La 'narcoviolencia' y las protestas obreras tensan el cierre de la campaña electoral en México
El país norteamericano elige el próximo domingo nuevo presidente
La violencia de los narcotraficantes, que este año deja más de 700 muertos, y las protestas de sindicalistas descontentos con el Gobierno han tensado la campaña electoral mexicana, que se cierra hoy, sobre la que también se cierne la sombra del dinero sucio. En vísperas de los comicios presidenciales y legislativos del 2 de julio, la administración de Vicente Fox ha anunciado que unos 340.000 policías estarán disponibles para cuidar la jornada electoral, aunque ha excluido que la violencia y las protestas obreras puedan ponerla en riesgo.
El ministro de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, y otros altos funcionarios federales han dicho que la campaña criminal atribuida a los cabecillas de la droga "se focaliza en ciertas regiones" de México, por lo que no representa una amenaza para el proceso electoral.
Narcotraficantes rivales se enfrentan a menudo en las ciudades de Nuevo Laredo, Ciudad Juárez y Tijuana, fronterizas con Estados Unidos, y en localidades de los estados de Michoacán, Sinaloa (oeste) y Guerrero (sur), con un armamento en muchos casos superior al de la dispersa y mal entrenada fuerza policial mexicana.
Varios jefes policiales y agentes rasos han caído en los últimos meses bajo el fuego de los jefes de la cocaína y la heroína, lo mismo en Nuevo Laredo, colindante con la ciudad estadounidense de Laredo (Texas), que en el balneario de Acapulco (Guerrero), consideradas dos importantes plazas electorales.
Aunque el Gobierno lo niega y las autoridades electorales lo soslayan, diversos analistas consideran que los traficantes de cocaína y heroína han hecho una demostración de fuerza en los últimos meses para comunicarle de antemano al próximo gobierno que detentan el poder en diversa regiones de México.
Elecciones reñidas
Los ciudadanos acudirán a las urnas este domingo para elegir al sucesor de Fox, a cuatro gobernadores de otros tantos estados y a decenas de alcaldes, entre ellos el de Ciudad de México, así como para renovar al bicameral Congreso Federal y diversas legislaturas regionales.
Según las encuestas, los candidatos con mayores posibilidades de suceder a Fox son el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, el oficialista Felipe Calderón y Roberto Madrazo, del Partido Revolucionario Institucional PRI), que gobernó México de forma ininterrumpida entre 1929 y 2000.