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El tifón Saomai, el más potente en 83 años, causa 73 muertos en su llegada a China

Las rachas de viento alcanzan los 216 kilómetros por hora

El tifón Saomai, el más potente de los que han llegado a China en los últimos 50 años, ha dejado 83 muertos nada más arribar a las costas de este país, ha informado hoy la agencia oficial Xinhua. El Saomai, que arrastra unos vientos de 216 kilómetros por hora, llegó en la tarde de ayer a las costas de la provincia oriental de Zhejiang, donde causó el hundimiento de numerosas viviendas y se cobró la vida de 71 personas, según los últimos datos facilitados.

En la vecina provincia de Fujian los efectos también han comenzado a notarse, y de momento las cifras hablan de dos muertos y doce desaparecidos. Las provincias del sur del país han evacuado, en total, a un millón y medio de personas.

De momento, los vientos y fuertes precipitaciones traídos por el tifón causaron el derrumbe de mil casas, y han dejado sin electricidad e incomunicado a prácticamente todo el distrito costero de Cangnan, por donde entró el Saomai.

Labores de rescate

Las precipitaciones medias registradas en la zona anoche rondaban los 300 milímetros, y la lluvia acumulada alcanzó en 15 horas los 466 milímetros. La fuerza del Saomai, sin embargo, podría haberse reducido ligeramente en las últimas horas, según fuentes del observatorio meteorológico de Zhejiang, que han declarado que los vientos en el centro del tifón habían bajado hasta los 144 kilómetros por hora.

El Gobierno ha enviado a la zona 20.000 soldados para colaborar en las tareas de rescate y se ha notificado que existen, al menos, 34 personas atrapadas en casas desplomadas y en vehículos.

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Las autoridades provinciales repartieron 300.000 prendas de ropa y 100.000 paquetes de comida rápida entre los evacuados y destinaron 1,9 millones de dólares (cerca de 1,5 millones de euros) para ayudar a los damnificados.

Dos mujeres atraviesan una calle bajo una intensa lluvia en Cangnan, en la provincia de Zhejiang, al este de China.
Dos mujeres atraviesan una calle bajo una intensa lluvia en Cangnan, en la provincia de Zhejiang, al este de China.EFE

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