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La Comunidad se inclina por hacer un aeropuerto de carga en Campo Real

El Gobierno regional mantiene la idea de construir un segundo aeródromo

Vicente G. Olaya

El futuro aeropuerto de Campo Real no ha caído en el olvido tras la inauguración, el pasado febrero, de la ampliación de Barajas. El consejero de Economía, Fernando Merry del Val, ha desvelado que Comunidad y Ministerio de Fomento trabajan para poner en marcha este aeropuerto "a largo plazo". Merry del Val apuesta por un modelo de "aeropuerto de carga [para aviones de mercancías]" para "descongestionar Barajas en unos años".

El consejero de Economía, que ayer se encontraba en Lisboa (Portugal) en unas jornadas dedicadas a inversores portugueses en Madrid, señaló que "el proyecto de Campo Real no ha sido abandonado". La apertura de la terminal 4 y las nuevas pistas de Barajas el pasado febrero -que pasará, así, de un máximo de 70 vuelos a la hora a 120 en los próximos años- había eclipsado por completo en las últimas fechas la vieja idea de construir un segundo aeropuerto en Campo Real. "Eso exige muchos años de esfuerzo y estudios previos. Pero antes debemos saber qué tipo de aeropuerto necesitamos", señaló Merry del Val.

"Entre 2001 y 2005, Barajas ha sufrido un crecimiento espectacular en el número de viajeros transportados, pasando de 33 millones a 42 millones. Puede convertirse en un tiempo prudencial en un cuello de botella, y la Comunidad y el Ministerio de Fomento deben evitarlo".

El consejero añadió: "Un aeropuerto genera un importante número de puestos de trabajo. Campo Real es una oportunidad para que se queden en la región". Los estudios señalan que este aeródromo crearía 55.000 empleos e inyectaría 4.000 millones de euros en el Producto Interior Bruto regional.

El consejero sostiene que lo "más lógico" es que Campo Real "se dedique al tema de carga, sin exceptuar, por supuesto, los viajeros". Merry del Val recordó que en 2004 Barajas facturó 342.000 toneladas de carga, mientras que al año siguiente sólo fueron 333.000 las toneladas que pasaron por el aeropuerto. "La evolución en Barajas no es satisfactoria", admite.

El máximo responsable de Economía del Gobierno de Aguirre subrayó que cada seis meses el Ejecutivo regional renueva la prohibición de que se construya en los terrenos reservados para el futuro aeropuerto de Campo Real (8.446 hectáreas). "Es una zona donde existen importantes canteras y explotaciones mineras y no se puede permitir que el aeropuerto nazca con este tipo de problemas. Por eso, el Consejo de Gobierno tiene que renovar la prohibición dos veces al año", dijo.

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Merry del Val asegura que el Gobierno regional ha creado una Plataforma Logística (área de distribución de mercancías nacional e internacional) en la que se integrará Campo Real. "Por el momento, sólo son estudios, pero ya estamos trabajando en que sea compatible con el desarrollo logístico de la región", afirmó.

No obstante, el diseño del aeropuerto es responsabilidad directa del Ministerio de Fomento, a través de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea). Sus características técnicas se plasman en un proyecto llamado Enam (Estudios para el Nuevo Aeropuerto de Madrid), que propone la construcción de un aeropuerto en este municipio del este de la región y que sería capaz de duplicar -en todos sus parámetros técnicos- la capacidad del Gran Barajas: 245 movimientos a la hora.

Cinco pistas

Campo Real, si se llega a construir, tendrá cinco pistas (dos de despegue, dos de aterrizaje y una reversible), pero ampliable a otras dos más. Adyacente tendría un gran complejo industrial, que se extendería por los municipios próximos a Campo Real.

Fue el actual alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, cuando era presidente de la región, el que reservó suelo en este municipio en 1997 para levantar el nuevo aeropuerto. Aquella decisión levantó una enorme polémica porque el entonces ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, del PP, era partidario de crear sólo un Gran Barajas con cuatro pistas, frente a las dos existentes.

Fomento mantenía que si Barajas no se ampliaba (una opción mucho más rápida que construir uno nuevo en Campo Real), España perdería su oportunidad de convertirse en el puente de entrada del tráfico procedente de América. En contra de esta opción jugaban los enormes inconvenientes medioambientales de Barajas: más de 500.000 personas viven en sus proximidades. Por eso hubo que desviar casi dos kilómetros del Jarama para poder construir las dos nuevas pistas.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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