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Un juez italiano declara a Berlusconi en rebeldía

Un tribunal de Milán investiga al primer ministro y a otras 13 personas por presunto fraude en la gestión de Mediaset

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha sido declarado hoy en rebeldía al no presentarse a la audiencia preliminar del juicio iniciado hoy en Milán por presuntas ilegalidades cometidas en la compraventa de derechos de programas por parte de su consorcio televisivo Mediaset.

El juez Fabio Paparella, del Tribunal Penal de Milán, ha declarado también en rebeldía por el mismo motivo a otros trece dirigentes de Mediaset, entre ellos su presidente, Fedele Confaloniere. Los abogados de Berlusconi hicieron entrega de una carta al juez en la que Il Cavaliere se excusa por no acudir a la cita e invoca impedimentos relacionados con su cargo. En la misma misiva, Berlusconi se compromete a presentarse ante la autoridad judicial en próximas fechas. El juez ha rechazado los argumentos del primer ministro y lo ha declarado en rebeldía.

Defensores de los otros dirigentes de Mediaset alegaron que la notificación del comienzo de la audiencia preliminar sólo se hizo en un diario milanés, cuando también se tenía que haber hecho en diarios extranjeros, teniendo en cuenta que sus defendidos residen en países como Reino Unido. La audiencia preliminar ha sido aplazada al próximo 7 de noviembre.

Fraude fiscal y corrupción

La Fiscalía de Milán solicitó el pasado 26 de abril el procesamiento de Berlusconi, Confaloniere y otros doce directivos de Mediaset por supuestos delitos que van desde el fraude fiscal hasta la falsedad en balance, así como la apropiación indebida y el blanqueo de dinero, en relación a la compraventa de derechos televisivos.

En el caso de Berlusconi las hipótesis de delito son falsedad en balance, fraude fiscal, corrupción en actos judiciales y apropiación indebida. El origen del caso es la compraventa de los derechos de transmisión de películas estadounidenses por parte de Mediaset, por un valor de 470 millones de euros, en torno a la cual fue creado un entramado de transacciones en las que supuestamente participaron empresas registradas en paraísos fiscales al servicio de Berlusconi. La fiscalía sospecha que en la operación se pudo haber incrementado artificialmente el precio real de los derechos, se pudo haber desviado a cuentas en el extranjero cerca de 280 millones de euros y haber eludido al fisco el equivalente a unos 170 millones de euros entre 1994 y 1996.

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