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PSOE e IU se oponen a que el alcalde visite el régimen 'dictatorial' de la Guinea de Obiang

Antonio Jiménez Barca

El viernes pasado, a las doce de la mañana, aparcaron en la plaza de la Villa dos camiones de basura de un modelo antiguo, de los que ya no se usan en Madrid porque hacen demasiado ruido. En la matrícula lucía el nombre de una ciudad: Malabo. A la una de la tarde, el alcalde se los enseñaba a una comisión guineana compuesta, entre otros representantes, por el segundo teniente de alcalde de Malabo, Mauricio Mba Esobogo, y la consejera de Asuntos Sociales, Cecilia Obono Ndong. Minutos antes, el alcalde había anunciado que viajaría a la capital ecuatoguineana el próximo día 5 para entregar los camiones. Álvarez del Manzano señaló que el alcalde de Malabo, Grabiel Mba Bela, había visitado meses atrás Madrid y le había pedido ayuda para solucionar los problemas de recogida de desperdicios de la ciudad, de 60.000 habitantes. Además de los camiones, el lote incluirá, a petición de Malabo, 10 uniformes de la Policía Municipal para que los usen los agentes de la capital ecuatoguineana.

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En las últimas elecciones legislativas de Guinea Ecuatorial, celebradas el 2 de marzo de 1999, el partido gubernamental (PDGE) logró 75 de los 80 escaños en disputa. El Gobierno aseguró que la participación rozó el 99%. En algunas mesas electorales de Malabo, el número de votos superó el de personas censadas, y en otras, según denunció la oposición, los interventores de los partidos no cercanos al Gobierno fueron expulsados a punta de pistola. En las últimas elecciones municipales, celebradas en mayo, y en las que salió elegido alcalde Gabriel Mba Bela, la oposición decidió no presentarse porque se temió un nuevo fraude. Un informe de un relator de la ONU hecho público en marzo de 2000 aseguraba que en este país africano los derechos humanos no se respetan. En este informe, elaborado por Gustavo Gallón, se pone de manifiesto la grave inseguridad jurídica a que está expuesto cualquier ciudadano de Guinea Ecuatorial, que en cualquier momento puede ser privado de libertad sin mandato judicial ni orden legal que lo autorice.

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Miembros de la oposición guineana y la Asociación de Solidaridad Democrática con Guinea Ecuatorial denunciaron ayer la visita del regidor madrileño a la capital africana, pero no fueron los únicos.

Rafael Simancas, secretario general de la Federación Socialista Madrileña y portavoz en el Ayuntamiento, pidió al regidor madrileño 'que reconsidere el asunto y no viaje'. 'El PSOE piensa exigir', dice Simancas, 'en el próximo pleno que el alcalde explique con qué criterios planifica sus viajes, porque es inadmisible que el representante de la capital de España visite oficialmente un país con un régimen dictatorial'. 'Nuestro grupo está de acuerdo con que se regalen los camiones, porque los ciudadanos de Malabo no tienen la culpa de lo que hagan Obiang o Álvarez del Manzano. Una ciudad como Madrid, que ahora debe preocuparse por su imagen, que ya ha empezado a competir por ser sede de los Juegos Olímpicos, no merece un alcalde que se pasea por países en los que no hay democracia', añadió.

Inés Sabanés, portavoz de IU, no entiende 'qué pinta allí el alcalde'. 'Debería explicar claramente a qué va a Malabo. Y si va, que nosotros le aconsejamos que no vaya, debería comprometerse allí con las libertades democráticas', señaló.

Un portavoz del alcalde aseguró que el Ayuntamiento, 'a la hora de cooperar con ciudades del Tercer Mundo, no entra en polémicas sobre el régimen político'. 'Hay que tener en cuenta además', añadió, 'que en Guinea Ecuatorial se habla español, y que el alcalde lleva libros para una biblioteca y que va a inaugurar una línea aérea Madrid-Malabo, puesta en funcionamiento hace poco'.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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