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El proceso para el fin de ETA

Rajoy anuncia que "rompe toda relación" con el Gobierno, y Zapatero le invita al consenso

El PP "rompe toda relación con el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, le retira el apoyo que venía prestándole y pondrá todo su empeño en que no se consume lo que consideramos un grave atentado contra el orden jurídico". En estos términos se expresó ayer en el Congreso Mariano Rajoy, líder del PP, sobre el llamado proceso de paz. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, replicó que está en condiciones de anunciar contactos con ETA, pero que demorará el anuncio, aunque será este mes de junio, en espera de que "el consenso sea mucho mayor", es decir, que el PP lo acepte, ya que todos los demás grupos expresaron apoyo sin reservas.

A través del Vaticano laico de la modernidad, o sea Internet, se había anunciado urbi et orbi que ayer era el día sexto, del mes sexto, del año sexto de este milenio, es decir, el día de la bestia, del anticristo: todo era posible, hasta el peor cataclismo.

El PP "pondrá todo su empeño en que no se consume lo que considera un grave atentado contra el orden jurídico"
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El presidente del Ejecutivo pide al PP que reconsidere su ruptura y asegura que seguirá buscando el más amplio consenso
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En el Congreso de los Diputados no llegó a tanto la premonición, pero el anuncio de Rajoy respecto al proceso de paz tuvo tintes apocalípticos en términos del juego democrático: ruptura total, y sin matices; de presente y de futuro. Por primera vez en la democracia, el primer partido de oposición anuncia la quiebra de relaciones en materia antiterrorista y, además, hace saber que "pondrá todo su empeño en que no se consume" lo que el Gobierno y el resto de los grupos llaman proceso de paz y el PP "grave atentado contra el orden jurídico, la legalidad democrática, el Estado de derecho y la seguridad de los españoles".

Hubo más aún: Rajoy cerró cualquier puerta a la posibilidad de reconocer que Batasuna llegue a la normalidad democrática. Para el líder del PP, "Batasuna, con este nombre o con otro cualquiera, diga lo que diga, seguirá siendo lo mismo que ha sido siempre, lo único que da sentido a su existencia: un apéndice de ETA". Casi expresamente Rajoy anunciaba su rechazo, de antemano, a cualquier movimiento político hacia la legalización que haga Batasuna.

No estaba previsto debate, sino un mera exposición de las propuestas que cada grupo presentaba para el debate del estado de la nación. Rajoy no hizo ni la más leve alusión al resto de las propuestas de su grupo. Se centró exclusivamente en defender la suya, referida al terrorismo.

A la vista de la intervención de Rajoy y tras la del portavoz socialista, Julio Villarrubia, Zapatero optó por subir a la tribuna, con lo que el presidente del Congreso, Manuel Marín, concedió un turno a cada grupo.

Zapatero aseguró se sentía "obligado comparecer" después de lo que había oído y que pretendía "buscar acuerdos y consensos y no proclamar rupturas".

Rajoy había argumentado que había permanecido en silencio hasta ahora y que había ofrecido apoyo al Gobierno. Zapatero le recordó que no ha mantenido tanto silencio porque al poco de empezar la legislatura comenzaron, por parte del PP, las críticas públicas y en sede parlamentaria a la política antiterrorista del Gobierno. No olvidó que el año pasado Rajoy llegó a decirle que había traicionado a las víctimas. La realidad es que Zapatero suavizó la expresión porque Rajoy dijo entonces que había "traicionado a los muertos".

Todo esto y las gravísimas acusaciones lanzadas por dirigentes del PP en los últimos días, se comprometió Zapatero a olvidarlo "porque eso es lo que quieren la mayoría de los españoles".

Villarrubia, ayer portavoz del PSOE, fustigó con dureza al secretario general del PP, Ángel Acebes, que el lunes aseguró que "en estos momentos el proyecto de Zapatero es el proyecto de ETA". Villarrubia llegó a afirmar que Acebes "necesita ayuda psicológica".

El meollo de la intervención del presidente el Gobierno se centró en recordarle a Rajoy la actuación de su partido y su Gobierno en 1998, durante la tregua de ETA.

Zapatero se mostró convencido de que las palabras significan lo mismo ahora que entonces, y exhibió, incluso, un documento de Presidencia del Gobierno rotulado en 1998 como "proceso de paz". El presidente se preguntó: "¿Cambian de sentido las palabras según quien esté en el Gobierno?". "Eso es un juego hipócrita", dijo. Se extendió en recordar cómo José María Aznar anunció los contactos con ETA sin comunicarlo a nadie previamente, cómo pidió luego "discreción", incluso a los medios de comunicación, y cómo ante el reproche socialista por las formas adoptadas Aznar respondió, simplemente: "Si no ha habido medallas antes, tampoco habrá medallas ahora".

"La señal"

En ese intento de colocar al PP ante su propio espejo, Zapatero recordó unas declaraciones de Aznar al día siguiente de anunciar éste los contactos, en las que dijo que había "responsabilidades intransferibles que tiene el Gobierno y su presidente" y que alguien tenía que "dar la señal".

A esta frase se agarró Zapatero para asegurar que él ya se siente en condiciones de dar la señal, acudiendo al Parlamento públicamente, al contrario de lo que hizo Aznar, pero añadió: "No voy a dar la señal hoy", para de inmediato dirigirse al PP y pedirle que "reconsidere las palabras de ruptura" y apelar "al diálogo, al restablecimiento de los compromisos".

Hubo protestas en los escaños populares y Zapatero les preguntó por qué tienen tanto miedo a la historia, para seguir recordándoles que el PP también se reunió con representantes de Batasuna en 1998 y que acercó a Euskadi 143 presos etarras, sólo con una tregua indefinida y el anuncio previo de ETA de que acudía a la negociación para conseguir la autodeterminación como derecho irrenunciable. "¿Alguien dijo que, por hablar, el PP estaba pagando un precio político?", se preguntó Zapatero.

Rajoy, que en su primera intervención, ya había acusado al presidente del Gobierno de mentir cuando dijo, según cita del propio líder de la oposición, que no habría "diálogo con ninguna fuerza ilegalizada", que no se pagaría "ningún precio político" y que "no habría negociación de ninguna clase sin renunciar previa de la violencia". Todo eso ha saltado por los aires, según Rajoy, y le obliga a denunciarlo y a plantear la ruptura total con el Gobierno. "Usted prefirió Batasuna al PP", le dijo a Zapatero en la réplica, y "lo que usted ha hecho es una ignominia".

Para rechazar las menciones del presidente del Gobierno a la actuación del PP en 1998, Rajoy, sin nombrarlo, hizo una clara mención al episodio de los GAL y concluyó que "lo que importa no es el pasado, es el futuro",

Agradecimientos

Para cerrar el debate, Zapatero agradeció al resto de los grupos el apoyo, y citó a Gaspar Llamazares (IU) para asumir que "esto es una cuestión de todos". Recalcó que su intención es "comunicar en este mes de junio el inicio de contactos con la banda terrorista ETA" y deseo que en el tiempo que falta hasta ese anuncio "podamos tener el mayor consenso".

Zapatero mencionó expresamente al portavoz de CiU, Josep Antoni Duran, que le había asegurado apoyo aunque el proceso emprendido "no salga como todos deseamos", y volvió dirigirse con firmeza a Rajoy: "No estoy sometido a su ley, que es la ley del embudo. Para usted vale todo y para este Gobierno no hay confianza, apoyo ni lealtad".

Defendió la reunión que ha anunciado el PSE con Batasuna porque "no representa ningún precio político ni nada que se le parezca. No vulnera ningún precepto de jurídico y no tiene ningún efecto político ni jurídico".

"Convoco al diálogo", dijo Zapatero, "al compromiso, a la lealtad, la generosidad y a un principio que siempre ha estado presente en nuestra trayectoria democrática: la política antiterrorista la dirige el Gobierno".

Remató con un definitivo llamamiento a la voluntad de diálogo: "Por nosotros no va faltar, no sé si por ustedes, señor Rajoy".

En un momento en que Zapatero aseguró que no se puede dudar del PSE "después de lo que ha sufrido", Gotzone Mora, concejal socialista de Getxo, que asistía al debate en la tribuna de invitados junto a Francisco José Alcaraz, presidente de la AVT, y otras personas, gritó "¿en nombre de quién hablas? Yo soy del PSOE". De inmediato, el grupo se levantó, un policía se acercó a ellos y abandonaron la tribuna entre aplausos de los diputados del PP puestos en pie.

Zapatero muestra un documento oficial de 1998, cuando gobernaba Aznar, referente al "proceso de paz".
Zapatero muestra un documento oficial de 1998, cuando gobernaba Aznar, referente al "proceso de paz".LUIS MAGÁN

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