El joven californiano murió ahogado tras caer de espaldas
La familia ha reclamado esta mañana el cuerpo en el Instituto Anatómico Forense de Madrid
La muerte de Austin Taylor Bice, el estudiante californiano hallado muerto ayer en el río Manzanares, se produjo por ahogamiento, según han informado esta tarde a EL PAÍS fuentes judiciales tras realizar la autopsia esta mañana al cadáver. El informe del estudio postmortem no se redactará hasta dentro de un mes. Un primo del fallecido ha identificado esta mañana el cuerpo en el Instituto Anatómico Forense.
El primer estudio del cuerpo del joven, que llegó a Madrid en enero en el marco de un intercambio entre la San Diego State University y la Universidad Carlos III de Getafe, ha determinado que el fallecimiento ocurrió después de que el joven cayera de espaldas al río. El agua hallada en los pulmones ha revelado que perdió la vida ahogado. De hecho, no presentaba signos externos de violencia, por lo que desde el principio fue descartado el homicidio. El análisis forense ha confirmado además este extremo. La duda, despejada con la autopsia, era si Bice se ahogó (caso de que los pulmones estuvieran encharcados, confirmado tras el estudio del cadáver) o si murió antes de caer al río (no habría agua en sus órganos).
El forense adscrito al juzgado número 52, que hizo ayer el levantamiento del cadáver, ha remitido pruebas de sangre al Instituto Nacional de Toxicología, por lo que de momento se desconoce si había bebido alcohol o si había tomado drogas. Sobre este extremo, los amigos que estaban con él la madrugada del 25 de febrero, cuando desapareció, explicaron que los porteros de La Riviera no le dejaron entrar porque estaba un poco bebido. También algunos órganos están pendientes de ser analizados por especialistas de anatomopatología.
Un primo del fallecido ha acudido esta mañana al Instituto Anatómico Forense, donde ha identificado el cuerpo y ha iniciado los procedimientos para hacerse cargo de la repatriación a EE UU de Austin Taylor Bice, nacido hace 22 años en San Diego. Este trámite cuenta con el apoyo del Consulado de Estados Unidos en Madrid. Fuentes judiciales han afirmado que el juez ha prohibido la incineración del cuerpo. La repatriación pude producirse en los próximos días, cuando se aporte alguna documentación que falta al juzgado que tramita el caso por la muerte del joven californiano.
Con las causas de la muerte se cierran 13 días de caso Austin, que ha tenido el peor de los desenlaces. El cuerpo sin vida del estudiante californiano de 22 años fue localizado a primera hora en el río Manzanares, despojando a la familia de la esperanza que había mantenido hasta el día anterior. Que estaba "vivo pero desorientado", seguían pensando el lunes cuando se cumplían 10 días de su desaparición, según contó María García, una de las tres jóvenes que han organizado la búsqueda del chico desde el principio.
La última vez que alguien vio a Austin, se marchaba a casa después de salir de fiesta. No llegó muy lejos. A unos 300 metros de La Riviera es donde la Policía Nacional encontró su cadáver. Llevaba consigo todo lo puesto: la camiseta oscura con la que salió, los vaqueros, las botas, la cartera y los dos teléfonos, según han confirmado fuentes policiales.
La policía ya apuntaba ayer a una caída fortuita, lo mismo que la familia. "Es doloroso, porque no tenemos a quién culpar, pero es mejor que saber que alguien le ha hecho daño", explicaba García, un par de horas después de enterarse de que el cadáver de su amigo había aparecido.
