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Reportaje:

Mil días de una guerra demasiado larga

Los iraquíes expatriados comienzan a votar dos días antes que el resto en unas elecciones que cerrarán la transición

El Gobierno de EE UU, que preveía una guerra rápida y decisiva en Irak, ha visto cumplirse hoy los mil días de un conflicto sin visos de arreciar, pero con un país que parece más abocado a la guerra civil que a la democracia, convertido además en el principal escenario del terrorismo. La efeméride se celebra mañana, miércoles, un día antes de que tenga lugar la tercera consulta popular en el país en dos años, en esta ocasión unas elecciones parlamentarias que pondrán fin al proceso de transición diseñado por la Casa Blanca.

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La invasión de Irak, destinada a derrocar el régimen del presidente Sadam Husein, comenzó el 20 de marzo de 2003 con la firme decisión de EE UU y el Reino Unido, secundados por algunos gobiernos como el de España, pero con las reticencias del resto de la comunidad internacional. El casus belli defendido con terquedad por Washington y Londres en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU fue la supuesta posesión por parte del régimen iraquí de un arsenal secreto de armas de destrucción masiva, que a pocos convenció y que nunca apareció.

Las casi mil y una noches desde que el primer misil cayó sobre la madrugada bagdadí han sido una pesadilla por el elevado número de víctimas. Así, lo que se publicitó como un camino de rosas hacia la democracia -"nos recibirán con flores y abrazos", se dijo entonces- se ha convertido en una senda de espinas plagada de sangre y violencia diaria. Por primera vez, EE UU ha ofrecido un cálculo del número de civiles iraquíes muertos: 30.000, a lo que se une el goteo diario de muertes de soldados estadounidenses, que ya son 2.150. La cifra de civiles muertos la dio ayer el propio presidente de EE UU, George W. Bush, quien está inmerso en una campaña para revertir una opinión pública contraria a la política de su Gobierno en Irak.

Cuatro soldados muertos

Para lograrlo, está mezclando su optimismo tradicional sobre el futuro del país con dosis de realismo sobre el costo para EE UU. Pero el número de bajas continúa creciendo y hoy mismo han muerto el noroeste de Bagdad cuatro soldados del Ejército de Tierra de EE UU en un ataque con bomba. Por ello, la mayor baza de Bush es demostrar que el proceso político está corriendo en Irak y que un Gobierno estable permitirá la salida de las tropas de su país, según los expertos. Así, para la Casa Blanca son cruciales las elecciones del jueves, que producirán la primera administración no transitoria en Irak, que contará con un mandato de cuatro años.

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Hoy, más de un millón y medio de iraquíes que viven en el exterior tenían una cita con las urnas, dos días antes que el resto del país. Los expatriados han comenzado a depositar su voto en los colegios electorales habilitados en 14 países del mundo, bajo férreas medidas de seguridad en la mayoría de los estados de Oriente Próximo por el temor a atentados. El proceso del voto ausente se prolongará hasta el mismo jueves 15, día en el que los comicios se celebran en Irak. Los comicios arrancaron el lunes con el voto de las fuerzas de Seguridad, los enfermos y los presos a los que no se les imputa delitos de terrorismo.

Mientras tanto, dos reputados dirigentes políticos árabes suníes han sido asesinados hoy a tiros por desconocidos en dos ataques al norte y al oeste de la capital iraquí, según fuentes de seguridad locales. Se trata de Muzher al Duleimi, líder del Partido del Irak Libre, que fue abatido en la localidad de Jalediya, próxima a Ramadi, la capital de la convulsa provincia de Al Anbar, al oeste de Bagdad. Las fuentes han añadido que otro político árabe suní ha sido asesinado en Mosul, a 450 kilómetros al norte de la capital iraquí. Aunque no han facilitado su identidad, han afirmado que la víctima pertenecía al Frente Nacional de Irak, coalición de varios partidos suníes. Además de esta incesante violencia, al cumplirse los mil días del inicio de la invasión de su país la mayoría de los iraquíes carece de los servicios básicos como electricidad y agua corriente y tratan de sobrevivir en un país acuciado por el paro.

El iraquí Ahmad Albahadili se convierte en el primero en votar en una mesa habilitada en Pomona (California).
El iraquí Ahmad Albahadili se convierte en el primero en votar en una mesa habilitada en Pomona (California).AP

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