negociación incompatible y cohecho pasivo, por presuntamente haber recibido sobornos para entregar a la empresa italiana TRALIMA los derechos de construcción del tren eléctrico de Lima, aún inconcluso.

El entonces fiscal supremo Miguel Aljovín solicitó que García fuera condenado a diez años de prisión y al pago de una reparación civil de 100 millones de soles (más de 30 millones de dólares) en favor del Estado. Un tribunal especial ordenó en 1995 su captura a nivel internacional y lo declaró reo contumaz para evitar que prescribieran los delitos que se le imputaban.

Sin embargo, García se exilió en Colombia en 1992, tras el autogolpe de Estado de Alberto Fujimori (1990-2000), y vivió entre Bogotá y París hasta su retorno a Perú en 2001 para ponerse al frente de su segunda candidatura. Poco antes de su regreso a Perú, dos salas de la Corte Suprema de Justicia fallaron por la prescripción de los presuntos delitos de enriquecimiento ilícito, colusión ilegal y cohecho pasivo que se le imputaban, y por el levantamiento de las órdenes de captura nacional e internacional que pesaban contra él.

Alan García.
Alan García.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_