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Reportaje:

Los últimos minutos del vuelo 93

El jurado que debe decidir sobre Moussaoui escucha la grabación del avión del 11-S que se estrelló en Pensilvania

El jurado del caso contra Zacarías Moussaoui, el único procesado en EE UU por los atentados del 11-S de 2001, ha escuchado hoy, a instancias de la acusación, la cinta de audio con las conversaciones registradas en uno de los aviones secuestrados minutos antes de que se estrellara en Pensilvania. "No quiero morir" o "por favor, no me hagan daño" son algunas de las frases que los pasajeros dijeron a los secuestradores en medio de la confusión y del caos, poco antes de que el avión en el que viajaban, el vuelo 93 de la compañía estadounidense United Airlines, se precipitara contra el suelo en una zona rural del Estado de Pensilvania.

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Se ha tratado quizá de la sesión más dramática vivida hasta el momento en el tribunal, que ha escuchado las angustiadas súplicas de los viajeros en el interior del avión y la decisión de los terroristas de estrellar el avión ante la imposibilidad de controlar a los pasajeros amotinados que intentaban hacerse con el control de la cabina de la aeronave. Según la cinta, los secuestradores se hicieron con el avión pero se oye cómo los pasajeros intentan penetrar en la cabina y la lucha que comienza a producirse por el control del avión. Se trata de testimonios que hasta ahora no habían sido difundidos públicamente, incluido el de uno de los terroristas, que se hizo pasar por el capitán del avión e informó a los pasajeros de lo que estaba ocurriendo: "Señoras y señores, soy el capitán. Tenemos una bomba a bordo. Por lo tanto, siéntense".

La grabación de la caja negra recoge la charla de los secuestradores en árabe e inglés y el momento en el que uno de ellos afirmó que "Alá es el más grande", la última frase que se pudo escuchar antes del final. Además del avión que se estrelló en Pensilvania, los terroristas secuestraron ese día otros tres aviones: dos que impactaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, y uno contra el Pentágono, en Washington. El jurado, compuesto nueve hombre y tres mujeres, tendrá en cuenta los datos aportados por esta grabación, -que los familiares ya habían escuchado en abril de 2002, acompañados por psicólogos-, a la hora de decidir si Moussaoui es condenado a muerte o a cadena perpetua.

Moussaoui, su peor enemigo

En sesiones previas del juicio que se sigue contra él en la ciudad de Alexandria (Virginia) y que se encuentra en la fase final, la acusación argumentó que escuchar las voces de los que murieron debería ser todo lo que necesita el jurado para condenar a Moussaoui a la pena capital. La defensa hizo un llamamiento al jurado para que mantuviese la calma, tras reconocer que testimonios de ese tipo suelen tener un gran impacto emocional. Moussaoui, un francés de origen marroquí de 37 años, fue detenido en Minesota (EE UU) el 16 de agosto del 2001 y en el 2005 reconoció ser miembro de la red terrorista Al Qaeda, acusada de organizar los atentados del 11 de septiembre del 2001, en los que murieron alrededor de 3.000 personas.

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Moussaoui, que se declaró culpable hace un año, estaba en la cárcel en el momento de los atentados de Nueva York y Washington, y no ha matado a nadie, pero la acusación argumentó, con éxito, que podía haber evitado la matanza si no hubiera mentido al FBI cuando fue detenido, en agosto de 2001. El pasado 3 de abril, el jurado decidió que el acusado reúne los requisitos para ser condenado a la pena de muerte. Si la decisión hubiera sido la contraria, su condena habría sido cadena perpetua. Aún puede recibirla, pero sus posibilidades parecen ahora menores. El jurado ha concluido la exposición de su caso, usando, además de la grabación de audio de los últimos momentos del vuelo número 93 de United Airlines, una simulación computerizada del accidente aéreo y pidió a los miembros del jurado que se pusieran en el lugar de las víctimas del ataque.

En esta segunda fase del juicio declararán víctimas de los atentados del 11-S y familiares, con lo que la carga emocional todavía mayor (aunque hay familiares opuestos a la ejecución porque creen que crearía un mártir para Al Qaeda). El peor enemigo del condenado es el propio Moussaoui, que pudo haber sellado su destino a finales de marzo, al revelar que tenía previsto secuestrar un avión el 11-S y estrellarlo contra la Casa Blanca.

Después de haber mantenido durante meses que era miembro del Al Qaeda y que había sido entrenado para pilotar aviones comerciales pero que no tenía nada que ver con el 11-S, Moussaoui sorprendió a su abogado de oficio, Gerald Zerkin, cuando éste le preguntó: "¿Estaba previsto que fuera uno de los pilotos en la operación que se iba a desarrollar el 11 de septiembre de 2001?". "Sí. Estaba previsto que yo pilotara un avión para estrellarlo contra la Casa Blanca", respondió. La defensa tiene previsto citar a expertos para demostrar que estos cambios en las declaraciones demuestran que es un desequilibrado.

Imagen difundida por el tribunal de un trozo del aparato, que se estrelló en el condado de Somerset.
Imagen difundida por el tribunal de un trozo del aparato, que se estrelló en el condado de Somerset.AP

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