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El futuro del País Vasco

Zapatero da por bueno el alto el fuego y en junio pedirá apoyo para dialogar con ETA

El presidente quiere cambiar el preámbulo de la Constitución para reconocer a las víctimas del terror

José Luis Rodríguez Zapatero dio ayer por bueno el cese del fuego anunciado hace dos meses por la banda terrorista y adelantó que el mes que viene comunicará a los partidos "el inicio del proceso de diálogo con ETA para poner fin a la violencia". También expresó su propósito de reformar el preámbulo de la Constitución para incluir un reconocimiento a las víctimas del terrorismo. Zapatero aprovechó su primera visita a Euskadi tras el alto el fuego de ETA para realizar estos importantes anuncios. El marco elegido fue un mitin en Barakaldo (Vizcaya) con motivo del Día de la Rosa.

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Zapatero recordó que, tras anunciar ETA su alto el fuego permanente el pasado 22 de marzo, prometió tomarse un tiempo para "evaluar el alcance, la voluntad y las posibilidades de lograr el fin de la violencia". Aunque admitió que pueden existir "dudas razonables" sobre el proceso, el presidente puso el acento en "el empeño y la determinación absoluta del Ejecutivo para ver el final de la violencia en Euskadi y en toda España".

En este sentido, reclamó confianza en él al recordar el escepticismo con que fueron acogidas sus declaraciones de febrero pasado en las que vaticinaba que se podía estar ante el principio del fin de la violencia, lo que finalmente se vio confirmado.

Zapatero ha basado su decisión de iniciar el diálogo con ETA en una "evaluación política global" de la situación tras el alto el fuego, de la que forman parte los tres informes de verificación del Ministerio del Interior, todos ellos de resultado favorable, según fuentes de su entorno.

En la "evaluación política global" que ha llevado a Zapatero a tomar esta decisión ha influido también, según las mismas fuentes, el apoyo recabado entre los partidos hacia el proceso (con la excepción de las reticencias del PP), así como de la Unión Europea, de los sindicatos o de representantes sociales tan destacados como el presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, o el del Círculo de Empresarios Vascos, Alejandro Echevarria.

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También se ha tenido en cuenta, agregaron, el desmarque de Batasuna de los episodios de kale borroka durante estos meses.

La decisión anunciada ayer se materializará en una comunicación en el Congreso a lo largo del mes de junio. La fecha concreta aún no se conoce porque el presidente la quiere consultar con el líder del PP, Mariano Rajoy.

Aunque Zapatero reconoció el riesgo que conlleva el anuncio de ayer -"sé que es un empeño difícil, pero son ésos los que merecen la pena", dijo en Barakaldo-, también se comprometió a que el Gobierno se tome "el tiempo necesario para que cada paso que dé sea un paso irreversible en la buena dirección, en la que quieren los ciudadanos y que asegure que nunca más se volverá a ver la violencia".

No precisó tales pasos, pero se refería a medidas penitenciarias de acercamiento de presos de ETA a cárceles vascas en una primera etapa y en otra más posterior, a excarcelaciones.

Zapatero reconoció también el componente político del proceso de paz en Euskadi en un mensaje dirigido a Batasuna, aunque midió bien su alcance. "La paz no tiene precio político porque no es el fin de la política sino más bien la mejor condición para la política de verdad".

El Gobierno no va a negociar el futuro político de Euskadi con ETA, insistió, pero está dispuesto a que en dicho futuro participen "todas las ideas y sensibilidades, que se podrán defender siempre que se aborden con la palabra y el respeto democrático". Abrió así la puerta al regreso a la legalidad de la izquierda abertzale si se ajusta al marco democrático.

"Tendremos diálogo político con todos los que deseen dialogar en términos políticos, de forma que el diálogo conduzca a renovar el gran acuerdo de convivencia entre todas las fuerzas políticas y los ciudadanos de Euskadi", explicó más adelante.

No precisó si esa renovación del "gran acuerdo de convivencia" -esto es, del Estatuto de Gernika-, que corresponde a todos los partidos vascos, debe hacerse en un foro parlamentario o en una mesa de partidos. Lo que sí dejó claro es que los vascos "decidirán su futuro" en ausencia de violencia, "dentro de las leyes y respetando cada uno de los principios del ordenamiento", esto es, siguiendo las reglas constitucionales.

José Luis Rodríguez Zapatero, durante el mitin celebrado ayer por los socialistas vascos en Barakaldo (Vizcaya).
José Luis Rodríguez Zapatero, durante el mitin celebrado ayer por los socialistas vascos en Barakaldo (Vizcaya).SANTOS CIRILO

Reconocimiento al PSE

José Luis Rodríguez Zapatero quiso ayer destacar el papel fundamental que han jugado en este proceso los socialistas vascos y dos de sus principales dirigentes, Jesús Egiguren y Patxi López. En un local abarrotado, en el recinto ferial BEC de Barakaldo, el público tronó cuando sonó el nombre de Egiguren.

En su homenaje y en el de la larga lista de militantes socialistas asesinados por ETA que recordó Patxi López en su intervención (Enrique Casas, Fernando Múgica, Maite Torrano, Fernando Buesa, Juan María Jáuregui, Ernest Lluch, Froilán Elespe, Juan Priede y Joseba Pagazaurtundua) sonó la dulce voz del cubano Pablo Milanés con su tema Yo pisaré las calles nuevamente. La misma canción que Egiguren, muñidor junto a Otegi de las bases que han hecho posible el alto el fuego, había llevado en su bolsillo durante muchos meses en una cinta para poder escucharla en el momento en el que los terroristas anunciaran la esperada noticia. Para recordar a los ausentes y brindarles esta "Primavera de la paz y la libertad", dijo López.

Zapatero puso en valor al PSE y quiso además realizar en Euskadi un anuncio tan trascendental como el de ayer. Y ofreció "generosidad" y "reconciliación" pese al "daño irreparable". Por su parte, López aseguró que el mejor homenaje a los muertos es que "no vuelva a haber ni una víctima más en este país". El público aplaudió de nuevo a rabiar. Y López criticó al PP y a su líder vasca, María San Gil, por ser "incapaz de acompañar ese deseo de paz" con una palabra de aliento, una declaración en positivo. Y por enredarse en sus "mentiras intencionadas". "Parece que no quieren que esto salga bien".

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