_
_
_
_
_

El alemán secuestrado por la CIA declara en la Audiencia que creyó que iban a matarle

El juez investiga las escalas en aeropuertos españoles de los llamados 'vuelos de la tortura'

El ciudadano alemán Khaled El Masri, presuntamente secuestrado en diciembre de 2003 en un avión de la CIA que salió de Palma de Mallorca, ha denunciado hoy en la Audiencia Nacional hoy que cuando llegó a la cárcel de Kabul (Afganistán), donde estuvo retenido cinco meses, una persona le dijo que era un lugar "donde no existía la ley" y donde podían matarle "sin que nadie se enterara".

Según fuentes jurídicas, ésta es una de las principales observaciones que ha hecho El Masri al relatar su cautiverio durante su comparecencia como testigo ante el juez Isamel Moreno, que investiga las escalas en aeropuertos españoles de aviones de la CIA. Los abogados de la acusación han precisado que el secuestro de este ciudadano alemán de origen libanés, que ha declarado con intérprete, se debió probablemente a que la CIA le confundió con uno de los terroristas involucrados en el 11-S que tenía el mismo apellido, muy frecuente en Líbano. El Masri, de 43 años, es el primer testigo que declara en esta causa, en la que la Fiscalía, además de su testimonio, ha pedido la práctica de siete diligencias, fundamentalmente de tipo documental sobre itinerarios de vuelos.

Mientras, los abogados han pedido que se tome declaración como testigos a los responsables del aeropuerto de Son Sant Joan (Mallorca), aunque el juez aún no lo ha acordado. En su comparecencia, -durante la que se "derrumbó", según su abogado alemán,- El Masri ha narrado al juez, al igual que ya hizo ante las autoridades alemanas y el Parlamento Europeo, su secuestro al entrar en Macedonia el 31 de diciembre de 2003 por parte de la Policía de este país. Veintitrés días después de ser retenido, fue entregado a agentes de la CIA quienes, a su vez, le trasladaron a una cárcel de Kabul (Afganistán), donde pasó cinco meses y fue torturado, hasta ser liberado en Albania el 28 de mayo de 2004. Al inicio de su cautiverio en Skopje (Macedonia), fue trasladado a un hotel donde fue sometido a interrogatorios bajo tortura y el día en que iba a ser trasladado a Kabul le "colocaron unos pañales y un chándal de color azul" con las mangas y el pantalón cortados.

"Un lugar donde no existía la ley"

Nada más introducirle en el avión, le tiraron al suelo y le ataron a un soporte con una cadena para después aplicarle dos inyecciones y colocarle frente a la nariz un producto para olerlo, tras lo cual perdió el conocimiento. Una vez en Kabul, fue bajado del avión e introducido en un vehículo y tras un viaje de unos diez minutos fue obligado "con violencia" a bajar unas escaleras para acceder a una celda "donde fue introducido y golpeado", según su declaración. En Kabul -lugar en el que supo que se encontraba porque leyó el nombre de esa ciudad en su celda junto con unas inscripciones en árabe-, fue interrogado por un grupo de personas que se identificaron como "americanos" y que le preguntaron si conocía a una serie de personas que presuntamente residían en su misma localidad, Ulm.

Los interrogatorios se hacían en presencia de un intérprete de libanés que le hizo saber que se encontraba "en un lugar donde no existía la ley y que podían retenerle indefinidamente o matarle sin que nadie se enterara". Durante su cautiverio llegó a hacer huelga de hambre en dos ocasiones anunciando que se dejaría morir si no le dejaban en libertad, le dejaban hablar con las autoridades alemanas o le hacían un juicio en EE UU, a lo que el director de la prisión le contestó que "carecía de competencias para adoptar una decisión al respecto por lo que pondría tales extremos en conocimiento de Washington". Finalmente, sus captores le dejaron en libertad en un bosque situado entre Albania, Macedonia y Serbia y, al decirle que caminara hacia delante sin mirar atrás, pensó que "iban a dispararle por la espalda", pero lo que ocurrió es que delante suya aparecieron unos hombres armados pidiéndole su pasaporte.

Al enseñárselo, le dijeron que se encontraba en Albania en situación ilegal y que con la barba que llevaba -la que le creció durante su secuestro- "parecía un terrorista" y éste les explico que "había estado retenido por la CIA en Afganistán". Los policías no le creyeron, pero finalmente le trasladaron al aeropuerto de Tirana (Albania) y "sin pasar ningún tipo de control", fue metido en un avión, done le entregaron el billete y su maleta y viajó así hasta la ciudad alemana de Frankfurt, donde llegó el 29 de mayo de 2004. El fiscal solicitó su declaración ante la "coincidencia de fechas" entre su relato y la escala en Palma de Mallorca del vuelo Argel-Palma-Skopje (Macedonia), realizado por un Boeing 737 el 22 de enero de 2004 y que es el mismo avión que fue supuestamente utilizado para trasladar al detenido hasta Kabul dos días después.

Jaled el Masri.
Jaled el Masri.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_