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Reportaje:

Los 'ciberexcluidos'

La mitad de los españoles no utiliza Internet. La mayoría son jubilados, amas de casa, inmigrantes y campesinos que se encuentran al margen de un mundo de oportunidades

Patricia Fernández de Lis

-A ver, vamos todos a pinchar Internet Explorer.

-Yo no tengo de eso.

-Mi ordenador tiene dos.

-Con el dedo, tienes que ponerlo con el dedo, cuando salga la manita.

-Me he perdido.

-Es que estás en gugle.

-¿Dónde era que teníamos que pinchar?

"Tengo la sensación de que nadie me escucha", comenta David, entre resignado y divertido. Es profesor de informática, y hoy da clase a una veintena de jubilados en un centro para mayores que gestiona la Obra Social de La Caixa en Madrid. Los alumnos están aprendiendo a crear cuentas de correo electrónico, y les llevará unas dos horas hacerlo, porque cada paso que dan les introduce en un mundo hostil, repleto de menús desplegables, ventanas que se abren solas y ratones que se mueven por toda la pantalla. Las interrupciones son constantes. El esfuerzo de atención y memoria que requiere, enorme. Pero la recompensa es aún mayor.

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"Yo no era analfabeta en el siglo XX. En el XXI, sí lo soy", dice Pilar Domínguez, de 72 años, que fue maestra durante 45 y que quiere comunicarse con su hija, que vive en Francia. A María Ángeles Alonso, de 79 años, el curso le ayuda a superar la "frustración" que le produjo no poder seguir estudiando. Y Zósimo Mesonero -un auténtico experto, a sus 81 años- busca, simplemente, aprender a hacer lo que antes no sabía hacer.

Pilar, María Ángeles y Zósimo no lo saben, pero están a punto de dejar de formar parte de la triste estadística que les identifica dentro de la brecha digital, es decir, las personas que no usan las tecnologías de la información.

Es un problema creciente y que comparten todos los países europeos aunque en España la brecha es especialmente profunda. Según un informe del Instituto Nacional de Estadística del pasado octubre, 9 de cada 10 usuarios de ordenador tiene entre 16 y 24 años y ha recibido educación superior.

Sólo el 1,6% de ellos tiene 75 años o más, y sólo un 12% de los españoles con únicamente educación primaria usa el ordenador. Y es que España está a la cola de Europa en el uso de las tecnologías. Según Eurostat, la agencia de estadísticas de la UE, sólo el 49% de la población usa habitualmente los ordenadores, frente al 55% de la media europea, y el 81% de Dinamarca o el 75% de Finlandia.

La tecnología es, sin embargo, un instrumento pensado para destruir barreras, y no para crearlas. El correo electrónico sirve para comunicarse de forma directa y barata con amigos y familiares;los programas de tratamiento de fotos han puesto en manos de aficionados instrumentos de profesionales, y la lectura por Internet facilita el acceso a millones de noticias. María del Mar Barón, responsable del centro de La Caixa, lo explica así: "La tecnología es accesible a cualquiera que invierta un mínimo de tiempo en ellay abre múltiples posibilidades. No hace falta ser joven ni culto", concluye, "para manejar un ordenador".

El problema es que el uso intensivo de estas herramientas por un sector de la población, y su total desconocimiento por el resto, crea una barrera invisible pero de "consecuencias nefastas", según Ramón Palacio, director general de Red.es. "Si no evitamos el riesgo de brecha digital en la ciudadanía se producirán desequilibrios en el modelo de crecimiento y bienestar que acabaremos pagando todos".

La causa concreta de la brecha digital está aún en discusión. Según José Cerezo, analista de la Fundación Auna, "es determinante el nivel de estudios y la edad". También lo es el coste. Según Eurostat, la razón principal por la que los europeos no se conectan a Internet es el precio. Según Red.es, los hogares españoles se gastan una media de 20,8 euros al mes en conectarse a Internet, un gasto al que hay que añadir la compra del ordenador. El segundo motivo es la falta de formación.

En Guadalcacín, una pedanía de Jerez de 6.000 habitantes, se organizan cursos de informática a los que acuden, sobre todo, amas de casa de 20 a 40 años con hijos en edad escolar. Ésta es, también, una brecha de sexo. Las mujeres utilizan Internet en un porcentaje del 36,3%, cuando la media nacional es del 41%. "El problema es que muchas alumnas no han tenido ningún contacto con la tecnología y sólo tienen educación básica", explica Ana María Lirio, coordinadora del centro."¿Encender el ordenador? No sé, yo sólo le quito el polvo", dicen algunas de ellas cuando comienzan el curso, explica Lirio. Según Lirio, la buena noticia es que la mayor parte de las mujeres que hacen el curso de iniciación a la informática se enganchan y continúan formándose después en otro tipo de tecnologías.

Ese enganche que provoca el uso de la tecnología lleva a muchas personas que han aprendido a utilizarla a convertirse, ellos mismos, en profesores. Luis Martín tiene 66 años y es presidente de Viacema (Voluntarios Informáticos Asociados en Centros de Mayores), una asociación que ayuda a otros mayores a utilizar las nuevas tecnologías."La sociedad avanza, y ellos se sienten como si viajaran en un vagón de tercera clase. No quieren ser meros espectadores".Jubilados, amas de casa y habitantes de zonas rurales han sido ya identificados como población en riesgo de exclusión digital. Pero la comunidad que más preocupa a los expertos, por su rápido crecimiento y complejidad, es la inmigrante. No hay estadísticas disponibles sobre su grado de alfabetización digital, aunque sí se sabe que el 8,4% de los habitantes de España son extranjeros. Y la cifra crece.

Rigobert Bambara, originario de Burkina Faso, explica por qué da clases de informática en la Fundación Rais (con ordenadores donados por la Fundación Bip-Bip). "Trabajo en la construcción, pero quiero ser ingeniero mecánico, y para eso necesito saber informática. Es necesario", resume, "para tener una vida mejor".

Los expertos no sólo debaten las causas de la brecha digital sino que no se ponen de acuerdo en las soluciones. Desde el Gobierno se sugiere promover el uso del correo electrónico, apoyarse en el éxito del teléfono móvil (más del 90% de la población lo usa), y ampliar los servicios de la Administración accesibles desde la Red. No hay, sin embargo, iniciativas globales para paliar la brecha. El proyecto más ambicioso llevado a cabo por la Administración fue Internet para todos, que pretendía en 2001 formar a un millón de españoles. Logró enseñar a 100.000.

"Es importante el despliegue de infraestructuras de banda ancha, la formación de los ciudadanos en las tecnologías y la comunicación de las ventajas que éstas ofrecen", explica Ramón Palacio. Las asociaciones, y concretamente los voluntarios, son fundamentales. Aunque carecen de conocimientos técnicos, sí saben cómo venderlos. "A la gente hay que hablarle con normalidad", explica María José Rufas, una voluntaria de Viacema. "El escritorio, los menús, los archivos... Yo les describo el ordenador como si fuera el despacho de su casa, con sus cajones y archivadores".

A pesar de las distintas iniciativas, el ritmo de adopción de las tecnologías, por ahora, es muy lento. Según datos de Red.es, de los 23,3 millones de ciudadanos que en septiembre de 2003 no eran usuarios de Internet, 19,9 siguen sin serlo ahora. Aunque los datos también demuestran que el que lo prueba, repite: solamente 0,6 millones de usuarios dejaron de serlo a lo largo del periodo.

En el centro de La Caixa, mientras tanto, Pilar Domínguez sigue tratando de entender el correo electrónico. Le costará un par de días pero está feliz. Ya ha elegido su próxima dirección de correo electrónica: 3w.abuela@.

Un usuario en la feria de ocio digital E-life, que se celebró en Madrid la pasada semana.
Un usuario en la feria de ocio digital E-life, que se celebró en Madrid la pasada semana.ULY MARTÍN

El "vicio" de María Soledad

La brecha digital también es regional. Según datos del INE, hay casi veinte puntos porcentuales de distancia entre Madrid, la comunidad con mayor proporción de usuarios de Internet (51,2%), y Extremadura, la menor (33,7%). Las diferencias son aún mayores si se estudia el acceso a Internet por alta velocidad o banda ancha: según datos de Red.es, Castilla y León es la comunidad con menor proporción de acceso, con un 14,8% de los hogares, frente al 31,1% de Ceuta, que es la mayor.

Para cerrar esta brecha regional se han creado los telecentros. Son lugares públicos de acceso a Internet que se han desplegado en pueblos y pedanías donde no llegan las compañías privadas de telecomunicaciones. Hay ya 4.235 centros en toda España.

Uno de los más representativos es el de Miño de Esteban, un pueblo soriano de 70 habitantes. La media de edad ronda los 50 años y no hay niños, pero su alcalde (José María Peñalba, del PSOE) pensó que un centro de acceso público a la Red mejoraría la calidad de vida del pueblo y ayudaría a sus habitantes a divertirse y comunicarse con sus parientes. El pueblo estuvo de acuerdo, a pesar de que su coste (30.000 euros) se comió parte del presupuesto (80.000 euros).

El telecentro empezó a funcionar en junio de 2004. Tiene seis ordenadores, y siempre hay tres o cuatro personas utilizándolo. María Soledad Onrubia, viuda de 61 años, confiesa el "vicio" que tiene con el ordenador, especialmente con los juegos. Nemesia Olmos, de 77 años, utiliza el centro para comunicarse con sus hijas por el correo electrónico. Emiliano Martín, de 79 años, utiliza el Sigpac, un sistema del Ministerio de Agricultura que permite identificar las parcelas de los agricultores. "En un pueblo tan pequeño, no hay muchas cosas que hacer, y menos en invierno, pero tenía miedo", explica su alcalde: "Hubo un momento en que pensé que el centro no se usaría, pero ahora me doy cuenta de que no sólo lo usan: lo viven".

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Sobre la firma

Patricia Fernández de Lis
Es redactora jefa de 'Materia', la sección de Ciencia de EL PAÍS, de Tecnología y de Salud. Trabajó diez años como redactora de economía y tecnología en EL PAÍS antes de fundar el diario 'Público' y, en 2012, creó la web de noticias de ciencia 'Materia'. Los fines de semana colabora con RNE y escribe, cuando puede, de ciencia y tecnología.

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