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El placer de gobernar para los pobres

Polémicas declaraciones del presidente de Brasil, que dice preferir a los desposeídos porque "no dan trabajo, no protestan"

Unas declaraciones efectuadas por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en Contagem, Minas Gerais, han causado perplejidad. Lula ha afirmado que "es un placer" gobernar para los pobres porque ellos "no dan trabajo, no protestan", o lo hacen "yendo a rezar en las iglesias". Para mayor sorpresa, el presidente ha añadido que le sería más fácil gobernar el país si pudiese "cuidar sólo de los pobres".

"Los pobres no tienen dinero para ir hasta Brasilia a protestar, ni para alquilar autobuses. Los pobres muchas veces no están en los partidos políticos, no entran en la universidad, ni siquiera van al sindicato. Ellos se limitan a ir a la iglesia y pedir ayuda a Dios", ha dicho Lula, en medio de fuertes y largos aplausos de un público compuesto por personas de renta baja.

El ministro de Desarrollo Social, Patrus Ananias, encargado de entregar la ayuda gubernamental denominada Bolsa Familia a millones de hogares, ha defendido a Lula de las acusaciones de populismo lanzadas por la oposición y ha afirmado que debe ser reelegido "porque está cambiando la cara social del país". Y ha añadido: "La historia va a recordar a Lula como el creador del mejor Gobierno en el campo social".

Elecciones presidenciales

El principal rival de Lula en las presidenciales, Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), ha respondido así a las declaraciones del presidente: "Lula debería reclamar menos, quejarse menos y hacer más. Menos discursos, menos inauguraciones, menos mítines y más acción".

La prensa brasileña decía ayer que los bancos han tenido unas ganancias récord durante el Gobierno de Lula, a quien la oposición apoda irónicamente como el padrino de los banqueros, en lugar del padre de los pobres, como le gusta llamarse a sí mismo. Según datos del Banco Central, los mayores bancos del país obtuvieron en 2005 un beneficio total conjunto de 28.000 millones de reales (unos 10.000 millones de euros), cuatro veces más de lo que el Gobierno ha gastado en el programa Hambre Zero, que gestiona la Bolsa de Familia en ocho millones de hogares.

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El ex ministro de Educación Cristovam Buarque, que abandonó el Partido de los Trabajadores (PT) para afiliarse al Partido Democrático del Trabajo (PDT), tambien de la izquierda, será candidato a las presidenciales por este partido, por lo que competirá en las urnas con Lula, su antiguo jefe. Ayer afirmaba que le da miedo un segundo mandato de Lula, porque podría "sucumbir al autoritarismo", dado que el actual president acude a las elecciones con el único apoyo del PT y sin el respaldo de los partidos importantes. Con una escasa base parlamentaria, según Buarque, Lula podría caer en la tentación de "ignorar al Congreso" y querer gobernar a través de "plebiscitos populares", al estilo del presidente venezolano, Hugo Chavez.

Para Buarque, uno de los más importantes intelectuales que ha tenido del PT, "el neoliberalismo inventó muchas cosas, incluso formas diferentes de crear regímenes autoritarios".

Luiz Inácio Lula da Silva, el pasado martes
Luiz Inácio Lula da Silva, el pasado martesAP

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