Los candidatos mexicanos se acusan de corrupción en el primer debate
Los sondeos dan la victoria al aspirante gubernamental, Felipe Calderón
Los ataques verbales y descalificaciones mutuas entre Roberto Madrazo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), en el Gobierno, protagonizaron el primer debate entre cuatro de los cinco candidatos presidenciales mexicanos, realizado la noche del martes en medio de una gran expectación. Uno y otro cantaban victoria después del debate, aunque buena parte de la prensa y los sondeos señalaron que Calderón dio mejor impresión.
La ausencia de Andrés Manuel López Obrador, ex alcalde de ciudad de México y candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), pasó desapercibida, pues en contra de las previsiones apenas fue mencionado por sus contendientes. Fue un debate de propuestas de "continuidad sin cambio", dijo ayer López Obrador, que sí acudirá al segundo y último debate, el 6 de junio.
Roberto Campa, candidato de Nueva Alianza, una opción sin ninguna posibilidad a la que las encuestas no otorgan más del 1% de los votos, fue la revelación de la noche al protagonizar el mayor golpe de efecto. Campa, que militó en el PRI durante 30 años, lanzó un dardo envenenado contra Madrazo, a quien acusó de evasor. "He recibido en mi casa documentación oficial que demuestra que un candidato a la presidencia no paga impuestos, al menos desde finales de 2003 a finales de 2005", empezó diciendo. Según esta acusación, en este periodo Madrazo sólo tiene registrado un pago al fisco de unos ocho dólares, a pesar de haber recibido ingresos "de más de 500.000 pesos (40.000 euros) de su partido", y de haber comprado inmuebles y autos de lujo.
En su turno, Calderón aprovechó para hurgar en la herida y afirmó que Madrazo no pagó impuestos "por sus pisos en Miami de un millón de dólares cada uno".
Madrazo, contra las cuerdas
El candidato del PRI acusó el golpe. En su réplica no desmintió la acusación con datos y calificó a Campa de títere de Calderón y de Elba Esther Gordillo, líder del sindicato de maestros y enfrentada a Madrazo. El portavoz del Gobierno, Rubén Aguilar, dijo ayer que el Ministerio de Hacienda deberá investigar el presunto incumplimiento de las obligaciones fiscales de Madrazo. Fuentes del PRI interpretan la acusación de Campa como una maniobra del Gobierno de Vicente Fox en favor del candidato panista.
Madrazo se dirigió a Calderón, a quien acusó de concederse a sí mismo un préstamo de 300.000 dólares cuando era director general de Banobras. "Te agarraron con las manos en la masa", añadió. El panista sacó la escritura de su casa para demostrar que tiene las manos limpias. "Tengo un patrimonio honesto. El IFE (Instituto Federal Electoral) me ha investigado. Usted no puede decir lo mismo", sentenció.
Paralelamente a la pugna entre los dos grandes por airear corruptelas ajenas, los otros dos candidatos se resistieron a desempeñar en el debate el papel de comparsas. Lograron su objetivo con creces, especialmente Patricia Mercado, candidata de Alternativa Socialdemócrata y Campesina (2% en las encuestas), que rehusó el enfrentamiento y dirigió sus propuestas a los desencantados con "los políticos de siempre". Empezó con una constatación: "Es la primera vez que una mujer participa en un debate para la presidencia". Alertó sobre la situación de las mujeres en México, de las madres de hijas violadas y asesinadas, de quienes se juegan la vida por cruzar la frontera, en definitiva, de los problemas de la vida cotidiana. Y advirtió del "abismo que hay entre el discurso de los políticos de siempre y los problemas reales".
Con un formato de extrema rigidez que impedía el debate real, los candidatos hablaron durante dos horas de política fiscal y energética, de reforma laboral; y desgranaron sus promesas con mayor o menor credibilidad.
