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Crítica:COMER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pasión por los arroces

SAINT JAMES reabre en Madrid con 24 especialidades y platos por encargo

José Carlos Capel

Ningún alimento como el arroz suscita semejantes controversias. En la Comunidad Valenciana y en cualquier otro punto de nuestro país, las recetas más populares generan entre los aficionados acaloradas polémicas. La realidad es que encontrar arroces bien elaborados no es una tarea sencilla. A la mayoría, incluidos aquellos que se preparan en los lugares de mayor renombre, les sobra grasa (defecto frecuente); una gran parte carecen de carácter porque se cocinan con fondos insulsos, y muchos no presentan la textura adecuada. Como afirma el prestigioso cocinero Quique Dacosta (restaurante El Poblet de Denia), se suelen denominar arroces al dente, expresión aberrante, los crudos y necesitados de minutos de cocción adicionales.

SAINT JAMES

Juan Bravo, 26. Madrid.

Teléfono 915 75 60 10.

Cierra los domingos.

Precio medio, entre 40 y 45 euros. Salpicón de mariscos, 15 euros. Fideuá con sepias, 15 euros. Arroz marinero, 16 euros. Tarta fina de manzana, 7 euros.

Pan ... 5,5

Café ... 4

Bodega ... 6

Aseos ... 7,5

Ambiente ... 6

Servicio ... 6

Dentro de esta parcela con tantas opiniones encontradas, acaba de reinaugurar en Madrid el viejo Saint James, templo arrocero que, después de una profunda remodelación y cambio de propiedad, vuelve otra vez por sus fueros. Su carta, muy ambiciosa, alberga 24 especialidades, que se clasifican en arroces secos, en cazuela, caldosos y melosos. Un listado al que se suman algunos de la variedad basmati y cuatro fideuás sugerentes. En conjunto, un extracto del Mediterráneo reflejado en sabores marinos y vegetales.

Fideuá con sepia

¿Cuál es el pecado capital del nuevo Saint James? El exceso de grasa: en el arroz a banda con langostinos y carabineros, bastante fino, el aceite mancha con profusión el fondo del plato; en la fideuá con sepias en su tinta, muy sabrosa, chorrean aceite los fideos, mientras que el arroz marinero, perfecto de punto, llega a la mesa en las desterradas cazuelas de barro, cubierto por una horrorosa película roja de grasa, igual que la más racial de las fabadas. Un problema serio de conceptos.

Para antes o después se ofrecen ensaladas, mariscos, platos de verduras y recetas de pescado y de carne. Tiene calidad el jamón ibérico, resulta algo pobretón el salpicón de mariscos y son deliciosas las alcachofas rebozadas en un tenue rebozo. No provocan el mismo entusiasmo los insípidos chipirones a la parrilla, que se acompañan de unas verduras rebozadas en las que sale a relucir el tufillo de un aceite fatigado por el uso. La ensalada verde es bastante agradable, y el tronco de merluza en salsa verde con almejas deja al descubierto el acertado punto del pescado y la calidad de las materias primas.

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Comedor y terraza del restaurante Saint James, en Madrid. Abajo, su arroz a banda.
Comedor y terraza del restaurante Saint James, en Madrid. Abajo, su arroz a banda.SANTI BURGOS

DULCES, VINO Y ARROCES PARA LLEVAR

EL NUEVO Saint James ha abierto sus puertas tras una profunda reforma de su comedor, que ahora presenta una estética más limpia, aunque algo cursi, en la que predominan los tonos azul pastel, una moqueta de color semejante y algunos motivos marineros. Su comedor, no demasiado ruidoso, desemboca en una recoleta terraza interior, muy concurrida, que incluso por las noches tiende a resultar calurosa.La oferta golosa presenta las mismas características de los platos salados: muchas opciones con algunos altos y bajos. A pesar de que el sorbete de azahar con mistela se anuncia a bombo y platillo, la realidad es que no sabe a nada; es vulgar el sorbete de limón al cava y deliciosa la tarta de almendras sobre crema de turrón, muy recomendable. En otras dos propuestas se mantiene la misma tónica: suculenta la tarta fina de manzana con helado de vainilla, y sólo aceptable el bizcocho cremoso (fluido) de chocolate negro. Aunque sorprende que en la carta no figure ningún vino dulce para acompañar los postres, en el listado general se encuentra una selección aceptable de distintas procedencias. Vinos blancos de Rueda, Rías Baixas, Cataluña y Francia; rosados de Navarra y tintos de varias denominaciones de origen españolas (demasiado clásicos los riojas), a los que se suman franceses, italianos, chilenos, australianos y surafricanos. Entre los espumosos, algunos cavas y dos champañas. El café es bueno, pero se elabora de forma incorrecta, y el servicio es voluntarioso, pero insuficiente.Igual que antaño, el nuevo Saint James mantiene un servicio de arroces por encargo para llevar a casa, que el cliente debe recoger en el propio restaurante.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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