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Israel rechaza la iniciativa de Abbas para convencer a Hamás

Israel ha mostrado total indiferencia sobre el ultimátum lanzado a Hamás por el presidente palestino, Mahmud Abbas, para que acepte un Estado en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este y el reconocimiento del Estado judío. "Es parte de la batalla interna entre Hamás y Fatah y no la base para un acuerdo sobre el estatus definitivo entre Israel y los palestinos", declaró el ministro de Justicia, Haim Ramon, quien lanzó el viernes una advertencia sobre las negociaciones que el primer ministro, Ehud Olmert, ha prometido llevar a cabo con Abbas: "Si es sobre la base del documento que Abbas someterá a referéndum, que incluye el retorno de los refugiados, mejor que la reunión no se celebre".

Es coherente la intervención del responsable de Justicia con la secuencia de acontecimientos que numerosos analistas describen para un futuro próximo. Olmert, que ha prometido negociar con el presidente palestino, seguramente se reunirá con Abbas; acto seguido rechazará toda propuesta y declarará que no existe socio para un acuerdo de paz, lanzándose así a su plan de evacuar a parte de los colonos de Cisjordania, anexionar los asentamientos más poblados e intentar fijar las fronteras unilateralmente. Nada nuevo para Abbas, que desde que asumió el cargo, en enero de 2005, ha sido humillado por los Ejecutivos israelíes.

Entrega de armas

El Gobierno hebreo sólo reaccionó horas después de conocerse el desafío de Abbas a los islamistas. Y lo primero que hizo fue meter cizaña entre los partidos palestinos, al anunciar que entregará armas ligeras a la Guardia Presidencial palestina para que pueda defenderse mejor en la contienda que libran los cuerpos policiales leales a Hamás y Fatah. Es un regalo envenenado. El portavoz del presidente, Nabil Abu Rudeina, negó tener conocimiento del suministro. "En lugar de fortalecer a Abbas con la entrega de armas en secreto, Israel ha dado un arma a Hamás y ha convertido al presidente en un colaboracionista de Israel", escribió en Yediot Ahoronot el analista Roni Shaked.

Aunque el Ejecutivo parece ignorar la iniciativa del presidente palestino, algunos políticos y ex altos cargos han entrado al trapo. "No es el momento adecuado para pactar un acuerdo permanente por el odio que existe, pero si Hamás desea un armisticio de larga duración, pueden conciliarse los deseos de ambas partes", afirmó Efraim Halevy, ex jefe del Mossad. Y el diputado laborista y ex jefe del servicio de inteligencia interior, Ami Ayalon, que se reunió con Abbas ayer en Ramala, añadió: "Si en dos meses el presidente logra un mandato para negociar con Israel y forma un Gobierno de unidad nacional con Hamás, creo que ése sería el fin de las políticas unilaterales... Al fin y al cabo, es imposible separar el diálogo palestino del diálogo israelí".

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