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Las líneas aéreas de Marruecos desatan la polémica al prohibir el velo y el rezo

Diputados islamistas acusan al ministro de Transportes de amparar "la Inquisición"

Las compañías aéreas low cost (baratas), con Ryanair y Easyjet a la cabeza, se acaban de lanzar al asalto del mercado marroquí, pero Royal Air Maroc (RAM), el mastodonte público, tiene otra batalla que librar. Los islamistas le atacan por prohibir que sus asalariados recen en el lugar de trabajo, vetar el hijab (pañuelo islámico) a las empleadas que tratan con el público y desaconsejar a pilotos y azafatas que ayunen en el Ramadán. Gran parte del debate parlamentario sobre el presupuesto de transportes para 2007 estuvo dedicado a la situación en la RAM.

El presidente de la RAM, Driss Behima, uno de los mejores gestores marroquíes, envió en septiembre, en vísperas del Ramadán, a sus empleados una circular en la que les recordaba y actualizaba viejas prohibiciones, algunas vigentes desde 1972.

Experiencias llevadas a cabo en simuladores de vuelo demuestran, por ejemplo, que el comandante que ayuna pierde capacidad de reacción, según explica Jamaldin Harakat, presidente de la Asociación Magrebí de Pilotos de Línea, motivo por el cual no debe practicar el Ramadán.

Behima no ha vetado a las empleadas el hijab, como ha hecho alguna institución pública marroquí y varias empresas privadas, pero sí ha quitado a las mujeres que lo llevan de aviones y mostradores para enviarlas a lugares donde el pasajero no las ve, como los call centers (centros de recepción de llamadas telefónicas).

"Prohibir la oración en las oficinas es algo grave", denunció Khalid Cherkaoui, del Centro Marroquí de Derechos Humanos. "Es la primera vez que un organismo público marroquí hace algo parecido", añadió.

Más vehementes han sido los islamistas del Partido de Justicia y Desarrollo, la tercera fuerza parlamentaria. Su diputado Lahcen Daoudi se negó, el martes, a discutir con Karim Ghellab, el ministro de Transportes, del presupuesto de su departamento.

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"(...) No sirve de nada hablar de cifras si un Gobierno que pretende ser moderno no respeta las leyes fundamentales que garantizan el derecho a orar o a llevar el pañuelo", espetó Daoudi al ministro. "¡Si se obliga o se prohíbe a los cuidadanos rezar esto es la Inquisición!".

El titular de Transportes le replicó que en las instalaciones de la RAM había dos lugares habilitados para la oración, y que para dar una imagen uniforme de la compañía las mujeres con hijab no debían tratar con el cliente. El Ministerio de Asuntos Islámicos intervino también en la polémica para secundar la decisión de la línea aérea.

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