El vicepresidente de Colombia dice que "es más fácil sacar un visado a EE UU que a Europa"
Francisco Santos criticó los nuevos muros y las barreras diplomáticas contra los flujos migratorios en los países desarrollados
El vicepresidente colombiano, Francisco Santos, rechazó ayer los nuevos muros y barreras diplomáticos contra los flujos migratorios en los países desarrollados, y dijo que ahora "es más fácil sacar un visado a Estados Unidos que a Europa". Ante el fenómeno migratorio no es inteligente "levantar muros, cuando el mundo, después de la posguerra, lo que hizo fue derribarlos", declaró durante la apertura en Bogotá de un seminario sobre migración internacional colombiana.
El foro fue convocado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para analizar las políticas y programas en favor de los más de tres millones de nacionales afincados en el exterior. Santos dijo que aludía tanto a los muros físicos, como el de Estados Unidos en su frontera con México, como a los diplomáticos, que son los que imponen países de la Unión Europea (UE) para dificultar o negar la entrega de visados. El vicepresidente colombiano observó que, en el caso de sus compatriotas, "se está viendo un tratamiento cada vez más discriminatorio" entre los países europeos.
EE UU y España
El 35,5% de los colombianos en el exterior está en EE UU (1,18 millones), mientras que el 23,4% (780.000) se encuentra en España, según el estatal Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE).
La xenofobia va en aumento, las restricciones crecen y las puertas para una migración formal se alejan, explicó Santos. Indicó que ahora, por ejemplo, en sectores importantes del centro de Europa, los medios religiosos, étnicos y de otra naturaleza "están llevando a que estas barreras se eleven cada vez más". "El mundo desarrollado se está cerrando para nosotros; el mundo desarrollado, en el corto plazo (...) va a ser más hostil a esta migración", enfatizó. Apuntó que "el debate sobre migración no es un debate racional, es un debate emocional".
Por último, invitó a los países desarrollados a una discusión franca y abierta sobre el fenómeno de la migración desde las naciones en vías de desarrollo, pero aceptó que ve "sumamente difícil" que se abra un "diálogo constructivo".