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Reportaje:

La fosa republicana de Valencia

El Ayuntamiento pretende hacer nichos sobre un lugar donde reposan víctimas del franquismo

Vicente Moreno recibía a los muertos de madrugada. Su llave abría el Cementerio General de Valencia cuando llegaba algún camión cargado con cadáveres que eran lanzados sin más trámite a una fosa común. La Guerra Civil española había terminado, comenzaba la represión de los derrotados. Así se lo contó aquel vigilante nocturno de la necrópolis a su nieto. "Decía que metían los cadáveres sin caja ni nada, tapaban la fosa y se iban", explica Ramón Manzanares, a punto de cumplir 70 años y de jubilarse también como empleado del cementerio. El relato de su abuelo emerge del recuerdo en medio de una fuerte polémica en torno al plan del Ayuntamiento, que dirige la alcaldesa Rita Barberá, del PP, de construir 1.030 nichos sobre una fosa común ajardinada, la de la sección séptima derecha del cementerio.

El Fòrum per la Memòria del País Valencià, dedicado a dignificar el recuerdo de las víctimas republicanas, denunció hace un mes que los nichos se levantarían sobre los restos de fusilados y otros represaliados del franquismo, y junto a los grupos municipales de Esquerra Unida-L'Entesa y PSPV-PSOE, pidió a la alcaldesa que preservara el lugar y permitiera colocar un monumento a los muertos.

Pero el PP se ha cerrado en banda a conmemorar el 75 aniversario de la proclamación de la Segunda República, de la que Valencia fue capital durante la guerra, o a abandonar la ampliación del número de nichos. El lunes 15 de mayo, un juzgado decretó la suspensión cautelar de las obras por considerar "intereses públicos relevantes" la preservación del patrimonio histórico y la investigación para "dignificar y recuperar la memoria" en las dos zonas de la fosa que el Fòrum ha estudiado a través del registro del cementerio y en las que afirma fueron enterrados miles de represaliados en 1939 y 1940. Días después, la propia alcaldesa paró la obra en el resto de la sepultura y pidió disculpas ante la monumental bronca que provocó el hecho de que parte de la tierra extraída estaba entremezclada con restos óseos más recientes que acabaron en una cantera de Sagunto.

La polémica agita el ánimo de los que conocen bien el cementerio. Evocan a muertos de uno y otro bando. Manzanares cuenta que su abuelo hablaba de los cadáveres que llegaban de noche de los ajusticiados por el bando franquista en Paterna. Otros trabajadores jubilados y el propio Manzanares tuvieron en sus manos fotografías ya desaparecidas de cadáveres de personas ejecutadas durante o después de la contienda y enterradas en las fosas comunes de Valencia. Además de la fosa de la discordia, testimonios de la época creen que en otras sepulturas colectivas, ya sustituidas por nichos, se perdió el rastro de víctimas del franquismo. Y en una parcela de la sección quinta derecha, sobre la que se alza una cruz de piedra y que no ha sido exhumada desde la posguerra, descansarían partidarios de ambos bandos. Aún hay quien deja allí ramos de flores.

"¿Por qué se empeñan en hacer los nichos ahora, cuando estamos investigando las fosas?", pregunta la presidenta del Fòrum, Amparo Salvador. El PP repite que los cuatro cuadros que componen la sección séptima derecha -del tamaño de un campo de fútbol- han sido reutilizados en cuatro ocasiones entre 1938 y 1995, tras las respectivas exhumaciones que la ley permite realizar cada cinco años. María Jesús Puchalt, la edil popular de cementerios, asegura que no es posible que queden restos de 1939 y 1940, entre los que figuraban, según el registro, miembros del Servicio de Investigación Militar controlado por el Partido Comunista que fueron fusilados en Paterna. Pero el movimiento de tierras deja huesos al descubierto.

"Lo sustantivo es el valor histórico del lugar, no si quedan o no restos de esa época", sostiene el portavoz de EU-L'Entesa en el Ayuntamiento, Antonio Montalbán, que acusa a la alcaldesa de "cabezonería política". "El PP quiere cubrir con cemento la historia y el derecho de todos a recordar a las víctimas de la guerra y de la represión franquista", critica el portavoz socialista, Rafael Rubio.

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Barberá pide "respeto para todos los muertos" y rechaza una investigación de posibles vestigios. El PP acusa a la oposición de querer "reabrir heridas" y ha aprobado, en solitario, un monumento a todas las víctimas sin concretar.

Pero el debate ya no se ciñe a la recuperación de la memoria histórica. El proyecto, pendiente de que un juzgado resuelva la demanda del Fòrum contra el Ayuntamiento, ha alarmado a la comunidad judía, a organizaciones masónicas y a familiares de enterrados en la fosa en los ochenta. El eco de la controversia llega al Congreso y la Comisión Europea por iniciativa de varios partidos, y se extiende al cementerio civil, donde en otra fosa se retiraron las lápidas, entre ellas la de los abuelos de la escritora Fanny Rubio, condenados al destierro en la dictadura.

Zona del cementerio de Valencia donde se supone que hay una fosa común de represaliados republicanos.
Zona del cementerio de Valencia donde se supone que hay una fosa común de represaliados republicanos.TANIA CASTRO

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