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China detiene al mando policial que ordenó disparar en una protesta

China rompió ayer el silencio sobre las protestas ocurridas el martes en un pueblo del sur del país, durante las cuales la policía abrió fuego y mató a varias personas. Pekín, que ha detenido al comandante de la policía que ordenó disparar, culpó a un pequeño grupo de gente de ser el instigador del enfrentamiento.

El Gobierno aseguró que son tres los fallecidos, mientras que los vecinos hablan de más de 10. Amnistía Internacional afirma que murieron al menos cuatro. El incidente ha levantado el fantasma de la masacre de Tiananmen (junio de 1989), cuando el Ejército mató a varios centenares de manifestantes -el Gobierno no dio nunca una cifra oficial de víctimas- en los alrededores de esa plaza de la capital china.

El incidente registrado esta semana en Dongzhou, un municipio de unos 10.000 habitantes de la sureña provincia de Guangdong, se produjo a causa de las protestas de los vecinos contra lo que consideran compensaciones injustas por la requisición de tierras para construir una central térmica de carbón. Según la agencia oficial Xinhua, la policía disparó contra la muchedumbre después de que ésta bloqueara una carretera y atacara a los agentes. "Se hizo de noche cuando la multitud comenzó a arrojar explosivos. La policía se vio obligada a disparar en respuesta. En el caos, murieron tres vecinos y ocho resultaron heridos", señaló.

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