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Los separatistas chechenos, dispuestos a negociar con Rusia y a cesar las hostilidades

El 'ministro de Exteriores' de los rebeldes reconoce que la violencia no es el camino para poner fin al conflicto

Los separatistas chechenos están dispuestos a renunciar a su sueño de lograr la independencia de Rusia y a reconocer que la guerra no es la solución para este conflicto, según ha afirmado hoy el ministro de Exteriores de los rebeldes, Ahmed Zakáyev.

Zakáyev, que vive refugiado en Reino Unido, ha publicado un comunicado en Internet (www.chechenpress.info) en el que asegura que, pese a que los separatistas siempre creyeron que su independencia era una garantía de paz y seguridad en la región, "si se puede llegar a otra solución respetando las leyes internacionales estamos dispuestos a llevar a cabo todas las negociaciones necesarias". "Reconocemos que la violencia y las acciones militares no pondrán fin al conflicto. Por tanto, las negociaciones con Rusia deberían comenzar sin requisitos previos por ninguna de las dos partes", añade en su nota.

Precisamente hoy el director del Servicio Federal de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev, ha instado a los separatistas chechenos a abandonar la lucha antes del 1 de agosto. La muerte del líder guerrillero Shamil Basayev ha abierto en su opinión "una oportunidad para aquellos que aún no han vuelto a la vida pacífica", "que debe ser usada para evitar nuevas víctimas". Por ello, Patrushev ha prometido ser magnánimo con aquellos que entreguen las armas, y ha propuesto a los separatistas la posibilidad de que entablen "negociaciones con representantes de las autoridades legales chechenas o rusas" a partir del 1 de agosto.

La muerte hace una semana de Abduljalim Saiduláyev en un enfrentamiento con la policía checheno ha puesto al frente de los separatistas a Dokka Umárov, general de división que desde hace un año era vicepresidente de Ichkeria (nombre que los independentistas dan a su tierra). Umárov, de 42 años, es un comandante muy prestigioso y popular entre los independentista.

Umárov terminó la primera guerra chechena con el grado de general de brigada y en 1997 fue nombrado secretario del consejo de seguridad. Con el fin de obtener información sobre su paradero, los servicios secretos chechenos leales a Moscú secuestraron el año pasado a su padre, de 70 años, su esposa y su bebé de seis meses; antes habían secuestrado a dos de sus hermanos, y más tarde también a su hermana, según la organización de derechos humanos Memorial.

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