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El Ayuntamiento propone 30 nuevos aparcamientos disuasorios contra el atasco

Gallardón pretende crear 50.000 nuevas plazas en la periferia para evitar el colapso

Disuadir a los madrileños para que no entren a Madrid en coche. Éste es el objetivo del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que propuso ayer 30 aparcamientos periféricos para evitar el colapso que causa el más de millón de vehículos que accede a diario desde la periferia a la capital. Junto a la Comunidad, el alcalde quiere construir, entre 2007 y 2011, 30 aparcamientos distribuidos por las vías de acceso más atascadas: las seis autovías nacionales, la A-42 (Toledo) y la carretera de Colmenar. Sumarán 50.000 nuevas plazas conectadas al transporte público.

Estudio de nuevos estacionamientos de disuasión. Así se titula el informe encargado por el Ayuntamiento y la Comunidad a la consultora BB&J Consult, que ha diagnosticado un déficit de 50.000 plazas de aparcamiento en la periferia de la capital. El Consistorio firmó el pasado 15 de junio un convenio de colaboración con el Consorcio Regional de Transportes para evitar los atascos que se producen en las principales vías de acceso al centro de la ciudad.

"El objetivo es fomentar el uso del transporte público", declaró ayer la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez, que negó que la medida reflejara un fracaso de otras medidas disuasorias como los parquímetros. "No tiene nada que ver con el estacionamiento regulado, simplemente es una medida más de las 71 que hemos puesto en marcha para mejorar la movilidad de la ciudad", añadió Martínez.

Los 30 nuevos aparcamientos tendrán una capacidad de entre 1.000 y 2.000 vehículos. Estarán conectados de manera directa con algún transporte público de acceso a la ciudad: tren, autobús o metro.

Autovía de Barcelona

El estudio revela que los municipios cercanos a la autovía de Barcelona son los más necesitados de este tipo de plazas. El alcalde anunció nueve nuevos centros de estacionamiento para el entorno de la A-2. Los 21 aparcamientos restantes se distribuirán de la siguiente manera: siete en la A-5; tres en la A-1; tres en la A-6; otros tres en la M-607; uno en la A-4 y otro en la A-42.

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El proyecto se encuentra en una primera fase de estudio, que dará paso a una segunda etapa de diseño a finales de año y a una última de explotación. En esta última fase, se establecerán los precios que deberán abonar los conductores y la puesta en marcha.

El Ayuntamiento prevé que a finales de año se empiecen a concretar los lugares donde se situarán estos aparcamientos. La consultora no adelantó ningún emplazamiento para ellos, aunque el alcalde avanzó ayer varios ejemplos: la estación del AVE en Toledo, la parada de tren de Pitis (Fuencarral) y la estación de metro de Arganda eran otros dos espacios que estaban en mente de Ruiz-Gallardón, en junio del 2005, cuando anunció por primera vez la firma del convenio con el Consorcio de Transportes.

"Es un sistema rápido, cómodo y seguro", aseguró el alcalde. El precio del aparcamiento debe ser asequible, "casi simbólico", según la concejal de Urbanismo. El estudio apuesta por un importe aproximado de un euro al día para fomentar que el conductor opte por el transporte público. Incluso, plantea la posibilidad de añadir 10 euros a la tarifa mensual del abono transportes para usar los estacionamientos. Cuanto más alejado de la ciudad esté el aparcamiento disuasorio, más barato resultará dejar el vehículo. No se descarta, incluso, su gratuidad en algún caso.

"Como ya ocurre en otras ciudades europeas como Londres, el precio subiría según lo alejado que se esté del centro", añadió Pilar Martínez. La concejal negó que la medida estuviera inspirada en otras ciudades europeas, aunque aseguró que París es el ejemplo a seguir en materia de movilidad.

El rápido acceso a la capital es una de las asignaturas pendientes de la corporación municipal. Los intercambiadores, los carriles reservados para el autobús público y los parquímetros situados en zonas de aparcamiento cercanas al centro han conseguido disminuir sólo ligeramente el colapso matinal de las vías de acceso.

Los aparcamientos disuasorios fueron presentados ayer junto a un repaso de las 71 actuaciones de mejora de la movilidad urbana en la capital. Ya se han finalizado más de la mitad de esas medidas, 36 en total, según anuncian desde el gobierno municipal. Entre esas reformas se incluyen también los intercambiadores de Chamartín y Conde de Casal, todavía sin terminar. Entre las medidas acabadas, el Consistorio suma la ampliación del carril-bus en la A-6, estrenada hace un año.

Estacionar el proyecto de peaje

Los 30 nuevos aparcamientos disuasorios fueron presentados ayer por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, casi con el mismo entusiasmo con el que criticó un posible sistema de peaje. "No se puede penalizar a los que viven fuera del centro", declaró el primer edil.

La polémica propuesta de establecer un canon económico para aquellos conductores que quieran acceder a la ciudad ha sido rescatada y eliminada por el PSOE en la última semana. Los líderes socialistas madrileños se apresuraron a criticar la impopular propuesta que presentó a debate Álvaro Cuesta, secretario de Política Municipal del partido. Finalmente, los socialistas decidieron no incluir el peaje en sus futuros programas electorales.

Para el equipo de Gallardón el debate no quedó cerrado. El alcalde utilizó otro sistema de pago, el del estacionamiento regulado, para criticar la inicial propuesta socialista. "Los parquímetros los sufro igual yo, que vivo en el centro, que la concejal de Urbanismo, que vive en Villaviciosa de Odón, mientras que pagar por entrar a la ciudad sería discriminatorio", declaró el alcalde.

"No es una medida seria, supondría un problema para la economía de los madrileños, es ineficaz y va en contra del bienestar y el nivel de vida de los ciudadanos", criticó la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez.

A pesar de que el PSOE ya ha renunciado a la idea, el equipo de Ruiz-Gallardón insistió en la crítica. La última vez que surgió el debate, a petición de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, el PP se opuso, aunque junto al PSOE e IU coincidió en que se exigiría antes una mejora de los transportes y los aparcamientos periféricos.

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