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Un tiroteo entre miembros de dos familias deja cuatro muertos en un barrio de Alzira

El origen del enfrentamiento fue la custodia de la hija de una pareja de adolescentes

El ataque de una familia, cuyos miembros se vengaron a tiros de otra, dejó ayer en Alzira (Valencia) cuatro muertos y cinco heridos. El origen del enfrentamiento fue la disputa por la custodia de una menor, hija de una pareja de adolescentes. Todo ocurrió en la calle de Alonso Ojeda, en el barrio de L'Alquerieta, cerca de las seis de la tarde. Los agresores, entre 10 y 15, cargaron armas en un coche, fueron a la casa de sus víctimas, llamaron y, cuando alguien abrió, dispararon. Al menos seis personas fueron detenidas y se requisaron decenas de armas.

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Poco después de las 17.30, entre 10 y 15 personas de una misma familia, de etnia gitana y de apellido Hernández, que reside en la barriada de L'Alquerieta, en Alzira, entraron a pie en la calle de Alonso de Ojeda, cargando sus pistolas, según un testigo presencial. "Llamaron al número 5 y, nada más abrirles, sin mediar palabra, vaciaron los cargadores sobre las personas que se encontraban en ese instante en la vivienda". El brutal ataque dejó, en un primer momento, tres muertos -el padre de una familia, también de etnia gitana y apellidado Moreno, un hermano suyo y uno de los hijos-, así como seis heridos. Los más graves eran la madre, que recibió un tiro en la cabeza, y otro hijo. El hijo falleció a los pocos minutos de entrar en el hospital de La Ribera, ubicado a unos 300 metros del barrio donde se produjo el tiroteo.

De los otros cinco ingresados inicialmente en el centro, sólo dos permanecían hospitalizados anoche. El pronóstico de la madre era muy grave, con dos heridas de arma de fuego en la cabeza y el tórax y otras de arma blanca. El otro tiene una contusión facial muy grave por golpes con un palo.

Manolo, un hombre que presenció la escena desde la puerta de su casa, aseguró que el tiroteo tuvo su origen en una pelea ocurrida el día anterior entre una de las víctimas, un chico de apenas 16 años, que falleció en el hospital, y una chica perteneciente a la familia agresora. Al parecer, discutieron en una cabina telefónica situada en la plaza del barrio y "uno golpeó al otro con el teléfono", aseguró.

Sin embargo, un portavoz de la Jefatura Superior de Policía aclaró que el origen de la disputa fue la custodia de una menor. La niña sería hija de los dos jóvenes que protagonizaron la discusión que desencadenó la tragedia. Añadió que ambas familias tenían antecedentes por tráfico de drogas y mantenían una áspera rivalidad.

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La policía acordonó la calle, donde se podían observar casquillos junto a la entrada de la vivienda. Dos de los tres cadáveres se encontraban en el interior y el tercero, tapado con una manta, asomaba por la puerta. Había una gran indignación entre los numerosos vecinos que se acercaban para conocer lo ocurrido. Alrededor de las siete llegó una de las hijas del matrimonio agredido, que al comunicarle lo ocurrido sufrió un ataque de nervios y apenas pudo ser calmada entre un policía y una vecina.

Uno de los vecinos se lamentaba de la "inseguridad" que padece el barrio de l'Alquerieta, que, junto con el del Torretxó, es de los más conflictivos de la capital de la Ribera Alta.

El portavoz de la Jefatura Superior, Manuel Castilla, que se trasladó anoche al lugar de los hechos, dijo que en la reyerta intervinieron "de 10 a 15 personas" y que utilizaron armas blancas y de fuego. Se practicaron seis detenciones.

Tres hombres, de 30 a 45 años, declaraban anoche en las dependencias de la comisaría de la policía de Alzira. Pasadas las once de la noche, entre el silencio de los vecinos congregados, tres de los cadáveres eran sacados del domicilio camino del Anatómico Forense de Valencia, donde les será practicada la autopsia.

Decenas de familiares llegados de las comarcas vecinas se agolpaban anoche a las puertas del hospital de La Ribera para obtener noticias del estado de los heridos ingresados. La dirección del centro hospitalario extremó las medidas de seguridad ante el temor de que pudiera introducirse alguien en las dependencias y rematar su venganza. Aparcamientos, accesos y vehículos eran vigilados por decenas de agentes desplazados al hospital. Una tensión similar se vivió en los alrededores de la comisaría de Alzira y más aún en la zona donde ocurrieron los hechos. La policía local y los agentes del Cuerpo Nacional de Policía extendieron un importante cordón de seguridad.

Facultativos del Instituto de Medicina Legal de Valencia examinaban todavía a las 23.00, en el interior de la planta baja donde se registró el tiroteo, los cadáveres de tres de las cuatro víctimas.

Un policía recoge pruebas en la vivienda de Alzira donde se produjo el tiroteo.
Un policía recoge pruebas en la vivienda de Alzira donde se produjo el tiroteo.SANTIAGO CARREGUÍ

Una zona conflictiva

El barrio de l'Alquerieta de Alzira tiene fama de ser uno de los más conflictivos de esta ciudad de La Ribera Alta valenciana. Los payos y los miembros de etnia gitana conviven con grandes dificultades desde hace años en esta zona.

Ocupado en un principio por familias de jornaleros del campo, comenzó a crecer en los años 60 con la llegada de inmigrantes procedentes de Andalucía y Castilla-La Mancha. Pero en las últimas décadas las familias de etnia gitana fueron conquistando poco a poco la barriada. El tráfico de drogas se generalizó y los conflictos se incrementaron paulatinamente ante las diferencias de costumbres entre unos y otros. Las peleas de gallos ilegales son también frecuentes.

En la pasada legislatura el equipo de Gobierno que presidía el socialista Pedro Grande inició la adquisición de un buen número de viviendas que se encontraban en muy mal estado para regenerar la zona. También se incrementó la policía de barrio, actuaciones que se han seguido con la actual alcaldesa del PP, Elena Bastidas. Los delitos, según las últimas estadísticas de la policía, han disminuido, pero en ocasiones surgen brotes de violencia, si bien ninguno de ellos tan dramático como el ocurrido ayer.

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