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La coalición de López Obrador presenta las primeras fisuras

Líderes izquierdistas reconocen a Calderón como presidente de México

La entrada del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) en la vida institucional mexicana, con la firma de un acuerdo sobre reformas a la Ley del Congreso, es una mala señal para su ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, que mantiene la resistencia contra el presidente electo, Felipe Calderón, y las "instituciones caducas". El gobernador del Estado de Michoacán, el perredista Lázaro Cárdenas (hijo del fundador del partido), y el de Chiapas reconocieron a Calderón como nuevo mandatario.

Los legisladores perredistas comenzaron a trabajar con los partidos Acción Nacional (PAN, oficialista) y Revolucionario Institucional (PRI) para sacar adelante pactos legislativos. El primer acuerdo suscrito garantiza que el PRD presidirá las cámaras de Diputados y Senadores en la actual legislatura, que concluye en 2009.

Si bien algunos diputados sostienen que el acuerdo no supone un alejamiento del movimiento de resistencia de López Obrador, lo cierto es que las diferencias en el seno del PRD empiezan a ser evidentes. Los gobernadores perreditas de los Estados de Michoacán y Chiapas, Lázaro Cárdenas y Juan Sabines, han reconocido a Calderón como presidente electo. Lázaro es hijo de Cuauhtémoc Cárdenas, fundador y líder moral del PRD, cuyo distanciamiento de López Obrador es inocultable.

También la Coalición por el Bien de Todos, que apoyaba al ex candidato, presenta ya las primeras fisuras. Los otros dos partidos que la conforman, Convergencia y del Trabajo, han dado muestras de alejamiento. Convergencia, de tendencia socialdemócrata, mantiene su apoyo en la calle a López Obrador, pero ha reconocido a Calderón y trabaja institucionalmente en el Legislativo.

El Partido del Trabajo ha seguido en toda la ruta de conflicto postelectoral a López Obrador, pero ya se ha sentado en la mesa de diálogo entre partidos abierta por una de las instituciones que el ex candidato perredista mandó al diablo: la Secretaría de Gobernación (Ministerio del Interior).

Por otro lado, la coalición izquierdista analiza el desmantelamiento de los campamentos de protesta que han invadido el centro histórico de la capital mexicana. Fuentes de la alianza comentan que la presencia de simpatizantes ha disminuido y que se ha deteriorado el ánimo. La permanencia de la acampada ha provocado discusiones en los partidos, pues hay sectores que consideran altos los costes políticos que supone mantenerla.

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