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Entrevista:FRANCISCO PURROY | Biólogo

"El descubrimiento del leopardo del Atlas ha sido un bombazo faunístico"

Clemente Álvarez

Fotografiar al leopardo del Atlas, un raro felino de Marruecos considerado hasta hace poco un fantasma, constituye el último reto del biólogo Francisco Purroy (Pamplona, 1946), un pionero en múltiples áreas de la investigación de la fauna ibérica. Catedrático de Zoología de la Universidad de León, reputado ornitólogo, experto en el urogallo y el oso pardo, conservacionista comprometido, este polifacético profesor se deleita hablando de la riqueza de la avifauna del país, -"con especies propias de África, como el camachuelo trompetero, junto a otras que crían en Groenlandia, como el collalba gris"-, y alerta de los efectos de la destrucción de los hábitats naturales y del cambio climático. Ha obtenido el II Premio Bernis de SEO/BirdLife, en el XVIII Congreso Español y III Ibérico de Ornitología.

"En los últimos 10 años, la vegetación subalpina ha ido subiendo 200 metros en la cordillera pirenaica"
"Las aves son bioindicadores de la salud de la sociedad; si apenas queda pardela en Baleares es porque no hay un islote sin urbanizar"
"Intentamos que la cordillera Cantábrica no se derrumbe con planes de urbanización masivos o con la proliferación de parques eólicos"

Pregunta. Creo que fue precisamente Francisco Bernis quien dirigió en 1968 su tesis doctoral sobre la distribución de aves en el Pirineo.

Respuesta. Sí, fue un trabajo realizado con una técnica finlandesa, por entonces muy novedosa, para estudiar la composición y la estructura de los bosques y su relación con las aves a diferentes altitudes.

P. ¿Ha cambiado mucho esa distribución con el cambio climático?

R. Los cálculos son que en los últimos 10 años la vegetación subalpina ha subido del orden de 200 metros en la cordillera pirenaica. Ahora hay zonas ocupadas por aves forestales que antes lo estaban por otras propias del pastizal subalpino. Los lagópodos alpinos, que antes se llamaban perdices nivales, y viven en Alaska y Siberia, cada vez están peor. En cambio, el verderón serrano, el mirlo capiblanco o el carbonero garrapinos van extendiéndose.

P. ¿Qué implican estos cambios?

R. Por lo general, estos procesos de extinción de algunas especies van unidos a la entrada de otras nuevas, casi siempre de África. Las aves del frío se retiran o se extinguen y las del desierto progresan e incluso nos invaden. Se dan casos tan insólitos como el del corredor sahariano que ha empezado a verse en el desierto de Tabernas. Pero esto no compensa la pérdida de especies como el urogallo, que lleva aquí 10.000 años, desde la última glaciación.

P. ¿Cuál es su ave favorita?

R. El urogallo. Cada vez que lo he visto ha sido en el bosque más virgen, antiguo, solitario... Donde canta el urogallo es la expresión máxima del salvajismo que puedes encontrar en España.

P. ¿Y cuál le ha sorprendido más?

R. La avutarda. Puede alcanzar entre los 12 y 17 kilogramos y está considerada el ave voladora más pesada del mundo. Se pensaba por ello que era tremendamente estática y sedentaria. Sin embargo, cuando se han empezado a utilizar radioemisores se ha visto que avutardas marcadas de Villafáfila se dispersaban prácticamente por toda Castilla y León. Hay hasta avutardas capaces de cruzar la sierra de Gredos e irse a Extremadura. Esto ha demostrado que para su conservación no vale proteger sólo sus zonas madre. De hecho, las poblaciones de avutardas madrileñas se colapsarían si no existieran los secanos de los alrededores de la laguna de Gallocanta, en Zaragoza, a casi 300 kilómetros de distancia.

P. ¿Por qué hay que conservar estas aves?

R. Son muchos los motivos, pero yo preguntaría: ¿Qué significa, por ejemplo, que hayan desaparecido o que estén a punto de desaparecer las poblaciones de pardela balear? Pues que no hay un islote en Baleares sin estar urbanizado y que el Mediterráneo se queda sin pesca. Las aves son bioindicadores de la salud de la sociedad. Esto lo expresaron ya los Bernis, Valverde, Margalef y todos los ecólogos.

P. Además de las aves, también ha trabajado mucho con oso pardo. Tengo entendido que fue el primero en colocar un radiotransmisor a un oso pardo en España.

R. Bueno, quien lo puso realmente fue el mayor experto en osos que ha pasado por el país, Anthony Clevenger, que vino a hacer el estudio desde California. Nadie pensaba entonces que fuera posible capturar un oso, pero capturamos al macho Salsero en dos ocasiones sin hacerle ningún daño.

P. ¿Qué descubrieron?

R. El radiomarcaje demostró que el oso tiene una capacidad de desplazamiento impresionante. El dominio vital de Salsero fue de 2.400 kilómetros cuadrados. Es decir, desde el núcleo oriental, recorrió Palencia, Cantabria, zonas de Asturias y prácticamente la totalidad del área leonesa. En una sola noche recorrió 75 kilómetros en línea recta en un desplazamiento de celo en primavera. Además, observamos que sus preferencias eran bosques frondosos a moderada altitud y no zonas escabrosas.

P. ¿Qué le mueve ahora a ir detrás del leopardo del Atlas?

R. Fue el naturalista Cabrera, el mejor zoólogo que ha tenido España en mamíferos, el que describió el leopardo del Atlas como el más grande del mundo, y pálido, en 1932. Desde entonces, se convirtió en un animal fantasma, que no se sabía bien si podía andar por ahí, hasta que se dio por extinguido. Vicente Urios, de la Universidad de Alicante, ha sido, como si dijéramos, el enloquecido que ha dicho: "Hay que ir a buscar el animal más raro de África".

P. Y lo han encontrado.

R. Sí. Los propios responsables marroquíes de Aguas y Bosques nos dijeron cuando llegamos en 2003 que éramos unos utópicos, porque el animal se había extinguido hacía 10 años. Pero fuimos a lugares tan recónditos que nunca antes habían visto vehículos a motor y allí encontramos su pista. Se trata de una población reliquia en unos bosques de sabina, a una altitud que no se tenía ni idea que podía sobrevivir. Su descubrimiento ha sido un bombazo faunístico. En este momento, casi somos más conocidos por el leopardo del Atlas que por todo lo hecho antes.

P. ¿Han llegado a verlo?

R. Encontramos sus huellas y los peladeros de cabras, jabalíes y chacales depredados. También colocamos 10 cámaras en una experiencia preliminar y, aunque no se fotografió el leopardo, junto a ellas pastores de la zona avistaron una cría. Ahora estamos pendientes de la autorización del Gobierno de Marruecos para volver con 100 cámaras y con un programa de recuperación de la especie. Existe un proyecto de Emiratos Árabes para crear un parque nacional.

P. Siempre ha sido un investigador muy comprometido con las causas conservacionistas. ¿No le ha perjudicado?

R. Tienes que mojarte. Hay quien dice que no es positivo para tu currículo, pero sí que lo es para tu corazón, para tu alma.

P. ¿En qué batalla está ahora metido?

R. Intentamos que la cordillera Cantábrica no se derrumbe con planes de urbanización masivos o con la proliferación de parques eólicos en lugares inconvenientes. Proyectos como la estación de esquí de las Tres Provincias, la de San Glorio, suponen que este macizo quede arrasado.

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Sobre la firma

Clemente Álvarez
Es el coordinador de la sección de Clima y Medio Ambiente de EL PAÍS y está especializado en información ambiental, cambio climático y energía. Ha trabajado para distintos medios en España y EE UU, como Univision, Soitu.es, la Huella en La2 de TVE... Fue también uno de los fundadores de la revista Ballena Blanca.

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