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Al Zarqaui sobrevivió al bombardeo y murió cuando era llevado en camilla

El líder de Al Qaeda en Irak fue localizado gracias a una información de su propio grupo

Abu Musab al Zarqaui estaba aún vivo cuando los soldados norteamericanos llegaron a la casa en la que se encontraba, y que había sido alcanzada por bombas de precisión lanzadas desde aviones F-16. El jordano que dirigía Al Qaeda en Irak trató de huir cuando era evacuado en camilla, pero murió, según el Pentágono, inmediatamente después. El chivatazo sobre su localización llegó del propio grupo terrorista y de la información de habitantes de la zona. Las autoridades iraquíes impusieron ayer el toque de queda en Bagdad y otros lugares por temor a atentados.

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Al Zarqaui sobrevivió a las dos bombas, y así lo comprobaron, entre los escombros de la vivienda de la aldea de Hibib, cerca de Baquba, la policía iraquí, que llegó primero y le evacuó en una camilla, y los soldados estadounidenses que fueron después. "Le vimos vivo", confirmó ayer el general William Caldwell, portavoz del Pentágono en Bagdad, que aseguró que el jueves no había constancia de esta información.

Al Zarqaui también se dio cuenta de lo que ocurría: "Obviamente, hubo algún tipo de reconocimiento visual de los soldados, porque intentó bajarse de la camilla, pero le volvieron a colocar en ella. Murmuró algo, pero era incomprensible y fueron muy pocas palabras. Murió casi inmediatamente después por las heridas que había sufrido". Los soldados, añadió Caldwell, "se encontraban en el proceso de proporcionarle cuidados médicos". A pesar de la identificación positiva de huellas dactilares, cicatrices y tatuajes, el FBI analiza tejidos del cuerpo en sus laboratorios de Quantico (EE UU).

¿Cómo se localizó al hombre más buscado de Irak? No hubo una única fuente, dijo Caldwell. "Nadie dijo 'en esa casa, a esa hora, encontraréis a Al Zarqaui'. No ocurrió así". Pero cuando llegó el momento, añadió, "lo teníamos confirmado al cien por cien". El hecho de que haya varias fuentes puede complicar el pago de la recompensa de 25 millones de dólares (19,7 millones de euros), como ocurrió con la detención de Sadam Husein. Sí se pagaron, en cambio, 30 millones a los iraquíes que delataron a sus hijos Uday y Qusay.

El asesor espiritual, clave

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Hace algunas semanas, un miembro de Al Qaeda detenido en Irak reveló que la clave para llegar a Al Zarqaui era su asesor espiritual y hombre de confianza, el jeque radical suní Abd al Rahman. La información coincidió con la de una fuente situada en la cúpula de Al Qaeda, según The New York Times, que pudo haber sido facilitada en parte gracias a los servicios de inteligencia jordanos. En todo caso, el jeque era seguido desde hace semanas a través de vigilancia electrónica y comunicaciones telefónicas interceptadas: "Mediante un enorme esfuerzo, se logró detectarle, controlar sus movimientos y determinar cuándo se reunía con su jefe, y gracias a él encontramos a Al Zarqaui", dijo Caldwell.

La última pieza llegó de la información de un vecino de la zona sobre los movimientos de entrada y salida de vehículos en la casa atacada, en la que había seis personas en el momento del bombardeo, tres hombres (incluidos Al Zarqaui y el jeque) y tres mujeres, según Caldwell. Un testigo citado por el Times asegura que poco antes del impacto llegaron a la casa tres vehículos, y que uno de ellos se fue antes del enfrentamiento. El pueblo fue rodeado por comandos del Grupo Especial 145, una unidad antiterrorista del Ejército de EE UU con sede en Bagdad, y al ser advertidos cuando tomaban posiciones hubo disparos desde la casa que fueron respondidos.

Con la experiencia de dos situaciones en las que Al Zarqaui se había escapado, se decidió llevar a cabo el bombardeo, dijo en Bruselas el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld: "Los mandos llegaron a la conclusión de que no podían correr el riesgo, y por eso utilizaron la fuerza aérea". El general Gary North dijo a la cadena Fox que dos F-16 de patrulla fueron advertidos de que había un objetivo importante y "usaron tecnología láser para localizar las coordenadas y guiar las dos bombas".

Tras su muerte, Al Zarqaui fue trasladado a un lugar no revelado en el que se le identificó. El líder de Al Qaeda tenía contusiones en la parte izquierda del rostro, pero no en la cabeza o la parte superior del cuerpo: "Limpiamos la sangre y otras cosas porque queríamos mostrar su cuerpo sin deshumanizarle de ninguna forma", explicó el portavoz.

Después del ataque, estadounidenses e iraquíes llevaron a cabo 17 operaciones en Bagdad en las que detuvieron a 25 personas; el jueves hubo otras 39 operaciones en todo el país, algunas "relacionadas directamente" con la información de esos detenidos, y se quiere ampliar la ofensiva: "Vamos a perseguir otros objetivos", añadió Caldwell, con la ayuda del "tesoro" de información encontrado en la casa de Hibib. Entre los líderes que podrían ocupar el puesto de Al Zarqaui, Caldwell mencionó al egipcio Abu al Masri, entrenado en Afganistán y creador de la primera célula de Al Qaeda en Irak.

Un soldado iraquí monta guardia en una calle de Bagdad durante el toque de queda establecido ayer.
Un soldado iraquí monta guardia en una calle de Bagdad durante el toque de queda establecido ayer.EFE

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