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El Consistorio autorizará edificios más altos en los nuevos barrios

Urbanismo quiere potenciar la construcción de inmuebles singulares

La Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento está recibiendo "numerosas peticiones" para levantar "edificios singulares" -con un diseño especial y generalmente más altos- en los nuevos barrios de la ciudad. Pero el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid sólo permite, por regla general, un máximo de 12 pisos de altura en los inmuebles. Por eso, Urbanismo está estudiando "modificar la normativa urbanística" y facilitar esas nuevas construcciones, según explicó ayer la gerente de Urbanismo, Beatriz Lobón.

El Plan General de Urbanismo de 1997 establece una altura máxima de 12 pisos para edificios de nueva construcción, sean éstos de viviendas, oficinas o servicios. El plan permite excepciones a la regla, pero éstas requieren "ordenanzas específicas" que autoricen más altura en lugares puntuales, a través de los planes parciales de cada barrio.

Lobón puso el ejemplo de las cuatro torres que se están levantando en los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, en el paseo de la Castellana. Las cuatro alcanzarán los 50 pisos, y para autorizarlas fue necesario aprobar una ordenanza específica en la zona. Lo mismo ocurrió con el edificio Mirador, construido en Sanchinarro y que exigió la aprobación de un plan especial "sólo para él".

Ahora, el Ayuntamiento quiere acabar con ese freno a la innovación arquitectónica en los nuevos barrios de la periferia de la capital. Los planes parciales de Montecarmelo, Sanchinarro, Las Tablas o Carabanchel establecen límites de todo tipo a las construcciones -de altura, volumen, distancia a los linderos, etcétera-. "Son normativas muy rígidas y un edificio singular las incumpliría en mil aspectos. Por eso estamos estudiando la posibilidad de introducir una cláusula en esos planes que diga que 'en el caso de edificios singulares' esos límites podrán flexibilizarse, siempre y cuando no se perjudique al resto del barrio, ni se creen sombras que afecten a otros edificios, o se invada espacio público", explica Lobón.

60.000 nuevos vecinos

Antes de aprobar ese cambio normativo habrá que definir exactamente el concepto de "edificio singular". La gerente de Urbanismo apunta que se trata, por lo general, de inmuebles "con firma", en ocasiones producto de concursos internacionales a los que concurren arquitectos de fama mundial. Las peticiones de licencia municipal para este tipo de edificios son para levantar bloques de oficinas, no para viviendas, matizó Lobón.

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A día de hoy, según los datos aportados por la gerente, 21.682 familias (más de 60.000 personas) viven ya en los principales nuevos barrios en construcción. El barrio con más vecinos es Sanchinarro (6.874 casas tienen licencia de primera ocupación), seguido de Las Tablas (5.005), Montecarmelo (3.564) y Carabanchel (6.239). Estos cuatro barrios sumarán, cuando estén terminados, 45.700 viviendas, unos 150.000 habitantes. El otro barrio más avanzado, el Ensanche de Vallecas, tendrá 26.046 pisos; la mitad ya están construidos, pero aún no hay ninguno ocupado.

Lobón advirtió de que las 300.000 casas nuevas previstas en el Plan General de 1997 permiten a Madrid seguir creciendo "20 o 25 años más". Después ya no quedará suelo para construir más casas. "Por eso debemos empezar ya a pensar qué necesidades habrá entonces, y planificar nuevas formas de crecimiento", afirmó, sin concretar si las soluciones serían los rascacielos, la recalificación de terrenos ya en uso u otras.

Menos espera para las licencias

La gerente de Urbanismo, Beatriz Lobón, aprovechó su comparecencia de ayer para hacer un primer balance de los efectos de la ordenanza de tramitación de licencias, aprobada por el Ayuntamiento en enero de 2005 con el objetivo de agilizar la burocracia municipal. Según Lobón, la normativa ha logrado reducir "a la mitad" el tiempo que un ciudadano debe esperar para entrar a vivir en su nueva casa, abrir un local o poner en marcha un negocio.

Así, las licencias de nueva edificación, que "venían tramitándose en una media de 185 días", se conceden ahora a los 109 días de ser solicitadas, afirmó la gerente; los permisos de obras en edificios -no pequeñas reformas hechas por particulares, sino rehabilitación integral de inmuebles, o actuaciones para cambiar el uso de los edificios- han pasado de 246 días a 88; el tiempo para conceder una licencia de actividad se ha reducido de 132 días de media a 72; las de funcionamiento, de 376 a 69 días; y las de primera ocupación (para entrar a vivir en una casa recién construida), de 125 a 74 días.

¿Cómo se ha conseguido? Según Lobón, el modo de reducir los plazos ha sido simple: "Terminar con tanto papeleo". "Antes era una locura: alguien pedía una licencia pero no entregaba los documentos, por ejemplo. Y entonces comenzaba una sucesión de requerimientos sin fin por parte de la Administración municipal. Ahora, si al primer requerimiento no hay respuesta, se archiva el expediente y se acabó", explicó la gerente.

Además, los funcionarios responsables de la concesión de permisos han recibido una formación "específica" para agilizar los trámites.

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