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El 6,38% de las universitarias sufre serios transtornos alimenticios, según un estudio

Espido Freire reclama el fin de los mensajes que relacionan el éxito y con la delgadez

Un estudio sobre la incidencia de los trastornos de la conducta alimentaria entre la población universitaria desvela que un 6,38% de las universitarias es víctima de un algún tipo de trastorno alimentario grave. El trabajo, realizado por la Asociación contra la anorexia y la bulimia (ACAB) en colaboración con Adeslas, indica además que el 11,48% de las universitarias presenta síntomas patológicos y un riesgo importante de sufrir alguna de estas enfermedades. En la investigación han participado 549 estudiantes de 18 a 25 años de 11 universidades españolas.

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Jaume Pags, presidente de la ACAB, ha destacado la relevancia de este estudio por ser "el primero a nivel estatal que centra su universo en la universidad". Cristina Carretero, encarga de estudios de prevención de ACAB, ha señalado tras presentar los datos que la incidencia de transtornos que se ha detectado es similar a los datos que se tenían hasta ahora por otros estudios, aunque el porcentaje de los que sufren un transtorno grave es algo superior al 5% que se tenía como referencia. Tras puntualizar que ninguno de estos casos son diagnósticos, sino que se habla de los resultados de una criba, ha remarcado que también se ha visto que las estudiantes de ciencias sociales y jurídicas son las más afectadas.

Se ha constatado que más del 97% de las universitarias afectadas por anorexia o bulimia ha seguido una dieta estricta para perder peso sin control médico, y que el 54% de las que está en riesgo ha seguido o sigue una dieta restrictiva. El 74% de las jóvenes con alto riesgo presenta además niveles bajos de autoestima, que se traducen en una valoración negativa de su aspecto físico, y un 45% tiene una personalidad extremadamente perfeccionista, frente al 4% de las que no sufre problemas de alimentación. Luisa de la Puente, directora general de Planificación y Avaluación del Departamento de Salud de la Generalitat, ha remarcado "la importancia de mejorar la formación de médicos y enfermeras de los centros de atención primaria para hacer un diagnóstico precoz de estas enfermedades".

Transtornos alimenticios y mentales

A la presentación ha asistido Espido Freire, escritora y autora del ensayo Cuando comer es un infierno, ha centrado su discurso en analizar la percepción social de la anorexia y la bulimia y la concepción actual del cuerpo de la mujer. La escritora, ganadora del premio Planeta en el 1999, ha advirtido de que "si no cambiamos los mensajes de relación entre éxito y delgadez y rebajamos la presión sobre la mujer, el índice de enfermas puede aumentar hasta un 30% en los próximos años". Para evitarlo, Freire ha reclamado cambios en la forma de educar para potenciar la seguridad y la autoestima de los jóvenes y evitar que se acepte un único modelo de belleza. Las personas anoréxicas se niegan a mantener su cuerpo con un peso situado dentro de los límites de la normalidad, les da mucho miedo aumentar de peso o llegar a ser obesas y están exageradamente preocupadas por su figura.

Además, la valoración que hacen de sí mismas como personas viene determinada por la opinión sobre su cuerpo. La anorexia y la bulimia nerviosa están vinculadas al sexo femenino, ya que el 90-95% de los afectados son mujeres entre los 12 y los 25 años, aunque la franja de edad más frecuente en que se sitúan las enfermas de anorexia es entre los 12 y los 17 años, y la de bulimia entre los 10 y los 20. Los síntomas más frecuentes de la anorexia son mantener el peso en el valor mínimo que corresponde a su edad y altura, afirmar que se está gordo aunque se esté delgado y reducir el consumo de alimentos, especialmente los que contienen más grasa.

Las anoréxicas se vuelven introvertidas y agresivas, se aislan y juzgan su vida bajo la visión de la imagen personal, la belleza y el triunfo. En general son buenas estudiantes, comen sin compañía, se vuelcan en el ejercicio físico de forma desmesurada y habitualmente tienen frío, padecen estreñimiento y consumen laxantes y diuréticos. Se llama bulimia a la ingesta excesiva de alimentos que después se intenta compensar con conductas anómalas como vómitos, abuso de laxantes y diuréticos o con dietas restrictivas intermitentes, lo que se acaba convirtiendo en costumbre. La Organización Mundial de la Salud ha clasificado la anorexia y la bulimia como trastornos mentales y del comportamiento y como enfermedad mental, ya que el temor a engordar y la falta de control sobre la alimentación acaban en procesos depresivos.

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