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Una nota manuscrita de Cheney le relaciona con el 'caso Plame'

El fiscal investiga el papel del vicepresidente en la filtración del nombre de una espía

Yolanda Monge

Dick Cheney, vicepresidente de EE UU, hizo unas anotaciones sobre el artículo de Joseph Wilson en el que el ex embajador cuestionaba que el régimen de Sadam Husein hubiese logrado enriquecer uranio a través de Níger y lograr así armas de destrucción masiva, cuya asegurada existencia por parte de la Administración de Bush llevó a la guerra de Irak en 2003. Esas anotaciones en el borde del artículo aparecido en el diario The New York Times el 6 de julio de 2003 podrían hacer que el fiscal especial del caso Plame, Patrick Fitzgerald, cambiase de opinión con respecto a hace más de seis meses.

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Entonces, Fitzgerald dijo que no había nada que ligara a Cheney en el caso de la filtración del nombre de la agente de la CIA Valerie Plame, esposa de Wilson. Puede que el fiscal especial deje ahora abierta esa puerta y que concluya que la mano derecha de Cheney, su ex jefe de Gabinete Lewis Libby -acusado de obstrucción a la justicia y perjurio-, actuaba bajo las órdenes de su jefe cuando filtró la identidad de Plame a la prensa.

"¿Han hecho este tipo de cosas antes?, ¿enviar a un embajador a evaluar una situación? ¿Normalmente enviamos a gente de este tipo a trabajar para nosotros? ¿O es que le ha enviado su mujer enchufado?", se preguntaba Cheney en las notas. Cuando presentó estas nuevas pruebas el viernes, el fiscal Fitzgerald dijo que mostraban la preocupación de Cheney por ese asunto. Las notas "apoyan la idea de que el artículo de opinión de Wilson atrajo la atención del vicepresidente y el acusado -Lewis Libby- sobre el ex embajador".

En el artículo, Wilson recapitulaba sobre cómo fue enviado por la CIA en 2002 a Níger para investigar la posibilidad de que Irak hubiese llegado a un acuerdo para adquirir uranio enriquecido. La conclusión de Wilson era que dudaba mucho que tal acuerdo existiese, y tituló su historia con un demoledor Lo que no encontré en África. Un año después, la Administración de George W. Bush seguía dando carta de validez a esa teoría y la utilizó para invadir Irak. Las anotaciones de Cheney dejan claro que el vicepresidente sabía quién era Valerie Plame antes de que su nombre fuese hecho público el 14 de julio de 2003 por el columnista Robert Novak. Cheney siempre ha afirmado que sólo supo de Plame por la prensa.

La filtración a sabiendas del nombre de una espía por parte de un funcionario del Gobierno es un delito bajo las leyes estadounidenses. Wilson alega que la filtración del nombre de su esposa fue una represalia de la Casa Blanca contra sus críticas por la guerra de Irak. Otro alto funcionario de la Casa Blanca, el principal asesor político de Bush, Karl Rove, se encuentra aún bajo investigación y Fitzgerald no ha decidido si presentará cargos contra él. Rove compareció el mes pasado por quinta vez ante el jurado de investigación que ve el caso. Cheney está ahora bajo la lupa de Fitzgerald. Libby está a la espera de juicio para el año que viene.

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Consecuencias políticas

Las consecuencias políticas del procesamiento de Libby han sido enormes tanto para la credibilidad del Partido Republicano como para la Administración, ya que el ex jefe de Gabinete de Cheney tenía una gran influencia en la Casa Blanca. Su acusación supuso un revés para el vicepresidente, con quien Libby mantenía una relación casi paternal. Para Bush hubiera sido mortal que en octubre se hubiera imputado a Rove, ya que se hubiera visto obligado a prescindir del hombre que le aupó al Gobierno de Tejas primero y a la presidencia de EE UU después.

La implicación de Libby supuso el primer paso en el esclarecimiento, no sólo de la filtración, sino también de las fuerzas gubernamentales que actuaron en la preparación de las pruebas falsas para acusar al régimen de Sadam Husein de estar desarrollando un programa de armas de destrucción masiva, justificación que llevó a EE UU a la invasión de Irak.

El vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, el pasado miércoles en Washington.
El vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, el pasado miércoles en Washington.EFE

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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