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El proceso para el fin del terrorismo

La Conferencia Episcopal insiste en que negociar políticamente con ETA es inmoral

"Los principios morales han de ser repetidos". Con esta idea justificó ayer el portavoz de los obispos, Juan Antonio Martínez Camino, su insistencia en que dialogar políticamente con ETA "no es moral". Ésa, y ninguna otra, es la posición oficial de la Conferencia Episcopal Española (CEE), reiteró.

"Ante cualquier problema, la Iglesia subraya el valor del diálogo leal y libre como la forma más digna para superar las dificultades. Al hablar del diálogo no nos referimos a ETA, que no puede ser considerada como interlocutor político de un Estado legítimo, ni representa políticamente a nadie, sino al necesario diálogo y colaboración entre las diferentes instituciones para eliminar la presencia del terrorismo". Esto dice la Instrucción Pastoral emitida por el pleno del episcopado en noviembre de 2002 con el título Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias.

Se trata de un documento "de máximo rango, es la postura oficial de la Conferencia Episcopal", reiteró ayer Martínez Camino en una conferencia de prensa convocada para presentar una "nota" del Comité Ejecutivo de la CEE en contra del proyecto de ley de investigación biomédica, en tramitación en las Cortes (ver página 28).

"No me consta"

También dijo que "ningún miembro de la Iglesia católica está negociando con ETA", en respuesta a lo publicado por EL PAÍS el domingo pasado sobre que el Vaticano está informado de las conversaciones que el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, y el de San Sebastián, Juan María Uriarte, mantienen con la banda terrorista en el llamado proceso de paz. "No me consta. Por los datos que tengo, parece que no ha habido nunca tales gestiones", sentenció. Preguntado sobre aparentes contradicciones entre documentos y declaraciones de los obispos vascos y sus palabras, dijo que él no veía esa contradicción. "La postura de la Conferencia Episcopal es la expresada por la Instrucción Pastoral de 2002", zanjó.

Martínez Camino matizó más tarde su afirmación de que "ETA no es una interlocutora legítima para nadie y que no es moral que los asesinos puedan sentarse a una mesa como interlocutores políticos para negociar con representantes del Estado legítimo". Éste no es un principio político, sino ético, y no quiere decir que "no pueda hablarse con ETA para pedirla que deje de matar y que desaparezca". Añadió: "Los principios morales o éticos en este campo son principios claros que hay que aplicar en las circunstancias concretas; el médico sabe bien si en determinadas circunstancias los aplica o no, y el político también lo sabe".

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