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Israel admite que negocia el canje de tres soldados por presos de Hamás y Hezbolá

Un enviado de Ehud Olmert viajó a Egipto y Alemania para pactar las condiciones

"No negociamos con terroristas" es la coletilla que las autoridades israelíes pregonaron después de que el cabo Gilad Shalit fuera capturado por Hamás en una base militar próxima a Gaza el 25 de junio. La repitieron a partir del 12 de julio, cuando otros dos soldados fueron secuestrados por Hezbolá. El Ejército hebreo atacó el territorio palestino y Líbano, aunque nadie creía posible que esas operaciones pudieran lograr la liberación de los uniformados. Ahora Ehud Olmert ha decidido negociar. Ofer Dekel, enviado del primer ministro, ha viajado a Egipto y Alemania para pactar las condiciones.

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La presión de la calle también ha surtido efecto sobre un Gobierno que recibe a diario severas críticas por el manejo de la guerra en Líbano y que necesita un respiro. El jueves, una manifestación en Tel Aviv reunió a 50.000 personas que reclamaban la vuelta a casa de Shalit y de los capturados en Líbano, Eldad Regev y Udi Goldwasser.

Ofer Dekel, ex número dos del Mosad, servicio de espionaje exterior israelí, y enviado del primer ministro Olmert, ha viajado recientemente a El Cairo y a Alemania, según revelaba ayer el diario Yediot Ajoronot. En Egipto se ha entrevistado con jefes de los servicios secretos de ese país, que desde finales de junio median en la crisis. En el país europeo se reunió con Ernst Uhrlau, jefe de la agencia de espionaje, que precisamente trabaja estos días en Beirut con el mismo cometido.

Desde la década de los setenta, los Ejecutivos israelíes han aceptado una decena de intercambios siempre desventajosos. En los años ochenta, miles de reclusos árabes fueron puestos en libertad a cambio de civiles, de militares israelíes o de cadáveres de soldados en manos de Hezbolá y de grupos palestinos. Uno de los más sonoros canjes se produjo en 1997, cuando fue excarcelado el jeque Ahmed Yasín -fundador de Hamás asesinado en 2004- después de que dos agentes del Mosad fueran detenidos en Ammán tras un intento frustrado de asesinato de Jaled Meshal, actual jefe del movimiento fundamentalista palestino en el exilio, en Siria.

Ahora se trata de conocer la calidad del canje. Porque si Israel ha accedido a negociar, Hamás también ha rebajado sus pretensiones. No exige ya la liberación de los casi 10.000 presos palestinos, aunque tampoco aceptarán que los excarcelados sean militantes de medio pelo. Según la información del diario israelí, Shalit sería devuelto a finales de mes y unos 800 prisioneros palestinos serían excarcelados en tres fases: en la última, antes de fin de año, 200 palestinos que purgan penas de más de 20 años de prisión saldrían libres. Tampoco se conoce si entre los 800 serán incluidos la veintena de diputados y ministros de Hamás capturados en Cisjordania en junio. Fuentes oficiales israelíes señalaron que "no hay acuerdo y los informes que contradigan esta versión son prematuros". Pero, por primera vez, no desmintieron las negociaciones.

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En el caso de Hezbolá sucede algo similar. La organización chií dejó claro desde el 12 de julio que su pretensión era negociar un canje de los soldados hebreos por tres milicianos, dos de los cuales han cumplido 28 años de cárcel en Israel. El Ejecutivo de Olmert se halla entre los fuegos de la presión popular y el doloroso trance de ofrecer a Hezbolá una victoria si accede al intercambio.

Un manifestante protesta contra la guerra de Líbano colocando un soldado de papel frente a la oficina del primer ministro israelí en Jerusalén.
Un manifestante protesta contra la guerra de Líbano colocando un soldado de papel frente a la oficina del primer ministro israelí en Jerusalén.EFE

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