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Los británicos recuerdan el 7-J con temor a nuevos atentados del terrorismo islamista

La discreción marca las ceremonias en el primer aniversario de los ataques de Londres

El Reino Unido homenajeó ayer a las víctimas de los atentados del 7 de julio con ofrendas florales y dos minutos de silencio, un año después de los atentados que mataron a 52 viajeros y a los cuatro suicidas en el transporte público de Londres. Por la tarde, un servicio religioso multiconfesional en Euston y una sencilla ceremonia en los jardines de la Reina María, en Regent's Park, fueron los puntos álgidos de unos actos marcados por la discreción y el recogimiento. La policía alertó sobre la posibilidad de nuevos atentados del terrorismo islamista en el Reino Unido.

Varios centenares de londinenses se acercaron poco antes de mediodía a los jardines de Russell Square, muy cerca de una de las estaciones de metro afectadas por los atentados y a tiro de piedra de Tavistock Square, la plaza en la que estalló una de las bombas en un autobús. Hombres y mujeres de razas diversas, representantes del ayuntamiento local, de los servicios de emergencia, de la policía, de distintas iglesias y simples civiles fueron uno a uno depositando hasta 52 rosas blancas junto a un roble recién plantado en una de las esquinas del parque mientras la alcaldesa de Camden iba leyendo los nombres de las 52 víctimas.

Antes, a las 8.50, las campanas de la catedral de Saint Paul habían tañido a muertos al cumplirse un año de las tres primeras bombas en el metro, en las estaciones de Edgware Road y Aldgate y en el túnel que une las de King's Cross y Russell Square. Una hora después se oyeron otra vez las campanas, en memoria de quienes murieron en el autobús de Tavistock Square.

A las 12, los congregados en Russell Square se acercaron al joven roble para guardar dos minutos de silencio, bajo un cielo plomizo y una fina lluvia que añadía tristeza al silencio. Todo el país se paró, desde el torneo de tenis de Wimbledon a escuelas, estaciones, ministerios y oficinas.

El jefe de la Policía Metropolitana, sir Iain Blair, un hombre cuestionado por la comunidad musulmana por la forma en que los servicios de seguridad están llevando a cabo las operaciones contraterroristas tras los atentados, alertó en declaraciones a la BBC sobre la posibilidad de que el Reino Unido sufra nuevos atentados.

La comunidad musulmana y algunos supervivientes y familiares de las víctimas siguen reclamando una investigación independiente sobre el 7-J, porque quedan muchos interrogantes por aclarar. Muy pocos cuestionan la tesis oficial de que los autores materiales del atentado fueron cuatro jóvenes musulmanes británicos, pero no se sabe absolutamente nada sobre los apoyos con que contaron.

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No está clara la hipotética participación de miembros de Al Qaeda, ni lo que hicieron dos de los terroristas en Pakistán meses antes de los atentados, aunque ayer se difundió un vídeo en Internet en el que el número dos de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, afirma que dos de los suicidas fueron entrenados en sus campos. Tampoco se sabe por qué los terroristas compraron billetes de ida y vuelta si sabían que iban a morir.

Estación del metro de King's Cross, donde ayer se guardaron dos minutos de silencio al cumplirse un año del 7-J.
Estación del metro de King's Cross, donde ayer se guardaron dos minutos de silencio al cumplirse un año del 7-J.AP

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