El presidente de Brasil decreta tres días de luto oficial por el accidente de avión

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha decretado luto oficial de tres días en homenaje a las víctimas del accidente del viernes en la Amazonía de un Boeing 737-800 de la aerolínea GOL con 155 personas a bordo. Pese a que las autoridades aeronáuticas aún no han divulgado si hay supervivientes de la tragedia, el jefe de Estado ha transmitido su solidaridad a los familiares de las víctimas.

"Fue con enorme pesar que el presidente recibió la noticia del accidente que tomó la vida de pasajeros y tripulantes que volaban de Manaos a Brasilia en la tarde de ayer", según un comunicado oficial divulgado por la Presidencia y firmado por el portavoz del jefe de Estado, André Singer. "En esta hora de dolor y perplejidad con la tragedia, el presidente de la República quiere expresar su profunda solidaridad a cada uno de los familiares y amigos de las víctimas. Que ellos sepan que todo Brasil también está enlutado en el día de hoy", agrega la nota.

Según el comunicado de condolencias, el presidente decidió decretar tres días oficiales de luto nacional para, de esa forma, "expresar la conmoción que la caída del vuelo 1907 causó a la nación brasileña".

Pese a que tanto las autoridades como la propia aerolínea GOL han informado desconocer si hay heridos o supervivientes, ambas partes admitieron que hay pocas posibilidades de encontrar personas vivas entre los restos del aparato. Según el brigadier José Carlos Pereira, presidente de Infraero, la estatal que administra los aeropuertos del país, la primera impresión que se tiene es que el avión cayó en picado tras un aparente choque en pleno vuelo con otra aeronave menor, y es poco probable que se encuentren supervivientes.

Difícil rescate

Los restos de la aeronave, que hacía un vuelo entre Manaos y Río de Janeiro con escala en Brasilia, fueron localizados en la mañana de este sábado entre dos aldeas indígenas en la reserva de Parque de Xingú y en jurisdicción de Peixoto de Azevedo, un municipio en el norte del estado amazónico de Mato Grosso. Los equipos de rescate han tenido grandes dificultades para llegar al lugar del accidente, en medio de una zona selvática y aislada, y a comienzos de la tarde los socorristas apenas intentaban habilitar un punto para el aterrizaje de helicópteros.

El avión siniestrado, que tenía apenas 200 horas de vuelo, llevaba 149 pasajeros y seis tripulantes. Ninguno de los pasajeros es español. Según las primeras informaciones, la caída de la aeronave de GOL al parecer fue consecuencia de un choque con un avión ejecutivo Legacy, fabricado por la brasileña Embraer, que se dirigía hacia Estados Unidos con siete personas a bordo. El Legacy realizó un aterrizaje de emergencia, con averías en un ala, en una base aérea próxima a donde cayó el avión de GOL, y su piloto informó a las autoridades de que había sufrido un impacto pero que no podía determinar contra qué. Las primeras investigaciones apuntan a que el accidente se produjo por un fallo en el sistema de navegación.

Tragedia nacional

Si no se encontraran supervivientes, ésta sería la peor catástrofe aérea en la historia del país, por delante del accidente de un Vasp 747 en la ciudad de Fortaleza, en el que fallecieron 137 personas en 1982. Pereira ha explicado que el lugar donde se estrelló el avión está poblado de una vegetación tan densa que los servicios de rescate emplearán helicópteros para que sus efectivos puedan acceder a la zona empleando cuerdas para descender, cortar los árboles que rodean los restos del Boeing y permitir así el aterrizaje de los aparatos. "La jungla es tan densa que vamos a tener que abrirnos camino". ha afirmado Pereira, para añadir que "es una operación muy compleja: el lugar es extremadamente húmedo y hay millones de mosquitos":

El avión siniestrado había partido de la ciudad de Boa Vista, en la frontera con Venezuela, continuó hacia Manaos, en el corazón de la Amazonía, y desde allí prosiguió rumbo a Belén, en la desembocadura del Río Amazonas en el océano Atlántico. Desde Belén partió con rumbo a Brasilia, su última escala antes de finalizar su viaje en Río de Janeiro, pero no llegó a la capital. Fuentes oficiales han informado que la mayoría de los pasajeros debía descender en Brasilia y que solamente siete continuarían rumbo a Río de Janeiro, junto con alrededor de 70 personas que debían embarcar en la capital del país.