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Reportaje:

Alemania mira hacia el Este

El Gobierno prepara el terreno para impulsar una 'ostpolitik' de la UE durante su presidencia en 2007

Andreu Missé

Alemania ha empezado a emitir las primeras señales para indicar cuál será una de sus prioridades durante su presidencia de la Unión Europea en el primer semestre de 2007. El ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, marcó la ruta hacia el Este en una conferencia sobre la política exterior de la Unión dictada la semana pasada. Para el jefe de la diplomacia alemana, "es necesario que la UE haga proposiciones atractivas y creíbles a nuestros vecinos. Tenemos necesidad de un tipo de ostpolitik de la UE".

El ministro aludía expresamente a la apertura hacia los países del bloque comunista lanzada a principios de los años setenta por el canciller Willy Brandt. Se da la circunstancia de que Steinmeier es el primer titular de Exteriores socialdemócrata alemán después de Brandt, y esto podría indicar el propósito de seguir en cierta medida su política. El otro asunto en que Alemania concentrará sus esfuerzos será el relanzamiento del Tratado Constitucional, que quedó atascado tras el rechazo de Francia y Holanda en 2005.

En los países del sur de Europa, la iniciativa alemana despierta reticencias
Berlín quiere reforzar las relaciones con sus vecinos, pues duda de futuras ampliaciones

Para el jefe de la diplomacia alemana, Bulgaria y Rumania no serán seguramente los últimos Estados en ser miembros de la UE, pero para los siguientes aspirantes, la vía hacia la integración será, en su opinión, "quizá más larga y más difícil". Steinmeier apoya la posición de la UE de admitir en el futuro como Estados miembros a ciertos países de los Balcanes occidentales, pero señalando que los criterios de integración deben "ser aplicados rigurosamente". La mayoría de estos países han firmado pactos de Asociación y Estabilización con la UE, que se interpretan como una fase intermedia hacia el objetivo final de su plena incorporación, tal como se acordó en la Declaración de Salónica.

Con independencia del resultado del informe sobre la adhesión a la UE de Bulgaria y Rumania en 2007, que presentará la Comisión Europea el próximo 26 de septiembre, las dudas sobre las futuras ampliaciones son las que realmente están moviendo a Alemania a ponerse la venda antes de la herida. El Gobierno de Berlín quiere mejorar las relaciones con sus vecinos, reforzar la colaboración y todos los acuerdos posibles, ante las dificultades de proceder a nuevas ampliaciones.

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Después de Rumania y Bulgaria, en el horizonte de la ampliación europea sólo figuran Croacia y Turquía, con quienes ya se han empezado las negociaciones, pero con un ritmo muy lento que en el último país pueden alargarse una década.

En el Consejo Europeo del pasado mes de junio, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco fueron incapaces de alcanzar un acuerdo sobre los criterios de futuras ampliaciones. En algunos países como en Francia, se identifica la última ampliación de 2004, que dio la entrada a 10 nuevos socios, como una de las causas del rechazo a la Constitución Europea. Las ventajas competitivas de algunos de estos países para captar nuevas inversiones han sido utilizadas como pretextos para rechazar a posibles nuevos socios.

Ante la falta de consenso, la definición de los criterios de futuras ampliaciones se ha retrasado a la cumbre del próximo diciembre. Las discusiones se desarrollarán sobre la base de un informe que elabora la Comisión Europea que se dará a conocer en otoño. El debate sobre el futuro de Europa o mejor dicho, sobre las fronteras de la UE, produce verdadero sarpullido y quiere ser evitado por todas las partes. Con este telón de fondo, Alemania quiere aprovechar la próxima cumbre para potenciar al máximo la Política de Vecindad Europea (PVE), que permita ponerla en práctica y reforzar sus relaciones con sus vecinos durante su presidencia.

La UE ya ha firmado siete planes de acción de la PVC con Israel, Jordania, Moldavia, Marruecos, la Autoridad Palestina, Túnez y Ucrania. La semana pasada, la comisaria de Relaciones Exteriores y Política de Vecindad, Benita Ferrero-Waldner, anunció que próximamente se aprobarían nuevos planes de acción para Armenia, Azerbaiyán y Georgia. Para la comisaria, "la Política de Vecindad es la respuesta de la UE a la nueva realidad geopolítica tras nuestra expansión en 2004. Es nuestro instrumento para establecer los fundamentos para una más profunda relación con los países del este de Europa y del sur del Mediterráneo".

Sin embargo, la posibilidad de centrar el foco de la mejora de relaciones vecinales con los países del Este ha despertado ciertas reticencias en medios comunitarios, que entienden la política de vecindad de una manera global, abarcando simultáneamente el Este y el Sur.

En los países del sur de Europa, la iniciativa alemana ha despertado ciertas reticencias. "Para nosotros, por ejemplo, son más vecinos Marruecos y Argelia que muchos países del Este", ha señalado una fuente diplomática.

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier.
El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier.AP

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