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Reportaje:

Los últimos minutos de Politkóvskaya

Las cámaras de un supermercado grabaron la imagen del asesino siguiendo a su víctima

La policía rusa ha tratado de recomponer los últimos minutos de la vida de Anna Politkóvskaya para obtener pistas que puedan ayudar a localizar a los asesinos de la periodista. Lo primero que se ha logrado establecer es que el autor de los disparos no actuó solo, sino que tuvo como cómplice por lo menos a una mujer. Politkóvskaya había ido a comprar a una tienda de la cadena Ramstor, y precisamente las cámaras de vigilancia de ese supermercado ubicado en la calle de Frúnzenskaya en Moscú grabaron la imagen del supuesto asesino que después filmarían también las cámaras puestas a la entrada del edificio de la calle de Lesnáya, donde vivía la periodista.

Se trata de un hombre joven, de 1,80 metros de estatura y de complexión delgada. Su vestimenta era oscura y llevaba una gorra en la cabeza. En cuanto a la mujer, es de estatura mediana, tiene alrededor de 30 años y en la tienda vigilaba a Politkóvskaya. Por eso, la policía ha llegado a la conclusión de que se trata de una cómplice del asesino.

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Politkóvskaya llegó a su casa ubicada en el número 8/12 de la calle de Lesnáya, cerca de la estación ferroviaria de Bielorrusia, el sábado a las cuatro y cinco de la tarde. Dejó el Lada color plateado a pocos metros de la entrada al edificio, tomó dos paquetes que había puesto en el asiento delantero y subió a su apartamento. Dejó los comestibles en la cocina y bajó a por los paquetes con verduras y productos de limpieza y de higiene personal que dejó en el asiento trasero del coche. Pero ni siquiera logró salir del ascensor.

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El asesino la esperaba en la planta baja. En cuando se abrieron las puertas del elevador disparó tres tiros a quemarropa. Los médicos forenses consideran que su muerte fue prácticamente instantánea: las dos primeras balas le dieron en el pecho y en el corazón, y la tercera, probablemente cuando el cuerpo de Politkóvskaya ya caía abatido, en el hombro. El asesino hizo un cuarto disparo: directamente a la cabeza de la periodista ya sin vida. Es la marca de los profesionales: disparan lo que llaman un tiro de control -que no de gracia- para asegurarse de que efectivamente han matado a la persona que les han encargado. Antes de retirarse, el hombre abandonó -como suelen hacer los asesinos a sueldo- el arma en el lugar del crimen.

Nadie oyó nada en el edificio: la pistola usada tenía silenciador. Una vecina se llevó una terrible sorpresa minutos más tarde, cuando llamó al ascensor: dentro se encontró con el cuerpo ensangrentado de Anna Politkóvskaya.

Ahora la policía busca al hombre que grabaron las cámaras de vigilancia de la casa de Politkóvskaya y de la tienda Ramstor y a su cómplice. Aunque en las cintas no hay ninguna imagen en la que se vea nítidamente la cara del presunto asesino, la policía logró hacer un dibujo del sicario gracias a las declaraciones prestadas por las vendedoras de la farmacia que funciona junto a la entrada del edificio de Politkóvskaya. Muchos piensan que los organizadores del crimen ya han ordenado matar al ejecutor.

¿Quién puede estar detrás del asesinato de Politkóvskaya? El más nombrado es el primer ministro checheno, Ramzán Kadírov, al que Politkóvskaya acusaba de ser un extorsionador, un secuestrador, un torturador y un asesino.

Por eso los colegas de Politkóvskaya en Nóvaya Gazeta sospechan del líder checheno, pero, al mismo tiempo, piensan que precisamente los enemigos de Kadírov pueden haber organizado el asesinato para que "las sospechas recaigan sobre el jefe del Gobierno de Chechenia", quien acaba de cumplir los 30 años y que, según la Constitución, ahora ya podría convertirse en presidente de esa república norcaucásica.

Pero como bien dice Viacheslav Ismaílov, comentarista militar de Nóvaya Gazeta, cualquiera de las numerosas personas que fueron denunciadas por Politkóvskaya puede estar relacionada con su asesinato. Entre ellas hay "agentes del Servicio Federal de Seguridad, de la Inteligencia Militar, chechenos cercanos no sólo a Kadírov, sino también a los comandantes Sulim Yamadáyev y Movladí Baisárov; policías, fascistas y seudopatriotas".

El asesinato ha provocado indignación en todo el mundo, lo que seguramente ha obligado al presidente, Vladímir Putin, a reaccionar. Ayer rompió por fin su silencio, pero no ante el pueblo ruso, sino en una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a quien prometió que se harán "todos los esfuerzos necesarios para realizar una investigación objetiva de la trágica muerte de la periodista".

La Comisión Europea también ha pedido una investigación rigurosa, mientras el ex presidente soviético Mijaíl Gorbachov asegura en una entrevista al diario italiano La Repubblica que se trata de un "asesinato político, de una venganza".

Portadas de ayer de varios diarios rusos con artículos sobre el asesinato de Anna Politkóvskaya.
Portadas de ayer de varios diarios rusos con artículos sobre el asesinato de Anna Politkóvskaya.ASSOCIATED PRESS
Imágen de la cámara de seguridad del apartamento de Politkóvskaya en la que se ve al presunto asesino saliendo del portal.
Imágen de la cámara de seguridad del apartamento de Politkóvskaya en la que se ve al presunto asesino saliendo del portal.

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