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Un consistorio del PP facilitó un 'pelotazo' a promotores que financiaron a Tamayo y Sáez

Villanueva de la Cañada valoró un solar en casi cuatro veces más de lo pagado dos meses antes

El alcalde de Villanueva de la Cañada, Luis Partida (PP), mandó adquirir en 1997 una finca de los constructores Francisco Bravo y Francisco Bravo Vázquez, que apoyaron al diputado Eduardo Tamayo cuando en 2003 rompió la disciplina de voto y frustró un Gobierno socialista en Madrid. Los constructores compraron la parcela en 268.674 euros, y meses después, el Ayuntamiento de Villanueva la valoró, en informe sin fecha, en 963.349 euros. Los Bravo recibieron a cambio suelo municipal tasado en 965.899 euros, que vendieron en tres meses por 2,5 millones. El beneficio fue de 2,2 millones.

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El 26 de diciembre de 1996, la sociedad Villanueva de los Negocios -presidida por Vázquez y con Bravo como secretario- compró una finca de 4.618 metros cuadrados en Villanueva de la Cañada calificada como equipamiento comercial. La firma pagó 268.674 euros. Sólo dos meses después, el 26 de febrero de 1997, el alcalde, Luis Partida, decreta dentro de la revisión del plan de ordenación urbana que dicho terreno "sería idóneo para albergar algún servicio de carácter público". Acabó destinado a un cuartel de la Guardia Civil. El Ayuntamiento inició entonces las gestiones para su adquisición. Partida advierte en un escrito que "por los contactos mantenidos con la propiedad se ha llegado a la conclusión de que la permuta con terrenos municipales sería una fórmula aceptable para la obtención del citado terreno". El alcalde alude en febrero de 1997 a contactos con la propiedad, Villanueva de los Negocios, que compraron el terreno sólo dos meses antes.

Ese mismo día, 26 de febrero, según acta del Ayuntamiento, el alcalde ya define incluso qué propiedades municipales daría a los Bravo: dos solares en la calle Jacinto Benavente incluidos en un ensanche. Ya sólo quedaba por demostrar que la finca de los Bravo y las municipales tenían un valor similar y por lo tanto eran permutables. Esa labor recayó en el aparejador municipal, Miguel Fernández, quien concluyó en un informe sin fecha: "Se comprueba la sensible equivalencia de los valores de ambos terrenos, por lo que la permuta de los mismos se considera equilibrada".

Tasaciones similares

El valor que el aparejador da a las fincas municipales resulta de multiplicar su superficie máxima construible (7.018 metros cuadrados) por el valor del suelo (137,9 euros por metro cuadrado), lo que da un precio de 965.899 euros. El informe precisa que la tipología de las fincas que cede el Ayuntamiento será vivienda colectiva en manzana cerrada. La valoración de la finca de Bravo y Vázquez es la siguiente: el aparejador multiplica la superficie máxima construible (3.506 metros cuadrados), por el valor del suelo (275 euros por metro cuadrado). El resultado fue de 963.349 euros. Villanueva de los Negocios pagó la pequeña diferencia (2.500 euros) entre ambas tasaciones.

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Lo singular no es ya que ambos terrenos -uno destinado a vivienda y otro a equipamiento-, recibiesen similar valoración, sino que el aparejador municipal valorase en 963.349 euros unos terrenos que Bravo y Vázquez habían comprado por sólo 268.674 euros sólo dos meses antes de que el alcalde ordenara la permuta. Por tanto, con sólo ese informe municipal los Bravo ya habían obtenido casi 700.000 euros de ganancia, sin contar con que la rentabilidad de las fincas municipales recibidas no fuera aún mayor de la tasada por el aparejador.

Ésa es la tesis de un experto urbanista consultado: "El precio de tasación de la finca que entrega el Ayuntamiento a los Bravo no sólo es bajo sino que ignora el valor añadido de garajes y trasteros, 2.950 metros cuadrados. ¿Las promotoras regalan el garaje y los trasteros? No. Pues el Ayuntamiento sí lo hizo. Si se incorpora este valor, el precio del suelo sería 51.747 pesetas el metro cuadrado, el doble de lo tasado por el Ayuntamiento. Por tanto, el valor de la parcela que entregó el Ayuntamiento debió ser de 364.466.151 pesetas (2,1 millones de euros), frente a los 160.712.200 en los que la valoró (968.145 euros). Y esto sin contar una incongruencia: es imposible que el valor del suelo sea el doble en una finca comercial (el solar aportado por los Bravo, tasado en 45.714 pesetas por metro) que el de uso residencial libre que les dio Partida (22.900 pesetas el metro)".

Los hechos confirmaron la sospecha. A los tres meses de producirse la permuta de fincas, -el intercambio se materializó en marzo de 1999 por exigencias burocráticas, pero sin modificar las tasaciones de 1997-, los Bravo vendieron por 2,5 millones la finca que el Ayuntamiento les entregó valorada en 965.899 euros. En total, con una inversión de 268.674 euros, habían obtenido un beneficio de 2,2 millones. Y sin poner un ladrillo.

Un portavoz de Luis Partida precisó a este periódico que la tasación la aprobó el pleno municipal en diciembre de 1997 y que desconocía que los Bravo controlaran la sociedad con la que efectuó la permuta. Sin embargo, Partida, el único alcalde de Villanueva desde la democracia, firmó la permuta con Vázquez.

El ex director general de Urbanismo de Madrid, Enrique Porto, desbloqueó en 2004 un plan parcial en Villanueva donde compartía intereses con los Gil de Biedma, familiares de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, pese a que los técnicos se oponían al plan.

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