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Sarkozy anuncia que miles de familias de inmigrantes indocumentados serán expulsadas de Francia

El ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, mostró ayer su cara más inflexible en el tema de la legalización de los inmigrantes indocumentados, al anunciar la expulsión de "varios miles" de familias que han pedido su regularización amparándose en que sus hijos están escolarizados en Francia. El próximo día 24, indicó, Interior publicará el número "exacto" de expulsados y regularizados.

Por decisión del propio Sarkozy, que consideró "cruel" expulsar a niños nacidos en Francia o llegados a edad muy temprana, que no tienen ninguna relación con el país de origen de sus padres, estas familias tienen hasta el 13 de agosto para presentar sus solicitudes de regularización. La ley francesa impide la expulsión de las familias mientras los niños están escolarizados. La amenaza de expulsión a partir del final del curso escolar generó una gran movilización en escuelas y ayuntamientos de izquierdas durante la pasada primavera, coordinada por la Red de Educación Sin Fronteras (RESF).

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Las familias que han pedido asilo político en otro país de la Unión Europea y están a la espera de una respuesta serán reconducidas a ese país, explicó Sarkozy en una entrevista a Le Parisien. Tampoco se beneficiarán de la regularización las familias de quienes entraron en Francia con más de 15 años o aquellos que llegaron una vez comenzado el curso escolar. Según el ministro del Interior, "cada día hay decenas de familias que son expulsadas". "Si regularizara a todo el mundo, no sólo se crearía una nueva vía de inmigración, sino que además las familias de los nuevos regularizados pedirían de inmediato la reunificación familiar. Un engranaje que nadie controlaría", añadió. En cualquier caso, dijo, la gran mayoría de los casos estarán solucionados antes del inicio del nuevo curso escolar.

Las declaraciones de Sarkozy llegan un día después de la puesta a la venta de su libro Témoignage (Testimonio), que contiene su receta estratégica para convertirse en el próximo presidente francés. Tras escenificar una reconciliación con el actual presidente, Jacques Chirac, Sarkozy entra de lleno en la polémica sobre la V República, para insistir en que Francia vive "debilitada por un régimen político que necesita modernización".

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