Tres vagones de un Talgo con 432 pasajeros descarrilan en Tarragona sin causar heridos
El Talgo Miguel de Unamuno, que sale de Barcelona hacia Bilbao y Salamanca, descarriló sobre las dos y media de la tarde de ayer en Alcover (Tarragona) con 432 pasajeros a bordo. El accidente no causó heridos, pero provocó la ira de pasajeros que habían salido a las doce y media de Barcelona, y permanecieron siete horas en la estación de Sant Vicenç de Calders, en Tarragona, a la espera de reanudar el viaje.
Fuentes de Renfe manifestaron sobre las diez de la noche que desconocían las causas del descarrilamiento. La compañía preveía restablecer el servicio en la línea afectada a última hora de ayer. El Talgo recorre la línea Barcelona-Tarragona-Reus-Lleida-Zaragoza y se separa luego en Castejón (Navarra) en dos trayectos: una hacia Salamanca y otra hacia Irún. Tras el incidente, la vía quedó completamente cortada y los operarios de Renfe trataban de volver a restablecer el servicio. Mientras duraron estas labores, Renfe desvió el tráfico por la línea alternativa Barcelona-Valls-Lleida, lo que originó retrasos a un número de trenes que la empresa no precisó.
Uno de los viajeros, Eneko Salaberría, explicó a este diario que notó un frenazo largo, pero no brusco, tras pasar por la estación de Alcover -donde el Talgo no tiene parada- y luego el convoy circuló hacia atrás hasta detenerse. Pasados unos minutos, algunos pasajeros bajaron del tren y comprobaron que los tres vagones delanteros habían salido de los raíles, sin volcar. La espera de los viajeros fue larga. "Pasó el revisor a decirnos lo que había pasado cuando ya lo sabíamos", explicó Salaberría, de 17 años, que acostumbra a realizar esa ruta. Tras más de dos horas detenidos en el lugar, un tren de cercanías vacío se situó en una vía paralela a la del tren siniestrado para recoger a los viajeros, que regresaron hasta la estación de Sant Vicenç de Calders para iniciar una nueva espera. Desde allí, Renfe aseguró que sus 432 clientes seguirían el viaje en un tren alternativo.
Los pasajeros del Talgo descarrilado cogieron otro Talgo. La compañía hizo bajar a los pasajeros procedentes de Irún que se dirigía a Barcelona e hizo embarcar a estos viajeros en un cercanías para completar su viaje. De esta forma, este Talgo quedaba libre y a disposición de los pasajeros que sufrieron el descarrilamiento para reanudar su accidentado viaje. Sin embargo, las horas fueron pasando y los pasajeros permanecían en el tren, pero parados y sin aire acondicionado. El convoy después de haber salido de la estación Barcelona-Sants a las doce y media estaba quieto a 45 minutos de viaje desde la estación de salida. Los viajeros tuvieron que esperar hasta las ocho de la tarde para reanudar su accidentado periplo.
