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La Eurocámara confirma detenciones ilegales de la CIA

Una comisión de investigación elabora un informe basado en entrevistas con ex agentes

La CIA detuvo ilegalmente y trasladó a terceros países a un número de sospechosos, entre 30 y 50, en el marco de la guerra contra el terrorismo declarada tras los atentados del 11-S en Estados Unidos. Ésas son las cifras que ofrecieron antiguos miembros del espionaje estadounidense a la delegación del Parlamento Europeo que viajó la semana pasada a Washington para recabar información sobre las supuestas actividades ilícitas de la CIA en Europa.

Las mismas fuentes confirmaron además la existencia de una red de cárceles secretas, instaladas en varios países de Europa, África y Asia, adonde habrían sido trasladados los detenidos para ser interrogados (en algunos casos bajo tortura) y recluidos al margen de la ley.

Trece europarlamentarios viajaron a Washington entre el 8 y el 12 de mayo para entrevistarse con responsables de la Administración norteamericana y con políticos y activistas estadounidenses. Aunque la comitiva europea solicitó reunirse con miembros del servicio de espionaje estadounidense en activo, la petición fue rechazada. Sí se entrevistaron con "altos funcionarios de la CIA hasta fechas recientes", según indicó el ponente de la comisión temporal de la Eurocámara que investiga las actividades del espionaje de EE UU, el socialista italiano Giovanni Fava. El ponente calificó estas fuentes de "fidedignas".

"Nuestros interlocutores sugirieron o confirmaron que el programa de entregas extraordinarias en Europa sólo pudo realizarse con el conocimiento y apoyo de los Gobiernos europeos", aseguró el presidente de la comisión, el portugués Carlos Coelho.

Los eurodiputados se entrevistaron también con John Bellinger, asesor legal de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Bellinger -que a principios de mes compareció en Ginebra ante el comité de la ONU contra la tortura, donde aseguró que EE UU "ni practica ni acepta" ese tipo de abusos-, explicó a los eurodiputados que el traslado de los detenidos "es imprescindible para aquellos terroristas detenidos a los que no se les puede juzgar en el extranjero, y por eso se les envía a sus países para que se les trate adecuadamente", según relató ayer Fava.

El alemán Cem Özdemir, de Los Verdes y uno de los miembros de la comitiva, sostuvo que "la gran amenaza surgida tras el 11-S motivó detenciones masivas, sin que las autoridades estadounidenses se plantearan que algún día habría que llevar a esa gente ante los tribunales". "Ahora, Estados Unidos no tiene suficientes pruebas para enviarlos ante la justicia o tiene pruebas que no son válidas porque han sido obtenidas bajo tortura. Ésa es la gente que está en las cárceles secretas", dijo a EL PAÍS.

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Özdemir explicó que la Administración estadounidense no ve con buenos ojos los trabajos de la comisión europarlamentaria. "Para ellos, las pesquisas del Parlamento dañan el trabajo de los servicios de espionaje, ya que desalienta a los países a colaborar con Washington en el futuro".

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