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Reportaje:

Unidos por el Albéniz

Sectores profesionales se agrupan para salvar este espacio escénico

El futuro del Teatro Albéniz podrá quedar en manos de una agrupación que se está formando entre todos los sectores de la profesión escénica y que tratará de ser la única interlocutora válida, tanto con las administraciones públicas como con la propiedad de este emblemático espacio, actualmente en manos del grupo inmobiliario Monteverde.

Dicha agrupación tratará de asegurar la continuidad del Albéniz en el mismo espacio en el que hoy está, con unos mínimos de calidad. Entre ellos que se asegure el número de butacas, el ancho de hombros, la existencia de un peine en condiciones, los metros cúbicos de la sala y otros aspectos que debería recoger el nuevo teatro. Peticiones que además subsanarían las deficiencias que la profesión teatral viene achacándole a este espacio escénico desde hace años.

Este colectivo trata de que se mantenga la misma línea de programación

Para todo ello esta agrupación quiere que se cuente con un arquitecto especializado en teatros que asesore al responsable del proyecto, con el fin de que no se reproduzcan fallos detectados en teatros de nueva construcción puestos en pie por afamados estudios de arquitectura que desconocen la práctica diaria y el uso de un edificio por parte de las gentes de la escena.

Igualmente se reivindicará que sea mantenida la línea de programación que el Albéniz sostiene desde que a principios de los años ochenta del pasado siglo el primer Gobierno regional presidido por Joaquín Leguina salvó este teatro de su desaparición.

Se trata de continuar la línea de una prestigiada programación internacional que acoge todo tipo de disciplinas artísticas y que se ha seguido manteniendo durante los mandatos de Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid.

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Se ha contado para que formen parte de la agrupación profesional, que empezará a ser operativa después del verano, aunque ya se han iniciado reuniones sectoriales, con la Asociación de Autores de Teatro, la Asociación de Directores de Escena, la Unión de Actores de Madrid, los Profesionales de la Danza de Madrid, la Asociación de Gestores y Técnicos Culturales de la Comunidad de Madrid, la Coordinadora de Salas Alternativas, Artemad, la Asociación de Productores de Teatro, Música y Danza y Empresarios de Espacios Escénicos de la Comunidad de Madrid, así como con los trabajadores, técnicos administrativos y personal de sala del Teatro Albéniz. Estos últimos reclaman que se les garantice sus 33 puestos de trabajo, tal y como ha venido haciendo la Comunidad de Madrid en las últimas décadas.

"Lo más importante es que hemos logrado el desbloqueo entre la profesión y las distintas partes activas de este proceso", comenta Jorge Bosso, secretario general de la Unión de Actores, quien afirma que de momento se ha llegado al acuerdo de trabajar para que en septiembre se planteen propuestas que abordar y debatir con la propiedad.

Otros participantes en la agrupación profesional señalaron ayer que la propuesta de la Unión de Actores y otros profesionales del sector va a ser la de crear una Fundación amparada por las tres administraciones (Ayuntamiento, Comunidad de Madrid y Ministerio de Cultura), abierta a integrar otras fundaciones privadas o públicas y en cuyo patronato estuvieran representados los sectores profesionales del mundo escénico. Este proyecto es básicamente el mismo que desde hace dos meses vienen defendiendo estos creadores y técnicos teatrales que van a solicitar encuentros al más alto nivel con las tres administraciones públicas.

Todo este movimiento viene generado porque el pasado 4 de abril se hizo público que la inauguración de los Teatros del Canal supondría la desaparición del Albéniz, cuyo edificio había caído en manos de una inmobiliaria. Esto sucedió porque los anteriores propietarios del Albéniz, la familia Moro, lograron que una sentencia retirara el grado de protección que tenía este teatro.

Contra esa sentencia había la posibilidad de recurso, que en un principio fue presentado, pero después fue retirado por el Gobierno regional de Esperanza Aguirre, que ha reconocido que cedió a las presiones de los entonces propietarios y desistió de presentar el recurso a cambio de mantener el alquiler del teatro hasta que se inauguraran los Teatros del Canal.

Una vez logró vía libre, la propiedad vendió el pasado enero el edificio al grupo inmobiliario Monteverde, que siempre reiteró que el inmueble se dedicaría al teatro a pesar de que en más de una ocasión se le han achacado otro tipo de proyectos.

Por su parte, la empresa Monteverde espera llegar a un acuerdo que satisfaga a todas las partes, aunque eso lo tiene difícil, puesto que sobre su mesa hay peticiones de por lo menos cuatro proyectos. Además, este grupo inmobiliario ha llegado a preguntar a productores como Jesús Cimarro y Enrique Cornejo si estarían interesados en la compra del teatro. Estos productores teatrales se han limitado a preguntar cuál sería la oferta, ya que están dispuestos a escuchar a todas las partes.

"Lo importante es que ese edificio siga siendo un teatro", señala Cimarro. "Y que la empresa propietaria del inmueble tenga conciencia de que eso tiene que dedicarse a uso escénico y ser un espacio acorde a unas necesidades y una realidad que facilite la exhibición de espectáculos de mediano y gran formato".

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