Los jueces investigan posibles delitos en el dispositivo contra el incendio de Guadalajara

La Audiencia Provincial de Guadalajara ha dado un giro a la investigación judicial del incendio de Guadalajara, en el que fallecieron 11 miembros de un retén. Hasta ahora, las investigaciones se centraban en aclarar cuál fue la actuación de los excursionistas que prendieron el monte con una barbacoa y si alguien ordenó al retén adentrarse al lugar del siniestro. Pero la Audiencia, en un auto del 11 de septiembre, corrige a la juez de Sigüenza y le indica que depure "las eventuales responsabilidades" de los técnicos de incendios y que investigue "los posibles indicios de criminalidad" o de "imprudencia punible" de "los técnicos forestales o de responsables de la coordinación y la gestión de los medios de extinción".

La Audiencia de Guadalajara ha dado la razón al abogado de las familias y al del PP. Estos habían solicitado a la Junta de Castilla-La Mancha la transcripción en papel de todas las conversaciones del 112. La juez denegó la petición porque "no se especifica la finalidad de dicha prueba" ya que el sumario ya tiene "las anotaciones efectuadas esos días" y un resumen de las llamadas.

La Junta, que se negó a entregar todas las llamadas a la comisión parlamentaria que investigó el siniestro, ha enviado ahora dos discos con el sonido de todas las llamadas. Son más de cuatro gigas de información, más de 48 horas de conversaciones: desde el primer aviso sobre el incendio hasta la llamada del superviviente, Jesús Abad. Pero el PP y el abogado de las familias exigieron la transcripción íntegra en papel y las anotaciones de los técnicos del servicio de emergencias.

La Audiencia obliga a transcribir las más de 3.000 llamadas recibidas en el 112 en los tres días del incendio, algo que puede dilatar meses la instrucción, según fuentes del caso. El auto, del que ha sido ponente la presidenta de la Audiencia, Concepción Espejel, afirma que las llamadas pueden ser relevantes porque de ellas se pueden desprender "algún tipo de imprudencia punible a alguno o algunos de los técnicos forestales".

Las grabaciones revelan que el 112 rechazó primero la ayuda de los vecinos, y que después se vio desbordado. Cuando supo que había 11 muertos, dilató la información a la gente que llamaba preguntando por el siniestro. "No tenemos información", replicaban. Además, los vecinos llamaron insistentemente durante los dos primeros días quejándose de la falta de medios.

Cuando falleció el retén, los medios aéreos se habían retirado por el fuerte viento y los aviones no sabían que había un equipo combatiendo el fuego allí. Los expertos preguntados en la causa han atribuido el siniestro a una explosión impredecible del monte. Es decir, según la documentación hubo falta de coordinación y de medios, pero la muerte de los 11 agentes, ese suceso concreto, se debió a un accidente.

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