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La UE suma 500 millones de habitantes con la entrada de Bulgaria y Rumania

La Comisión fijará una vigilancia sin precedentes sobre ambos países tras su adhesión en 2007

Andreu Missé

La incorporación de Bulgaria y Rumania a la Unión Europea el próximo 1 de enero supondrá un hito histórico en el proceso de construcción europea, que aumentará a 27 el número de socios del club. La aprobación de la ampliación de la UE, recomendada ayer por la Comisión Europea, imprime un nuevo estímulo ante el clima de crisis por el que transita la UE desde los noes de Francia y Holanda a la Constitución europea en 2005. La luz verde concedida a ambos países se encontrarará condicionada por severas cláusulas y medidas de vigilancia sin precedentes.

La adhesión de Bulgaria y Rumania será de "pleno derecho", tal como aseguró el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso. Con los 30 millones de habitantes que aportan los nuevos socios (21,7 Rumania y 7,8 Bulgaria) la UE albergará unos 490 millones de ciudadanos, ampliando su influencia en los foros internacionales en la defensa de su sistema democrático y potenciando su economía y competitividad.

Esta ampliación, la quinta en la historia de la UE, es la última posible con el marco institucional actual. El Tratado de Niza exige que a partir de 27 Estados miembros será precisa una modificación del marco legal. Los próximos candidatos, Turquía y Croacia, deberán esperar. La decisión contrasta, no obstante, con el creciente clima de rechazo a nuevas ampliaciones que expresan los ciudadanos de la UE en las distintas encuestas.

Al presentar el acuerdo de la Comisión en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, Barroso significó, que tras los esfuerzos realizados Bulgaria y Rumania, "están en condiciones de asumir los derechos y obligaciones como miembros de la Unión Europea en enero de 2007".

El jefe de Ejecutivo comunitario subrayó que ambos países habían dado la respuesta adecuada a "las estrictas condiciones" fijadas por la Comisión en su informe del pasado mes de mayo.

El camino hacia la UE de ambos países empezó hace unos 15 años. En 2002, el Consejo Europeo acordó que su objetivo era acogerlos en la UE, una vez hubieran alcanzado el cumplimiento necesario de los criterios de adhesión. Las negociaciones terminaron en diciembre de 2004 y la firma del tratado se efectuó en abril de 2005 y ya ha sido ratificado por 21 Estados miembros.

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Aprobación, el 15 de octubre

La aprobación de la Comisión deberá ser aprobada formalmente por el Consejo de Ministros de Exteriores, el próximo 15 de octubre en Luxemburgo.Barroso vaticinó que la entrada de Bulgaria y Rumania "sería un éxito como lo había sido la última ampliación" de diez Estados miembros, a los que algunos economistas atribuyen una parte importante de la recuperación económica europea.

Los dos nuevos socios registran ritmos de crecimiento económico muy firmes, entre el 7% de Rumania y el 5,5% de Bulgaria, más del doble del 2,7% de la media de la UE prevista para este año.

Para el control de todas estas medidas se han establecido una serie de salvaguardas para garantizar el buen uso de los fondos financieros aportados por los Estados miembros. Además, la Comisión constituirá un "mecanismo para la cooperación y verificación del progreso en las áreas de reforma judicial, lucha contra la corrupción y crimen organizado", según explicó Barroso.

Una de los efectos que ha despertado más inquietud es la posible avalancha de trabajadores de ambos países al resto de países de la Unión. El Tratado establece sin embargo, unas disposiciones transitorias que aseguran que durante un periodo de siete años será facultad de los Estados miembros permitir la entrada de trabajadores procedentes de estos países.

El Reino Unido, por ejemplo, que ha sido uno de los que ha mantenido la puerta más abierta a la entrada de trabajadores de los diez países de la última ampliación, manifestó ayer que estaba considerando aplicar restricciones en el caso de los dos nuevos socios.

La presentación de la decisión de la Comisión fue bien acogida por la mayoría de grupos parlamentarios. Hans-Gert Poettering, líder del Partido Popular Europeo, la principal fuerza política de la Cámara y presidente in péctore del Parlamento Europeo, señaló que la "recomendación de la Comisión no sólo ha sido largamente deseada por su partido, sino que sobre todo constituía un hito histórico para estos dos países en su largo y a menudo arduo retorno a la familia unida de la Unión Europea a la que siempre pertenecieron". El mismo Poettering subrayó que ambos países habían efectuado buenos progresos en los últimos meses y años.

El líder del grupo socialista, el también alemán, Martin Schulz, aseguró que "Bulgaria y Rumania pertenecen a Europa". En su opinión esta decisión equivale al fin de la II Guerra Mundial. "Hace tiempo que se debía haber tomado", añadió. "Cada vez que acogemos [a un nuevo miembro] es también un enriquecimiento de nuestro mercado y un fortalecimiento de nuestra competitividad", dijo

Schulz.

"Los liberales y demócratas saludamos la confirmación de la acceso de ambos países", manifestó Graham Watson, líder de esta coalición. Watson precisó, no obstante, que "ambos nuevos Estados miembros deben considerar que pertenecer a la Unión es una oportunidad para continuar las reforma y su modernización".

No obstante, para el líder verde, Daniel Cohn Bendit, el debate había sido en cierta medida hipócrita. En su opinión si Turquía se hubiera presentado con estas condiciones no habría sido aceptado debido a sus importantes carencias.

El comisario para la Ampliación, Olli Rehn (derecha), y el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso.
El comisario para la Ampliación, Olli Rehn (derecha), y el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso.REUTERS

Crimen y corrupción

En un detallado informe, el comisario de Ampliación, Olli Rehn, explicitó las medidas y esfuerzos más importantes que deben realizar los dos países.

"Para Bulgaria", señala Rehn, "se trata del sistema judicial, la lucha contra la corrupción, la cooperación policial, la lucha contra el crimen organizado, el blanqueo de dinero, del sistema integrado de gestión y control para la agricultura, de las enfermedades espongiformes transmisibles (EST) y del control financiero".

En el caso de Rumania las medidas se refieren sobre todo a "esfuerzos suplementarios en el sistema judicial, a la lucha contra la corrupción, así como del sistema de control de pagos a la agricultura y asegurar la conexión operativa de los sistemas fiscales".

Rehn destaca, no obstante, los avances logrados tanto por los Gobiernos de Bucarest como de Sofía. En el caso de Bulgaria, "la protección de niños, y la protección e integración de minorías". Según el comisario, los progresos son menos evidentes en las condiciones de detención, el tratamiento de incapacitados y el cuidado a enfermos mentales.

En el caso de Rumania los avances más palpables se han efectuado en la reforma del sistema judicial.

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