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Tribuna:DINERO
Tribuna
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Ahorro y endeudamiento de los hogares españoles

En los últimos tiempos, cada nueva aparición de datos de la Contabilidad Nacional o cada nuevo avance de las cuentas financieras del Banco de España constituye, en lo que a las familias se refiere, un nuevo sobresalto, ante la pertinaz -aunque suave- caída de la cuota de ahorro familiar y el sistemático aumento de la tasa de endeudamiento de los hogares, en relación con su renta disponible.

Un conjunto de trabajos elaborados por la Fundación de las Cajas de Ahorros, y recientemente publicados con motivo del Día Mundial del Ahorro que esta semana ha celebrado la comunidad financiera internacional, permiten sintetizar en tres rasgos las principales características del ahorro y del endeudamiento de las familias en la hora presente:

El ahorro familiar bruto es insuficiente para amortizar los pasivos financieros que van venciendo en cada periodo anual
La baja cuota de ahorro y el crecimiento en la compra de vivienda llevan a una mayor necesidad de financiación

1. La tasa de ahorro familiar en España es baja en términos comparativos y su evolución ha sido decadente desde 1995. La baja cuota de ahorro se enfrenta, sin embargo, a un crecimiento intenso en la compra de vivienda, lo que viene conduciendo desde 2003 a una necesidad de financiación creciente de las familias. Un comportamiento poco habitual ya que tradicionalmente los hogares -dentro y fuera de España- suelen constituir el sector institucional que más financiación aporta a empresas y administraciones públicas que son habitualmente deficitarias.

2. El endeudamiento familiar viene creciendo incesantemente. En el año 2000, los pasivos financieros de las familias representaban el 81% de la renta disponible familiar, en el año 2006 se estima que esa proporción se elevará al 131%.

3. El hecho seguramente más preocupante es que, desde 2004, el ahorro familiar bruto es insuficiente para amortizar los pasivos financieros que van venciendo en cada periodo anual.

Tal vez sea importante reseñar que, en términos generales, el 90% de los hogares ahorran, aunque sólo el 30% realiza ahorro financiero -esto es, le queda algo después de deducir la compra de vivienda y otros activos reales-, el 10% son los más afectados por un desahorro (ahorro negativo) de cierta entidad y son los más habituales demandantes de préstamos y créditos en las instituciones financieras.

Una situación de este tipo comporta una alta vulnerabilidad de un amplio colectivo familiar -aunque no de todas las familias- ante las elevaciones de los tipos de interés, que no son descartables en los próximos meses.

¿Cómo se ha llegado a esto? En mi opinión, hay tres razones fundamentales.

La primera está constituida por los bajos tipos de interés de que ha disfrutado la economía española -en ocasiones negativos en términos reales-, que han invitado a las familias a entrar en procesos de compra de bienes de consumo duradero, con pago aplazado, y de vivienda con créditos cuyos vencimientos han ido alargando sucesivamente sus plazos de amortización.

Esta primera causa estimulante del gasto familiar es obvio que se irá reconduciendo a medida que la política monetaria del Banco Central Europeo se vaya haciendo más restrictiva.Un segundo factor es la convicción de muchas familias en el estrato medio de la distribución de la renta de que cualquiera que sean las necesidades en que incurran encontrarán la financiación adecuada, lo que les ha hecho caminar en ese terreno con excesiva confianza.

Por otra parte, el endeudamiento y el consumo excesivo han venido abonados por una elevación continua de los precios de la vivienda que ha generado un efecto riqueza estimulante del consumo, sin parar mientes en que tales valoraciones han podido y pueden tener un componente artificial al alza, queramos o no llamarlo burbuja inmobiliaria.

En mi opinión es urgente un saneamiento de las cuentas familiares, especialmente en ese 10% más comprometido que desahorra. Por ello, son necesarias acciones a corto y largo plazo.

Estoy convencido de que con un horizonte temporal adecuado es necesario abordar el tema de ir creando una cultura menos consumista -y más ahorradora- entre las nuevas generaciones. A corto plazo, las familias deben ordenar y consolidar sus deudas estableciendo un plan razonable de amortización y desprendiéndose de aquellos activos reales y financieros adquiridos en la euforia compradora de los últimos años y que no puedan realmente mantener.

Las instituciones financieras también deberían establecer criterios más restrictivos para la renovación y ampliación de créditos. En el sistema bancario me consta que esta línea estricta lleva ya algún tiempo funcionando. Tengo alguna duda razonable de que la misma actitud sea compartida por otras entidades que, desde el verano hacia acá, ofrecen incansablemente paraísos financieros de urgencia desde los medios de comunicación, especialmente los televisivos, que luego no resultan tan ágiles pero, eso sí, bastante caros.

Victorio Valle es director general de la Fundación de las Cajas de Ahorros.

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