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El futuro del Peñón

Moratinos espera que el pacto sobre Gibraltar facilite la negociación final sobre la soberanía

Londres agradece "el gran valor" del presidente Zapatero y su ministro de Asuntos Exteriores

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, expresó su confianza en que el acuerdo de cooperación alcanzado ayer por las autoridades de España, Reino Unido y Gibraltar "permita, tal vez, avanzar hacia una solución definitiva" del contencioso, que satisfaga la reclamación española de soberanía rechazada por los gibraltareños. El ministro mencionó este asunto dos veces. Pero también reconoció Moratinos que el acuerdo busca, "sobre todo", que Gibraltar deje de ser un factor "irritante" de las relaciones entre Madrid y Londres y entre el Peñón y su entorno.

El primer vuelo será en tres meses, y la liberalización de la telefonía, en cuatro
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Ni el secretario de Estado británico para Asuntos Europeos, Geoff Hoon, ni el ministro Principal de Gibraltar, Peter Caruana, sus dos interlocutores en este encuentro sin precedentes, se refirieron al tema de la soberanía, que tampoco es mencionado en los comunicados emitidos tras la reunión, más que para dejar constancia de que lo acordado "no tiene ninguna repercusión, en absoluto, en lo que atañe a la soberanía y a la jurisdicción", y para insistir en la posición ortodoxa de que esas cuestiones atañen exclusivamente a Madrid y Londres.

En una síntesis de toma y daca, Madrid aportó al compromiso de ayer el levantamiento de las restricciones españolas y europeas al tráfico aéreo en el Peñón; su renuncia a seguir controlando el desarrollo de la telefonía gibraltareña y la promesa de ampliar hasta cuatro los carriles para coches a través de la Verja, a fin de facilitar el tránsito.

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Gibraltar aceptó un complicado arreglo para que su pequeño aeropuerto aloje a policías españoles y pueda ser utilizado conjuntamente desde los dos lados del territorio dividido, al tiempo que se comprometió a aplicar la legislación europea para abrir su mercado de telecomunicaciones y a facilitar la sede para que se abra en el Peñón una delegación del Instituto Cervantes. El Reino Unido aceptó, por su parte, compensar a los españoles que perdieron sus trabajos en el Peñón cuando se cerró la Verja, en 1969, con unos complementos a sus pensiones que le supondrán un desembolso aproximado de 35 millones de euros.

Los tres interlocutores insistieron en que los acuerdos "favorecerán el desarrollo económico y social de Gibraltar y de la zona circundante, en particular del Campo de Gibraltar", que es donde más se han hecho sentir los efectos negativos del contencioso, según subrayó Moratinos. "Los grandes beneficiarios son los ciudadanos", apostilló Caruana, mientras Hoon sentenciaba: "Ésta es la diplomacia de los ciudadanos".

Hoon, que calificó el compromiso de "histórico", alabó el "gran valor" del presidente Rodríguez Zapatero por haber "aparcado" el problema de la soberanía. "El siguiente paso es hacer que el acuerdo se aplique", añadió el británico, llevando a la reunión ecos del fracaso de 1987, cuando Madrid y Londres cerraron otro compromiso similar de uso conjunto del aeropuerto y no se aplicó porque los llanitos se opusieron. La situación ahora es distinta, dada la participación de los gibraltareños en las negociaciones.

Subsiste, sin embargo, la duda de qué ocurriría si cambiase el Gobierno de Gibraltar y volviese el laborista Joe Bossano, que se ha opuesto a este diálogo. Para España sería una mala sorpresa, porque una vez aplicada la legislación comunitaria al espacio aéreo gibraltareño resultaría imposible volver a imponer restricciones. Caruana afirmó, en rueda de prensa, que el Gobierno gibraltareño es tan fiable como cualquiera y que, por tanto, su cambio no supondría mayores riesgos para el acuerdo que un cambio de Gobierno español o británico.

Las tres partes expresaron su determinación de "no escatimar esfuerzos" para que se cumpla el acuerdo. Es más, consecuentes con la visión de que lo más importante es que los ciudadanos lo asuman como algo beneficioso, anunciaron ayer resultados a breve plazo. Así, por ejemplo, y aunque las obras de construcción del nuevo Terminal del aeropuerto se calcula que durarán dos años, Moratinos dijo que el primer vuelo a Madrid, bajo el nuevo régimen, despegará en tres meses. Según los comunicados, la liberalización de la telefonía gibraltareña se producirá en cuatro meses, y los pensionistas españoles percibirán el primer plazo de su indemnización en abril de 2007 y el segundo, en abril de 2008.

"Con este acuerdo se vuelve a demostrar que la mejor forma de avanzar es el diálogo y la cooperación", dijo Moratinos. "En el siglo XXI se pueden hacer acuerdos, pero no se aplicarán si la ciudadanía no los quiere. Repito que aquí nadie renuncia a sus posiciones", añadió. En ese sentido, el ministro reiteró que la Federación Española de Fútbol "va a mantener" su oposición a que la UEFA admita en sus campeonatos una selección gibraltareña de fútbol.

También insistió Moratinos en que el foro tripartito, que ayer se reunió por primera vez a nivel ministerial para concluir el acuerdo, va a seguir funcionando con temas como el restablecimiento del ferry entre Gibraltar y Algeciras, junto a otras cuestiones de tipo económico y ecológico. No pudo precisar una fecha para la nueva reunión, aunque dijo que será a finales de año o principios del próximo. Tampoco concretó cuándo aceptará España que se celebre en Gibraltar una reunión de este tipo. Cuando Caruana se disponía a responder a la pregunta de si va o no a trabajar para que la ONU saque al Peñón de su lista de territorios colonizados, Moratinos se le adelantó y cerró la rueda de prensa reiterando que allí sólo se había tratado de "evitar el factor irritante" y que, por lo demás, las divergencias se mantienen.

Geoff Hoon, Miguel Ángel Moratinos y Peter Caruana, ayer en el palacio de Viana de Córdoba.
Geoff Hoon, Miguel Ángel Moratinos y Peter Caruana, ayer en el palacio de Viana de Córdoba.F. J. VARGAS

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